Cartas personales, pero sobre todo facturas, comunicaciones de bancos y aseguradoras a sus clientes, recibos y avisos municipales de precinto o de pago de impuestos figuran entre los centenares de documentos sin entregar y sin abrir hallados en una finca de Sant Rafel y que en la tarde de ayer recogió la Guardia Civil, que se ha hecho cargo de la investigación.

Las cartas fueron encontradas junto a los restos de una quema de rastrojos, por lo que se teme que muchas más podrían haber sido destruidas. En la vivienda había estado alojado, hasta hace unas semanas, un excartero de Correos, del que ahora se sospecha que pudo estar reteniendo documentos durante años.

El hallazgo fue denunciado el pasado 16 de octubre por la mañana. La propietaria de la finca encontró los restos de la hoguera y reunió las cartas que había en los alrededores, acudió a Correos y a Diario de Ibiza para informar y Correos presentó una denuncia ante la Guardia Civil.

Según la propietaria, el excartero llevaba unos meses viviendo en una casita que se halla dentro de la finca donde ella misma tiene su vivienda. Hace unas semanas este le comunicó que se iba a vivir a la Península y que varias personas irían a recoger sus cosas. Entre estos efectos, la dueña -que no quiso desvelar su identidad- pudo ver hasta cuatro cajas de cartón de gran tamaño llenas de cartas.

Quema de rastrojos

El martes volvió a la casa y vio que no solo se habían llevado los enseres del inquilino, sino que habían limpiado la zona y quemado los rastrojos. Junto a ellos había aún centenares de cartas sin quemar, que rescató y recogió en una carretilla.

Las cartas estaban dirigidas a vecinos de Sant Rafel y Sant Mateu, básicamente, y también a empresas del polígono de Montecristo, y tenían sellos al menos desde 2010, según pudo comprobar este Diario.

Por la tarde se personaron en la finca dos agentes de la Guardia Civil para retirar los documentos. En ese momento se produjo una escena de nervios entre los guardias civiles y los propietarios que se saldó con una denuncia contra éstos por desobediencia leve y falta de respeto a los agentes.

Toma de declaraciones

También acudieron varios trabajadores de servicio de Correos para comprobar los documentos y prestar declaración posteriormente en el cuartel del Instituto Armado de Sant Antoni. Los trabajadores no quisieron hacer declaraciones, pero aseguraron sentirse «dolidos» con este caso: «Nos da rabia, porque ahora sale esto y es una mancha para todos. Es una pena que una persona haga esto y afecte a todo un colectivo que en su mayoría cumple con las normas y hace bien su trabajo», aseguró una empleada ya en el cuartel.

Por otra parte, desde Correos no quisieron entrar a valorar el caso hasta que se resuelva la investigación. Un portavoz de la empresa sí confirmó que el cartero que había estado alojado en esa vivienda fue despedido en noviembre del año pasado: «Queremos dejar claro que no se trata de un empleado, sino de un exempleado de Correos, al que se abrió un expediente el año pasado por un caso similar y que fue despedido tras darnos la razón la Justicia», aseguró un portavoz de la empresa desde Palma.