La comunidad educativa está en pie de guerra contra los recortes y han convocado movilizaciones de protesta el próximo 22 de mayo en todo el Estado. En Ibiza se realizará una concentración y una cacerolada a las 19 horas en la plaza de sa Graduada y en Formentera será a la misma hora en la plaza de la Constitució de Sant Francesc. La cacerolada cuenta con el apoyo de STEI-i, UGT, CCOO y la Federació de Estudiants Fadae.

El líder del STEI en Ibiza, Pere Lomas, alertó de que la suma de los sucesivos recortes que ha anunciado el Govern supondrá echar a un millar de profesores interinos de la educación pública en Balears, «unos 170 en el caso de Ibiza y Formentera », con la consiguiente pérdida de calidad en las aulas: «El Govern está fulminando la enseñanza, se ha pasado de las autopistas de la educación que anunciaba Bauzá a los caminos de carros llenos de baches. Se han laminado los planes generalistas que había en marcha para satisfacer a una minoría, que podrá elegir la lengua de escolarización; a eso es a lo único que dedican recursos», criticó Lomas en alusión a la elección entre catalán y castellano en el acceso a la enseñanza.

También lamentó que la conselleria siga sin aclarar cómo se concretará la elección de lengua en las escuelas, que obedece a «una decisión política, no técnica».

Por su parte, el responsable de la Federación de Educación de CCOO, Toni Juan, teme que aún no se han desvelado todos los recortes que tiene previsto aplicar el Govern en la Educación, que podrían ir en la línea de lo que se quiere aplicar «en Cataluña o Valencia». También advierte de que de «cada diez profesores, uno se irá a la calle» por la ampliación de la carga lectiva de los docentes y la reducción de clases en los institutos.

Por su parte, el Col·lectiu de Professorat Preocupat, integrado en la Plataforma per la Educación, alerta del «caos» en las aulas. Los recortes sobrecargarán a los docentes, que «podrían tardar hasta 18 semanas» en atender a los padres de un alumno. Cada profesor tendrá a entre 150 y 200 alumnos y, en este contexto, vaticinan que será «inaplicable» cubrir sin refuerzos las bajas de menos de un mes.