La presidenta del Govern, Francina Armengol, participó ayer en la comisión de seguimiento de Talamanca en el que se dio cuenta de la inminente declaración de emergencia -se decide el próximo martes en el consejo de administración de Abaqua- de la sustitución del emisario de la depuradora, que antes del verano de 2017 dejará de verter sus aguas en la bahía. Armengol agradeció también al presidente del Consell, Vicent Torres, y al alcalde, Rafa Ruiz, que ambos «hagan posible» abordar las obras a pesar de las «dificultades económicas del Govern».

Y es que, como explicó Ruiz, cada Administración aportará un tercio de presupuesto en tres anualidades hasta llegar a los 5,8 millones que cuesta el nuevo emisario. Este año cada una aportará 333.000 euros; en 2017 la contribución será de 666.000 euros y, por último, en 2018 el compromiso es entregar 999.000 euros cada Administración. El alcalde deseó que, con esa ayuda, «de una vez por todas se acabe esta pesadilla del emisario.

El Ejecutivo balear retornará al Consell y al Ayuntamiento los cuatro millones que habrán aportado en cuatro anualidades a partir de 2019. Todo ello se regulará en un convenio a tres bandas que se firmará en un máximo de dos meses, según explicó el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, que es el plazo máximo para justificar la financiación de una actuación de emergencia, ya que el Govern no lo tenía previsto en sus presupuestos.

Vidal explicó que, «dentro del mes siguiente a la declaración de emergencia», se encargará a Tragsa, con lo que está garantizada «la transparencia del proceso». Recalcó que, al tratarse de una emergencia, la prioridad es «la ejecución rápida de la obra» y defendió la experiencia de la empresa pública en este tipo de proyectos, que ejecuta «a precio de mercado».

El hecho de que los trabajos, que durarán entre nueve y 12 meses, coincidan con la temporada resultaba «inevitable», añadió el conseller. Por ello pidió «comprensión», aunque se intentará «minimizar las molestias.

Vidal explicó que los difusores del último tramo del emisario en es Botafoc permitirán diluir en un tramo de 100 metros el impacto en el mar de las aguas mal depuradas que se seguirán vertiendo mientras no se disponga de una nueva planta en Vila. También recalcó que estos difusores no se obstruirán con las aguas sucias.

Al tratarse de un procedimiento «de emergencia, que responde a una cuestión concreta», el conseller explicó que no se ha incluido en el proyecto el desagüe de la salmuera de la desaladora de Vila ni tampoco la refrigeración de la central térmica. Vidal recalcó la «excepcionalidad de este mecanismo», que «probablemente será la única vez que se utilice esta legislatura».

Vidal recalcó que han hecho falta meses para justificar jurídicamente una declaración de emergencia que permite al Govern saltarse todos los procedimientos. La tramitación del proyecto, con cuestiones como su evaluación ambiental o los permisos de Costas, se acometerán en este caso «a posteriori». De hecho, el conseller pronosticó que ello podría alargarse «más allá de 2019 o 2020». «Me habría encantado tener este informe el primer día en el cargo», replicó el conseller a las acusaciones de haber aplazado el anuncio de la emergencia hasta la campaña electoral.

La presidenta, Francina Armengol, por su parte, pidió perdón y agradeció la paciencia de vecinos y comerciantes de Talamanca, que «durante años han aguantado de forma estoica esta situación», así como también la «presión» que han ejercido para «ayudar a que las instituciones lleváramos adelante esta declaración de emergencia».

El presidente del Consell, Vicent Torres, consideró que la sustitución del emisario de Talamanca es un «ejemplo de colaboración institucional» que llega «cuando más falta hacía».