La coordinadora de la USP, Paz Merino, destaca que aunque es difícil medir cuánto ha crecido la implicación de los pacientes en su seguridad a raíz de las campañas, talleres y otras actividades que realiza la USP, el mensaje «va calando». «Esto no es una tormenta que empapa; es un sirimiri que va calando», dice.

Tanto ella como la farmacéutica y miembro de la USP Marga Prats explican que siempre intentan que la formación «sea muy práctica». Y recuerda que además de campañas como la actual, dan formación a niños, a adolescentes -dentro del programa de jóvenes expertos- y a adultos, para quienes precisamente en 2016 se puso en marcha la Escuela de Seguridad del Paciente, con talleres sobre reanimación cardiopulmonar, uso seguro de medicamentos o fuentes de salud en Internet, entre otros temas, fuera del hospital. Pese a ello, Merino reconoce que todavía queda «mucha» población a la que llegar.