El primer teniente de alcalde de Vila, Alfonso Molina, hizo autocrítica por el retraso en el concurso de la gestión del agua. «Admito que no está en el punto que me gustaría. Asumo la responsabilidad y las críticas», destacó, al tiempo que recordó que la demora se debe al infructuoso intento de mancomunar el servicio con Sant Antoni.

La concejala del PP María Fajarnés le acusó de «malgastar» 64.500 euros en estudios, adjudicados a la misma empresa (alguno de ellos a dedo), para la «el proyecto fallido de la mancomunidad». Molina corrigió a Fajarnés y dijo que el gasto real fue de 45.400 euros, cuya mitad debe pagar a Sant Antoni.

El primer teniente de alcalde asumió que tenía que «ponerse las pilas», pero resaltó que en ningún caso aceptaría que se pusiera en duda «la legalidad del proceso, avalada por los servicios jurídicos». Fajarnés le respondió que si el PP hubiera dado «a dedo» este contrato, aunque la ley lo permita, le hubieran «caído hostias», expresión que al instante retiró, y pidió disculpas. Molina recriminó al PP que la pasada legislatura no se hizo nada y que se ha tenido que empezar «de cero o de menos uno». Molina confía en que en verano ya esté preparado el pliego de condiciones de la licitación de la nueva contrata con la idea de que se adjudique antes de las próximas elecciones.