Manu y José apenas se conocen desde hace una semana pero han hecho buenas migas. Han estado en un hotel de Sant Antoni lleno de turistas británicos. Sus mujeres, Patricia y Ana María, también han entablado amistad durante estas vacaciones. Los cuatro visitaron durante su estancia un conocido bar de intercambios de pareja en Sant Antoni. «Hemos sido buenos, —explica con una sonrisa José— fuimos por curiosidad». Falta poco tiempo para que los amigos entren dentro de la zona de embarque, hablan distendidamente entre ellos (como si se conocieran de toda la vida) e intentan deshacerse de un par de latas de refrescos para pasar el control de seguridad sin problemas. Las parejas bromean constantemente entre sí, sobre todo, cuando recuerdan la particular experiencia del bar.

–¿Por qué eligió Ibiza para venir de vacaciones?

–Hemos ido a otros puntos turísticos como Canarias, Mallorca y Menorca y a ambos nos faltaba Ibiza.

–¿Qué es lo más bestia que ha visto o que ha hecho?

–Hemos ido a un bar de intercambios de pareja [ríen]. Pero hemos sido buenos. Solo fuimos por curiosidad.

–¿Cómo les dirá a sus amigos que es Ibiza después de esta visita?

–Muy bonito, y les diremos que tiene dos tipos de ambiente: el fiestero y el de sol y playa.

–¿Qué es lo peor que le ha pasado en la isla?

–Lo peor es el regreso a casa. Tenemos ganas de quedarnos más tiempo.

–¿Qué le ha dejado con la boca abierta?

–Las playas, Formentera y Amnesia[ríen].

–¿Qué ha comprado para regalar a sus amigos y familiares?

–Pulseritas, camisetas, pequeñas tonterías…

–La visita más cultural...

–A Amnesia y al bar de intercambio de parejas [bromean]. Hemos visitado el castillo.

–¿A qué playas ha ido?

–Hemos estado en Cala Tarida, en Cala d´Hort, en Cala d´en Serra, Cala Bassa, Platges de Comte, Platja d´en Bossa, ses Salines y las playas de Formentera también.

–¿Qué platos típicos ha probado?

–Aparte de la ensaimada ibicenca no hemos probado ningún plato típico de la isla.

–Lo más feo de Ibiza...

–Lo más feo de Ibiza es Platja d´en Bossa, sobre todo la zona del Bora Bora, da asco. El agua es fangosa y sucia. No sabes lo que estás pisando. Además, los turistas británicos no saben comportarse: eso también es lo peor de la isla.

–Los precios son…

–Los precios son muy caros.

–¿Qué le ha parecido el servicio en los establecimientos?

–Muy bien, la gente con la que hemos tratado nosotros es personal con amplia experiencia en el mundo de la hostelería. Son personas que llevan muchos años. Algunos extranjeros se quejan de que no hablan inglés pero eso a nosotros nos da igual porque lo importante es el trato humano.

–¿Ha tenido que hacer cambios en sus vacaciones por la crisis?

–A nuestras mujeres íbamos a cambiar [ríen]. Ahora en serio, sí, hemos tenido que reducir un poco nuestras vacaciones.

–¿Cree que hay demasiados turistas?

–No, creemos que es normal la cantidad de turistas que hay.

–¿Volverá?

–Seguramente sí. ¡Y traeremos el látigo y el traje de látex para el bar de intercambios![ríen].