­Cientos de personas se concentraron ayer desde el mediodía en una rave, una fiesta celebrada en una finca privada con chalé y piscina situada a apenas un kilómetro de Sant Agustí. Varios vecinos llamaron a la Policía Local de Sant Josep, molestos con el ruido y la presencia de muchos jóvenes drogados o en estado de embriaguez deambulando por los caminos de acceso a la propiedad.

Una patrulla se desplazó hasta el lugar y denunció al organizador de la fiesta. Además, le pidió que la detuvieran, informó una portavoz del Ayuntamiento de Sant Josep. A última hora de la tarde no tenían constancia de que la rave hubiese finalizado. Uno de los vecinos confirmó que seguía en marcha después de estar una hora parada tras la llegada de los agentes. Sobre las ocho de la tarde cayó una tromba de agua que seguramente impidó su continuación, por lo menos en las zonas situadas al aire libre.

Uno de los denunciantes confirmó que estaba anunciada en las redes sociales, como una after-party de un conocido establecimiento. Este vecino aseguró que observó en el camino de acceso a la finca a una joven sentada en una mesa, con un ordenador portátil y que cobraba a los asistentes.

Según este hombre, llegaron más de 80 vehículos, incluidos taxis y furgonetas de transporte colectivo. Explicó que vio a muchos de los asistentes con el móvil en la mano, supuestamente para encontrar la ubicación, anunciada en las redes sociales. Algunos colgaron imágenes de la fiesta en las redes sociales.