El Govern balear aprobará este mismo mes un acuerdo para instar al Ministerio de Agricultura y Pesca a que ponga en marcha un santuario para el atún rojo al sur de Balears, que se extendería desde los islotes de ses Bledes –frente a Sant Antoni–, pasaría por debajo de Formentera y llegaría hasta el sur de Menorca, pasando por aguas de Cabrera. En total, se quieren preservar 50.000 kilómetros cuadrados, que forman una franja más o menos rectangular de unas 70 millas de longitud.

El director general de Medio Forestal y Protección de Especies de la conselleria de Medio Ambiente, Pere Ramón, confirmó a este periódico que la situación crítica por la que atraviesa el atún a causa de la sobrepesca ha llevado a la conselleria a tramitar ante el Gobierno la petición de una reserva donde «quede regulada la pesca de esta especie».

«Estamos muy sensibilizados ante la situación del atún rojo y se ha elegido este área porque es un lugar donde cría desde tiempos inmemoriales», afirmó el director general.

El objetivo de este futuro santuario, más que prohibir la pesca, consistirá en «regular» la forma en que ésta pueda llevarse a cabo. En todo caso, es voluntad del Govern terminar con las prácticas que están «esquilmando» la población del atún rojo, mediante el uso de «tecnologías como radares y sonares que suponen un tipo de pesca industrial, que ha llevado la situación a un punto límite», manifestó.

También recordó que otros países mediterráneos, como Francia e Italia, están apostando por la implantación de santuarios de este tipo para limitar los efectos de las flotas de atuneros, cuyos métodos también provocan perjuicios a los pescadores locales.

El director general de Protección de Especies recordó que «las competencias para establecer este tipo de áreas las tiene el Gobierno central», por lo que después de que el Govern apruebe la solicitud, se establecerá un proceso administrativo y político para implantar el santuario.

La petición será aprobada en la próxima reunión del Consell de Govern, el viernes que viene, o el próximo a lo más tardar, según la conselleria.

Cofradías

Por su parte, el presidente de la Cofradía de Pescadores de Ibiza, Emilio Benítez, afirmó tener conocimiento de esta iniciativa y mostró su apoyo a la misma, pero afirmó que esta medida tendrá un escaso impacto en las Pitiusas. «Suponiendo que cojamos algún atún, no lo podemos comercializar legalmente, pues se han autorizado unos puntos muy concretos en el Mediterráneo para ello y nos han dejado en una muy mala situación, porque toda la vida se había vendido».

Según Benítez, la normativa que impide la compraventa de atún en las cofradías pitiusas data de hace unos dos años. «Sólo nos avisan cuando la cosa ya está aprobada», agregó.

En todo caso, consideró un hecho positivo el establecimiento de estas zonas de reserva, puesto que «los atuneros que vienen de fuera nos causan un verdadero estropicio; ni siquiera se apartan cuando ven boyas de redes». «Si hacen este santuario, tendrán nuestro voto a favor», anunció.

Por su parte, el presidente de la Cofradía de Pescadores de Formentera, José Juan Torres, coincidió en la necesidad de implantar este santuario para preservar los últimos recursos que subsisten de esta especie. «Los pescadores pequeños hace tiempo que no cogemos ya atunes», afirmó.

«Estamos completamente a favor. O que haya un santuario o que se establezcan vedas», manifestó Torres, quien dijo que continúa la presencia de grandes atuneros foráneos que arrasan las pocas reservas existentes de esta especie. Aunque en los últimos años se ha relajado algo su actividad, ello es precisamente «porque cada vez hay menos atunes», manifestó.