El truco para hacer las croquetas de jamón más sabrosas

Esta es la clave para que la bechamel tenga la mejor textura y las croquetas no queden apelmazadas

L. M.

¿No te atreves con las croquetas porque temes que sean difíciles de hacer o te queden apelmazadas? Para hacer esta receta hay muchas opciones, pero te contamos una con la que la bechamel queda muy jugosa, cremosa y con más sabor. Esta propuesta es para elaborar las croquetas clásicas, con jamón, pero hay muchas opciones, incluso hay croquetas veganas.

Ingredientes

  • Taquitos de jamón
  • Medio litro de leche entera
  • Medio litro de caldo de pollo
  • Nata líquida
  • Dos cucharadas de harina
  • Nuez moscada (al gusto)
  • Pan rallado y huevo (para el rebozado)

La fórmula para hacer croquetas más sabrosas

La clave para que las croquetas tengas más sabor y conseguir una textura cremosa es utilizar caldo de pollo o de carne para hacer la bechamel. De esta manera, potenciamos el sabor a jamón y este líquido ayuda a trabajar mejor la mezcla.

Para agilizar el proceso de preparar la bechamel se puede poner el medio litro de leche entera a hervir previamente junto con la nata. En otra cacerola se dora el jamón y un poco de cebolla bien picada si queremos. En este momento añadimos las dos cucharadas de harina y lo incorporamos al jamón. Una vez que esté todo bien trabajado añadimos el caldo de pollo y la leche. Es el momento de remover constantemente con una cuchara de madera hasta que la bechamel adquiera textura sin llegar a apelmazarse.

Como las croquetas llevan jamón no conviene echarles sal para que no estén demasiado saladas. Sí que se puede incorporar un torque de nuez moscada, que suele quedarle bien a los preparados con leche o nata.

Hay que remover la bechamel una media hora para que coja cuerpo y no le quede ningún grumo.

La pasta de croquetas hay que dejarla reposar. Se debe poner en un reciente cubierta con papel film y meterla en la nevera. Lo ideal es hacer la pasta y dejarla de un día para otro.

A la hora de envolver las croquetas, la masa reposada ya está lista para trabajarla bien y darle la forma deseada. Se pueden usar las manos o dos cucharas. Se pasa por huevo y pan rallado y se fríen en aceite bien caliente.

Es conveniente que el aceite cubra en gran parte las croquetas para que se cocine bien el interior.