Un centenar de personas, nueve aviones y helicópteros y ocho camiones de bomberos se desplegaron ayer en la sierra de Morna para tratar de sofocar el incendio que al cierre de la edición de este periódico seguía quemando hectáreas de bosque. A ellos está previsto que se sume hoy una compañía de la Unidad Militar de Emergencias con base en Bétera, que embarcó anoche hacia Ibiza, si bien una avanzadilla llegó a última hora de la tarde con un helicóptero de extinción.

Así lo indicó en rueda de prensa el conseller de Medio Ambiente en funciones del Govern balear, Gabriel Vicens, quien se desplazó a Ibiza desde Palma para seguir los trabajos de extinción. Vicens compareció en el puesto de control instalado en la zona junto al presidente del Consell de Ibiza en funciones, Xico Tarrés; la consellera de Interior, Pilar Costa; el director general de Emergencias, Jaime Coll, y el conseller insular de Medio Ambiente en funciones, Albert Prats.

A partir de las 13.21 la central del servicio de emergencias del 112 empezó a recibir una serie de llamadas de personas que alertaban de la presencia de humo en distintos puntos, y una hora más tarde ya se habían contabilizado unos 200 avisos. Desde este servicio se alertó a los bomberos, el Ibanat, la Guardia Civil, la Policía Local y Protección Civil, que empezaron a desplegar sus medios.

Sobre las 15 horas el 112 informó de que el incendio se encontraba en el nivel 0 del Plan Infobal, de modo que las tareas de extinción estaban a cargo de los recursos existentes en la isla. Para entonces ya se habían sumado a los trabajos el helicóptero y la avioneta del Ibanat con base en Ibiza, si bien se esperaba la llegada de una brigada helitransportada desde Palma. Solo media hora después se elevó a 1 el nivel de riesgo debido a la proximidad de viviendas en la zona y se activó el helicóptero de la dirección general de Emergencias con base en Mallorca.

A las seis de la tarde el despliegue era ya enorme. Según detalló Vicens, en las labores de extinción estaban trabajando por aire dos hidroaviones Canadair llegados de Madrid, el Air –Tractor con base en Ibiza y cinco helicópteros [a los que se añadió otro después]. Asimismo, el Ibanat solicitó la presencia de un Canadair de refuerzo procedente de la Península.

Personal en la zona

Entre 70 y 80 hombres del Ibanat y la conselleria de Medio Ambiente se encontraban también luchando contra el fuego, junto a 18 bomberos con sus seis camiones y dos vehículos más ligeros, según fuentes de este cuerpo.

En la zona se encontraban también una decena de policías locales de Santa Eulària, algunos de los cuales no estaban de servicio, y los agentes de Sant Joan, guardias civiles, voluntarios de Protección Civil de las agrupaciones de ambos municipios y ambulancias del 061, que colaboraron a la hora de controlar el tráfico o los accesos y aguardaron por si era necesario prestar ayuda de algún tipo.

A última hora de la tarde despegaron desde Bétera, en Valencia, cuatro helicópteros de la UME hacia Ibiza. Ya a las tres de la tarde el comandante de esta unidad contactó con el Servicio de Emergencias del 112 para ofrecer su ayuda en caso necesario, y varias horas después Coll requirió su intervención. Dos de los helicópteros son de transporte de personal y en ellos viajaban 18 hombres, mientras que otro es de extinción y el cuarto, más pequeño, de coordinación. A estos militares se sumarán hoy otros 130 que se embarcaron en Valencia a las 23 horas con 44 vehículos.

Además de los responsables políticos citados, en el lugar estuvieron desde primera hora los alcaldes de Santa Eulària y Sant Joan, Vicent Marí y Antoni Marí Marí, Carraca, respectivamente, quienes tomaron varios vehículos para acercarse a conocer de primera mano el transcurso de las labores de extinción. Junto a Carraca subieron también Prats, Tarrés y Costa. Precisamente Prats comentó a primera hora de la tarde que las dimensiones del fuego eran tales que no podría quedar sofocado en un solo día. También Tarrés hizo referencia a que el fuego se inició en el mismo lugar que el incendio declarado en Morna en 1985.

«Un desastre incalculable»

«Esto es un desastre de proporciones incalculables y esta noche va a ser dramática», destacó ayer el alcalde de Santa Eulària pasadas las 22.30 horas, cuando los medios aéreos ya se habían retirado por falta de luz. «Esto solo se puede apagar desde el aire. Es un terreno difícil, inaccesible, con vaguadas increíbles, y es una olla de fuego», dijo Marí, que apostilló que se estaba quemando «el pulmón verde de la isla». Ante la hipótesis de que el fuego fuera provocado, señaló que no le parecía extraño por cómo se había desarrollado. «Ha corrido a una velocidad increíble», comentó, al tiempo que resaltó que se trata de una zona con una vegetación muy espesa. Según Marí, durante la noche solo quedaba controlar y aguardar que el viento siguiera amainando como parecía y las llamas no se propagaran tan velozmente.