Baptista, que ahora tiene 40 años, lleva más de dos entre rejas. Por la muerte de Abel Ureña tendrá que cumplir otros tres y después probablemente pasará medio año más internado en un centro penitenciario. La primavera pasada, cuando estaba en prisión preventiva por el homicidio de Abel Ureña, fue juzgado y condenado a seis meses por una agresión anterior.

Un puñetazo «sin motivo»

Quedó probado que el 28 de junio de 2011 golpeó a un portero que fue a pedirle trabajo. Un hombre entró en el Ushuaïa y preguntó por el jefe de los vigilantes. Mantuvo una entrevista con Baptista que, «sin motivo aparente, le propinó un puñetazo en el rostro», según se recoge en la sentencia. Los médicos aplicaron tres puntos de sutura en el labio del agredido, al que le quedó una cicatriz de un centímetro.

Cuando cumpla sus condenas en España, dentro de unos tres años, probablemente será extraditado a Portugal, donde tiene pendiente otra condena. El tribunal de la Audiencia Provincial que le ha juzgado por la muerte de Ureña recuerda que en 2009 fue sentenciado por las autoridades lusas por un delito de extorsión «a una pena superior a los seis años».

Baptista era uno de los principales responsables de la Mafia de Noite, una red de extorsión, evasión fiscal y trata de blancas que actuaba sobre todo en locales de ocio nocturno de Lisboa.

Después de conocer la condena y antes de ingresar en prisión escapó de su país. Llegó a Ibiza en fechas indeterminadas y en verano de 2011 consiguió trabajo en el Ushuaïa, donde se identificó con un documento falso a nombre de José Pereira Sousa. Baptista saldrá de la cárcel seguramente dentro de poco más de nueve años, antes de que cumpla 50.