La querella por cohecho presentada por Roque López y su abogado Andrés Tuells supuso para Ascensión Joaniquet un golpe «desagradable, traumático y terrible» que, además, tuvo enormes repercusiones «profesionales, físicas y sociales», según relató ayer en el juicio, en el que habló como testigo. De la noche a la mañana se vio en las portadas de los periódicos locales y nacionales acusada de haber comprado a un juez. Aquellos titulares tuvieron unas consecuencias indeseables: los clientes que visitaba en la cárcel le preguntaban si era posible sobornar a los magistrados que llevaban sus causas; y en Barcelona, donde también ejerce como letrada, tuvo que dar más de una explicación y dañó su reputación, impoluta hasta entonces: «Fue un varapalo social y profesional», confesó. «Sinceramente, no sé por qué actuó así el abogado Andrés Tuells. Le he dado muchas vueltas desde entonces y he llegado a la conclusión de que solo quería hacernos daño. Por eso es usted una mala persona», le calificó Joaniquet, que centró sus ataques en el abogado y fue más benévola con López desde que este reconociera el daño hecho y mostrara su arrepentimiento. La abogada, que ha denunciado a Tuells por calumnias, sostuvo que estas «han sido continuadas», incluso durante el juicio de ayer. Para interrogar a Joaniquet, Tuells sacó a relucir el caso Ibiza Centre (archivado) y formuló decenas de preguntas que la jueza consideró improcedentes, pese a lo cual el abogado insistía: «Quizás es que usted no oye a la jueza, que habla muy bajito», le dijo la fiscal.