Entrevista

Javier Arbizu, chef de la Selección Española: "El cocinero está para hacer bien las cosas, en el menú de los futbolistas manda el médico"

"Echo mucho de menos los fogones, para mí los jugadores de la Selección eran como hijos, fue muy duro tener que dejarlo"

Javier Arbizu.

Javier Arbizu. / EFE

Noé Menéndez

Javier Arbizu tiene un palmarés envidiable. En su currículo puede presumir de haber ganado un Mundial y dos Eurocopas, además de viajar a todos los lugares en lo que jugó la Selección Española de fútbol. Y lo hizo sin sudar ni una gota ni tener que calzarse las botas. El navarro fue durante años el cocinero de la Selección y por su mesa pasaron grandes figuras de la historia del fútbol de nuestro país, como Xavi, Iniesta, David Villa o Santi Cazorla. Ahora disfruta de su jubilación y la semana que viene visitará Avilés para recoger el "Comensal de honra Álvaro Cunqueiro" de la Cofradía del Yumay en el marco de las jornadas del pulpo.

¿Tiene ganas de venir a Avilés?

Me hace mucha ilusión el premio. Quiero mucho a Asturias, me ha tocado ir mucho por esa zona y me hace ilusión que esta vez sea por algo así.

¿Cómo empezó en la selección española de fútbol?

Todo arrancó hace 29 años. Empecé poco antes de las Olimpiadas de Barcelona y ahí estuve hasta hace tres años, justo después de la pandemia, que fue cuando me jubilé. He trabajado mucho con ellos y he tenido mucha relación con los jugadores asturianos. He estado en siete mundiales y en seis Eurocopas. Hacía todo, desde la absoluta hasta la sub-21, pasando por la Selección de fútbol sala hasta la femenina. Estaba más de doscientos días fuera de casa. La Federación ha sido siempre mi casa.

¿Cómo es dar de comer a los futbolistas de la selección?

Es un trabajo más o menos sencillo, porque las dietas las decide el doctor, no yo. Yo solamente cocinaba. Por ejemplo, si el entrenamiento era por la mañana, la comida se hacía más fuerte. Pero eso todo lo decide el doctor. Lo importante era que yo hiciese bien las cosas. El médico era el que mandaba.

¿A qué jugador asturiano recuerda en especial?

Recuerdo mucho a Luis Enrique. En el Mundial de Francia 98 casi no comía carné, por lo que teníamos que darle muchas proteínas con pescado. Cuando lo dejé estaba él de seleccionador. También me acuerdo mucho de Villa.

Parece que el asunto de la alimentación deportiva está cada vez más de moda.

Cuando entré en la Selección era muy distinta la alimentación. Yo me fui a aprender a Italia sobre el tema. Ahora es algo muy importantes. Los jugadores son grandes profesionales. Se les exige mucho y saben todo lo que gestionan. Ellos mismos se cuidan. Saben que generan mucho dinero y tienen que cuidarse. Antes era distinto.

Aunque esté jubilado, ¿sigue pendiente de la Selección?

Justo ayer comí con dos compañeros en San Sebastián. Estuve recordando viejos tiempos.

¿Fue muy duro tener que jubilarse?

La verdad que echo de menos los fogones. Fue muy duro. Pasar de estar siempre fuera, con gente joven, a estar en casa se me hizo cuesta arriba. Yo siempre consideraba a los jugadores como mis hijos. Ha sido difícil.

¿Cómo fue el momento de la retirada definitiva?

Mi último partido fue Gijón. Aquel día no lo supe asimilar. Dimos la comida y me llamó un periodista y no lo pude atender. No fui ni al partido, cogí un bus y me volví a San Sebastián. No podía reaccionar.

¿Cómo lleva ahora regresar a Asturias?

Ahora ya estoy recuperado de aquello. Voy a ir con mucha ilusión. Tengo grandes amigos asturianos, entre ellos Ramiro, el que fue el peluquero de la Selección. Hemos hecho un montón de mundiales, somos como dos hermanos. Estuve mucho también en los Vega. Asturias es muy querida para mí. Otro con el que tuve mucha relación fue con Maximino Martínez.

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