Carla Moro quería montarla y la montó. Y más de lo que esperaba. Confiaba en que al menos 200 personas se acercaran ayer, a las 11 de la mañana, al paseo de Vara de Rey para participar en el flashmob que había convocado contra las prospecciones petrolíferas previstas en torno a las Pitiusas, pero al final fueron medio millar las que se animaron a pasar por allí bien para bailar bien para mostrar con su presencia la amplia oposición existente en la isla contra los sondeos. Al son de ´Seguiremos´ -un tema de Macaco que ya fue usado para un entrañable flashmob en el que los protagonistas eran los niños atendidos en el servicio de Oncología del hospital Sant Joan de Déu-, los congregados siguieron una coreografía que los convirtió, como dice la canción, en «gotas sobre olas flotando». Alrededor de 200 bailaron en la plaza, mientras otros 300 contemplaban la escena, como relleno, en los aledaños.

Roque López, ex secretario general del PSOE, estaba allí porque le llamaba «la atención» esa movida. Fue de los pocos, escasísimos políticos que acudieron a la cita para menear las caderas contra las prospecciones. También estaba Rafa Ruiz, edil de Vila del grupo PSOE-Pacte. ¿La razón? Porque como profesor de Educación Física del instituto Algarb quería apoyar a sus alumnos, entre ellos Carla, argentina nacida en Córdoba que estudia el segundo curso del módulo de Formación Profesional de Animación de actividades físicas y deportivas: «Tengo que cuidar la isla. Ha sido mi casa los últimos ocho años». Ese fue, indicó, el motivo para que se decidiera a impulsar y abanderar el multitudinario acto.

Además de bailarines expertos procedentes de academias y de gimnasios „que la treintena de compañeros de Carla en el Algarb reclutaron durante las últimas semanas„ también los había que, como Natalia, ensayaron en su propia casa a base de repetir una y otra ver el tutorial con los pasos de la coreografía que había sido colgado en Youtube. Natalia bailó al costado de Abril y Martina, ambas alumnas de 6º de Primaria del colegio público Puig d´en Valls que con 12 años ya son conscientes de lo que la isla y ellas se juegan en caso de que no se detenga la búsqueda de crudo en estas aguas: «En medio de este mar enturbiado/ nos hicieron agua transparente/ no me ensucien más/ yo ya me he manchado», corearon las tres mientras no perdían comba.

En principio, el flashmob es improvisado, pero ante el aluvión de gente que se concentró a Vara de Rey, optaron por distribuir a los participantes según cómo hubieran aprendido los pasos. Para empezar el rodaje era necesario que la plaza quedara prácticamente vacía, incluso sus laterales, lo que trajo de cabeza a algunos de los organizadores, especialmente a uno que a punto estuvo de perder los estribos, aunque Carla, muy serena en todo momento, calmó los ánimos y puso orden.

El flashmob comienza cuando una niña deposita una moneda en una gorra colocada en medio de Vara de Rey por un guitarrista (Jonás) que, tocado con un borsalino, empieza entonces a tocar. Oliver (de 20 años) y Edgar (de 21) entran en en ese momento en escena con unas piruetas de capoeira y break dance, respectivamente. Y empieza la marea.

Siete cámaras, entre ellas una que portaba un drone (pequeña aeronave a control remoto) que sobrevoló la amplia zona de baile y otra situada en el balcón de la tercera planta de un edificio próximo, grabaron los tres minutos y 40 segundos que dura la canción de Macaco. Los dos centenares de bailarines se dispusieron en una docena de líneas a lo ancho del paseo, como cadenas de olas en movimiento, vestidos de azul y negro como metáfora del peligro que corren nuestras costas en caso de un vertido, agitados como aquellos macabros «hilillos de plastilina» (Rajoy dixit) que hace 12 años se escabullían del casco hundido del ´Prestige´.