Hace ya muchos años que los oficios tradicionales payeses no tenían tan buena acogida en Vila. Fabricantes de espardenyes, cistellons e indumentarias de la vestimenta típica de las Pitiusas recuperaron ayer un espacio que no siempre estuvo abierto a estas actividades. Vila, muy señora, vivió siempre de espaldas a estos oficios, pero ayer les dio la bienvenida como si fuese un regalo que el tiempo les había prohibido. La asociación cultural Es Retorn, cuyo motivo de existencia es que esas labores no caigan en el olvido, llenó el paseo de Vara de Rey de evocaciones del pasado que aún permanece vigente. La prueba es la gran cantidad de personas que se acercaron hasta allí para recordar un pasado inmediato que tampoco es ajeno a los muchos visitantes del exterior que solicitaban información sobre los secretos de unas tradiciones que se pierden en la noche de los tiempos.

Hasta el desfile de carros tenía unas expectativas que nunca se hubieran dado cincuenta años atrás. Valientemente y entre los aplausos de los numerosos asistentes a la inauguración de las Festes de la Terra, quince carros engalanados de la Associació de Carreters de Sant Josep de sa Talaia recorrieron por dos veces Vara de Rey entre los aplausos y la admiración de los múltiples espectadores congregados, que llevaban ya un buen rato esperando su aparición. Fue la culminación de una jornada, la primera de las fiestas de Vila, en la que el tipismo y el localismo se abrieron paso sin ningún esfuerzo en la vida de la ciudad.

Hasta Nito Nisses, antiguo mestre d´aixa, estaba contento de mostrar sus maquetas de barcos típicos en el centro del paseo. Su puesto, en el que podían admirarse las réplicas en miniatura de algunos pailebotes de larga tradición, como el Berta Costa, estaba dedicado a los compañeros que colaboraron con él en la construcción de esta embarcación bajo las órdenes de Antoni Manyà. Entre sus reproducciones, él destaca el ´Genoveva´, «un barco que salvó a mucha gente tras el naufragio de un trasatlántico en las costas de Cartagena», recuerda. Nito Nisses no suele acudir a las fiestas que evocan la tracición pitiusa, pero sí que asiste a las que se celebran en Vila, según destacan las responsables de Es Retorn.

´Castanyoles´ y tambors´

Todo el conjunto del paseo es como una reivindicación de las labores tradicionales de la cultura pitiusa. Algunas mujeres vestidas de payesa enseñan cómo confeccionar prendas con encaje de bolillos mientras otras desenredan la pitra para otras funciones relacionadas también con la confección típica. Hay artesanos que muestran sus castanyoles y sus tambors mientras que otras artesanas exhiben sus mantons y demás elementos de la lencería payesa. Esta forma de comenzar las Festes de la Terra es «muy agradable» porque «permite que los habitantes de la isla se reencuentren con el pasado de las Pitiusas en una época en que sus señas de identidad están en peligro», opina la alcaldesa, Lurdes Costa.

Acompañada por la concejala de Cultura y Fiestas, Sandra Mayans, el de Urbanismo, Vicent Torres, y la de Juventud, Irantzu Fernández, Lurdes Costa visitó todos los puestos instalados en Vara de Rey y disfrutó después de las exhibiciones de ball pagès que se llevaron a cabo también en Vara de Rey. _representantes de cinco colles de la isla sorprendieron a los asistnetes con una exhibición de bailes de las Pitiusas, algo también poco frecuente en la ciudad. La fiesta continuaba después en el Pou d´en Musson, en la avenida Pere Matutes Noguera.