Si quieres asegurarte un buen descanso, libre de preocupaciones, es imprescindible limpiarlo varias veces al año, al menos dos. La suciedad más común va desde la humedad hasta los ácaros, que pueden provocarte incomodidad.

Desinfectar y limpiar el colchón de tu cama de manera rápida y eficiente es muy sencillo. Es importante que el colchón no tenga más de 10 años, ya que puede deformarse y hacer que nuestro sueño no sea bueno y haga que nos levantemos más cansados.

Estos son los detalles que debes tener en cuenta para mejorar tu sueño, tu salud y tu colchón:

Ventilación

Si eres de los que hace la cama inmediatamente después de despertarse, tenemos que decirte que lo estás haciendo mal. Lo ideal es que ventiles la habitación, mínimo, cinco minutos al día. Así evitarás la acumulación de humedad, ácaros, sudor y pieles muertas. Darle una buena sacudida a todo, tampoco está de más.

Quitar las manchas

Lo principal es que tengas un buen cubre cama que evite que las machas se adhieran al colchón. Seguidamente, si han conseguido traspasar, o nunca te has hecho con uno, los ingredientes naturales son los mejores:

  • Bicarbonato: coge agua tibia y añádele unas cucharadas de bicarbonato hasta que se haga una ligera pasta. A continuación, ponlas sobre las manchas del colchón y deja de pasen unas horas. Después, retira con un paño húmero y deja secar.
  • Agua con limón: es un potente anti-olores. Utilízalo en manchas de orina, sudor... te ayudará a deshacerte de ellas..
  • Bicarbonato de sodio, aceite esencial, un colador y una aspiradora: junta todos los ingredientes dentro de un recipiente, concretamente una taza de bicarbonato, cuatro gotas de un aceite esencial (como el romero o la lavanda) y mézclalo bien. A continuación, échalo por encima del colchón con el tamizador y déjalo reposar 60 minutos. Cuando ya está listo, coge tu aspirador y retira el exceso. Quedará como nuevo.
  • El último recurso es el detergente: si estos remedios caseros no funcionan, debes recurrir a un detergente líquido con el que humedecerás un paño y dejarás actuar en las manchas. Seguidamente, límpialo con agua y sécalo bien.