Dos pitiusos de adopción. El galés Barry Flanagan (Prestatyn, 1941-Ibiza, 2009) y el islandés Erró (Olafsvik, 1932) son la huella de Ibiza y Formentera en el nuevo Centro Pompidou de Málaga, la filial del gran museo parisino de arte contemporáneo que acaba de abrir en el recuperado puerto de la capital de la Costa del Sol, bajo un cubo de cristal multicolor.

Ambos comparten espacio con artistas como Picasso, Chagall, Frida Kahlo, Magritte, Giacometti, Tàpies, Bacon, Saura o Arroyo. Flanagan está representado por una escultura de su serie ´Soprano´, de 1981, en bronce sobre un podio de láminas de madera, que el museo francés adquirió a un coleccionista privado de Nueva York.

De Gudmundur Gudmundsson, conocido como Erró, se pueden encontrar varias obras, tres collages de inspiración picassiana creados en los años 60 y el óleo ´Stravinsky´, de 1984. En todas ellas se aprecia su gusto por el color y el barroquismo pop que el islandés inició en 1963, tras su primera visita a Nueva York y el descubrimiento del mundo del cómic americano.

Aunque Flanagan siempre se definió como un ciudadano del mundo -«escultor itinerante europeo» en sus palabras-, fijó una de sus residencias en Santa Eulària en 1987, donde tenía un estudio, en la que compartía el año con otras en Ámsterdam, Nueva York o Dublín. En la isla trabó amistad con vecinos y representantes del mundo cultural, como el poeta Antonio Colinas, al que conoció durante el montaje de una muestra antológica en el Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa (MACE). El artista había creado previamente la obra ´Cabeza de la diosa entre mis manos´ sobre un poema del escritor, una pieza que hoy se muestra en la colección permanente del MACE.

Erró, por su parte, es un habitual de Formentera desde que conoció la isla hace más de medio siglo. El artista se construyó en 1971 una casa en Cala en Baster en la que pasa largas temporadas. En los últimos años ha expuesto en varias ocasiones en Formentera y ha donado diferentes obras al Consell, que en 2013 premió su «generosidad» nombrándole Hijo Adoptivo de la isla, por la que siempre ha declarado su amor.

La apertura del Centro Pompidou de Málaga, que ha coincidido en el tiempo con la de la filial del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo en la antigua fábrica de Tabacalera, ha cerrado un círculo virtuoso del arte en la ciudad, que ya contaba con los museos Picasso y Carmen Thyssen, además del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y La Térmica.