La primera teniente de alcalde de Vila, Mar Sánchez, ha decidido a siete meses de las elecciones reestructurar el área de Servicios Sociales Sociales y Educación cambiando a las directoras de ambas áreas, la jefa de servicios de Bienestar Social y dos administrativas. Sánchez comunicó la semana pasada a cada una de ellas que por «falta de confianza» iban a ser relevadas en sus cargos, que son de libre designación salvo la administrativa y la auxiliar administrativa afectadas. En cuanto a las trabajadoras que ocupaban un cargo de confianza volverán a sus anteriores funciones en el Ayuntamiento. Es el caso de Marga Torres, la exconsellera de Cultura y Patrimonio (ExC), que al dejar de ser la directora de Educación pasará a su puesto como asesora lingüística.

La reestructuración de Mar Sánchez ha causado malestar en el Consistorio. De hecho, la representante sindical de CSI-CSIF, Rosa Redolat, se lo manifestó ayer en persona a la alcaldesa, Virginia Marí. Redolat critica «las formas» y que la decisión de reubicar a las dos administrativas, que no son cargos de libre designación, se justifique también en «la falta de confianza». «Los funcionarios se deben a la institución y al servicio de los ciudadanos, y no a los políticos. Se ha de valorar el trabajo que hacen, y no si van a tomar café con una u otra persona», subraya la representante sindical, quien insiste en que «pese a que sea legal [puntualiza que la reestructuración de un departamento se puede hacer, pero debe ser algo extraordinario], las formas dejan mucho que desear».

También lamenta que el cambio se produzca a siete meses de las elecciones, después de que los funcionarios hayan tenido que padecer las consecuencias de los cambios que se han producido en el equipo de gobierno durante esta legislatura por culpa de las repetidas crisis políticas.

«Cada cambio ha supuesto la paralización de cada departamento durante un tiempo. No se entiende que ahora se haga esto a siete meses de las elecciones», destaca.

La representante del CSI-CSIF critica que las dos administrativas afectadas por la reestructuración aún no sepan cuál será su nuevo puesto de trabajo. Asimismo, señala que, en principio, no ha habido ningún problema con estas personas y que Sánchez, desde que asumió las áreas de Educación y Bienestar Social, no les había siquiera insinuado su intención de prescindir de ellas. Este periódico trató ayer infructuosamente de recoger la versión del equipo de gobierno sobre esta reestructuración.