El Motoclub Pitiús tuvo que suspender ayer la prueba del Campeonato Balear de autocross que debería haber celebrado en el hipódromo de Sant Rafel. El club ibicenco se quedó con las ganas de ver rodar en la arena rafelera a los mejores pilotos del archipiélago al no disponer del permiso de vigilancia.

Según mantienen los responsables del Pitiús, el Consistorio de Sant Antoni no entregó a tiempo la autorización al Consell Insular, que debía dar el visto bueno para la celebración de la prueba. «El Ayuntamiento no me comunicó hasta el viernes que no sabían si podrían enviar al dispositivo de Policía Local. A las dos de la tarde me dijeron que sí que podrían desplazar a los agentes, pero ya era tarde para comunicarlo al Consell. El documento lo enviaron a las tres de la tarde», comentó ayer Marcelo Torres, responsable del club.

Al no celebrarse la carrera, los competidores mallorquines que viajaron hasta Eivissa deberán abonar por su cuenta el coste de los pasajes, aproximadamente unos 8.000 euros. Además, el club insular calcula en «unos 5.000 euros» el dinero perdido en el pago de seguros.

Por otra parte, el Pitiús no sabe todavía si podrá organizar la siguiente prueba del Balear, programada para dentro de tres semanas, ya que no dispone de un circuito para ello. Según el club, ya no poseen permisos para que el hipódromo albergue más pruebas de autocross y el Consell «ha incumplido la promesa» de facilitarles un espacio para improvisar un trazado alternativo.