La quiebra de Spanair a finales de enero fue la gota que colmó el vaso. La desaparición de la compañía aérea era lo que le faltaba a una isla que lleva años denunciando la falta de conexiones y las dificultades para llegar o salir de ella en temporada baja. El cierre de Spanair supuso en Ibiza el despido de 45 trabajadores y la pérdida de 24 vuelos semanales en el aeropuerto.

Ibiza se quedó sin conexiones con Madrid a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde y, por lo tanto, sin la posibilidad de efectuar trayectos de ida y vuelta en un mismo día. La pérdida de enlaces afectó también a la ruta con Barcelona. Los trayectos con Ibiza que cubría Spanair suponían entre el 9,8 y el 13 por ciento de los vuelos registrados en el aeropuerto ibicenco durante la temporada baja, según datos facilitados por el Govern, el Consell deIbiza y AENA, mientras que sus aviones transportaban al 19,2 por ciento de los viajeros que pasaban por el aeródromo entre octubre y marzo.

La quiebra de Spanair tuvo consecuencias inmediatas. A la semana del cierre Fomento y el Govern detectaron un incremento generalizado en el precio del pasaje con los tres destinos nacionales que conectan con la isla: Madrid, Barcelona y Valencia. El caso más flagrante se produjo en la línea con la capital, que registró un aumento hasta del 150 por ciento en el coste del pasaje.

Las comunicaciones marítimas tampoco están en su mejor momento. Baleària ha suprimido este año la línea que unía el puerto de Ibiza con Valencia, cuatro enlaces con ferry a Palma y un barco semanal con buque rápido. Además, la naviera no ha precisado cuándo se reincorporará el ‘Maverick II’ a la línea entre las Pitiusas, de la que desaparecen en diciembre el ‘Arlequín Rojo’ y el ‘Nixe’ para ser reemplazados por un solo buque, el ‘Posidonia’.

Las gestiones realizadas por los representantes políticos baleares para paliar este aislamiento en temporada baja no solo no han dado resultado, sino que en algunos casos han agravado la situación. El PP balear, que se había comprometido a conseguir la declaración de Obligación de Servicio Público en los vuelos de Ibiza con la Península, admitió en junio que esta quedaba definitivamente descartada «al existir una conectividad mínima diaria». La prometida reducción de tasas aéreas quedó en una simple rebaja y aplicable solo en los meses de temporada baja.

Las compañías aéreas criticaron que los presupuestos del Gobierno de este año incluían un incremento de las tasas aeroportuarias para Ibiza del 18% y la petición del Consell para que Madrid diera marcha atrás cayó en saco roto.