Paulo César Martins Baptista ha sido condenado a cinco años de prisión por la muerte de Abel Ureña. El tribunal del jurado de la Audiencia Provincial de Balears ha impuesto al extécnico de seguridad del hotel Ushuaïa de Platja d´en Bossa cuatro años y medio de cárcel por un delito de homicidio doloso (intencionado), con la atenuante muy cualificada de arrebato u obcecación y la simple de reparación del daño. Además, los magistrados condenan a seis meses más al homicida por un delito de uso de documentación falsa. Baptista, que llevaba varios años en Ibiza prófugo de la Justicia portuguesa, consiguió el trabajo con la identidad falsa de José Pereira Sousa.

Baptista, nacido en Portugal el 16 de agosto de 1973, tendrá que indemnizar como responsable civil directo con 80.000 euros a la madre de Abel Ureña, con la responsabilidad civil subsidiaria de la mercantil Fiesta Hotels & Resorts S. L., la propietaria del Ushuaïa. Hay que descontar 63.900 euros: 36.900 que fueron intervenidos al acusado, 15.000 entregados por la aseguradora del hotel a los padres el 11 de marzo de 2012, y 12.000 consignados judicialmente por Baptista.

Los hechos ocurrieron el 19 de agosto de 2011 a las 0.30 horas. La fiesta había terminado y los camareros, entre ellos Ureña, estaban recogiendo el local. Baptista, cuyas funciones eran mantener la seguridad y el orden y evitar la venta y consumo de drogas, estaba atendiendo a unos clientes VIP rusos cuando advirtió un intercambio de una papelina de cocaína entre Ureña y unas clientas. Enseguida se enteró de que la venta se había hecho por encargo de la novia del camarero. Ureña intentó convencerle de que el asunto «quedase entre ellos».

«Cayó a plomo» tras la agresión

Baptista y Ureña discutieron y el portugués, un experto en deportes de lucha como el jiu-jitsu, boxeo y kick boxing, propinó un golpe a Ureña, que fue al office para que le atendieran puesto que sufrió un corte en el labio. Varios compañeros estaban con el camarero mientras otros agarraban a Baptista cuando regresó a la estancia, pero no pudieron evitar la segunda agresión. «Le propinó un puñetazo de tal magnitud en la parte derecha de la cabeza que provocó la inmediata pérdida de consciencia y cayó a plomo», explican los jueces en la sentencia.

Ureña, que tenía 29 años y era natural de Rubí (Barcelona), se golpeó en la cabeza contra el suelo, lo que le produjo una hemorragia cerebral. El 3 de septiembre, después de 15 días en coma, falleció a causa de una hemorragia cerebral masiva.

El tribunal explica que Baptista era consciente de que el puñetazo podía dejar inconsciente a Ureña. Baptista usaba la documentación falsa «con pleno conocimiento» y actuó «bajo un estado anímico de bloqueo de consciencia que determinó su conducta, debido a su profunda aversión a las drogas». En ello influyó la muerte, años antes, de un hermano suyo, que era toxicómano.

Después de la agresión, Baptista huyó de la isla, vía Barcelona, y se refugió en Holanda, donde fue arrestado a finales de 2011. Mientras tanto, los amigos y familiares de la víctima fundaron la asociación ´Yo estoy con Abel´ y organizaron varias manifestaciones para pedir justicia. El suceso causó gran conmoción en la isla. En cuanto a la función que Baptista desempeñaba en el Ushuaïa, el tribunal la define como técnico de seguridad. Sin embargo, el jurado popular entendió probado, por mayoría, que trabajaba como responsable de los vigilantes de seguridad.

En cuanto al juicio, se celebró en los juzgados de Palma la semana del 3 al 7 de febrero. Después de escuchar los testimonios de los testigos y del propio Baptista, que en su último turno de palabra pidió perdón a la familia de Ureña, y el veredicto de culpabilidad del jurado popular, las partes modificaron su petición inicial de condena.

La fiscal solicitó casi diez años de prisión para el procesado (antes del comienzo de la vista pedía 15). La acusación particular (los familiares de Ureña) se adhirió pero pidió un año más de cárcel. Ambas acusaciones consideraron a Baptista autor de un delito de homicidio, aunque la familia se planteó antes del juicio solicitar una condena por asesinato. El abogado defensor del mafioso pidió dos años y medio por el delito de homicidio y la pena en su mínimo legal por el uso de documentación falsa. Finalmente, Baptista ha sido condenado a cinco años de prisión, la mitad de lo que solicitaba el Ministerio Público.