Kiko Rivera e Irene Rosales han estado disfrutando de unos días de desconexión absoluto en un hotel de Punta Cana, pero todo llega a su fin y hoy han regresado de esos días en la playa con una sonrisa en sus rostros y por supuesto, un color bronceado que ya quisiéramos muchos.

"Muy bien, muy a gustito" nos confesaba Irene en su llegada, además nos aseguraba que sus hijas habían disfrutado muchísimo de todas las prestaciones del hotel: "Imagínate, se lo han pasado pipa".

Sin embargo, el hijo de Isabel Pantoja se mostraba más discreto en cuanto a sus vacaciones, pero sí que nos confirma que está mejor de la rodilla: "De momento vengo mejor con la rodilla, que es lo más importante", tanto es así que lleva la muleta encima del carro: "Han sido muchos meses con muletas y ahora ya estamos mejorcito".

De hecho, Kiko Rivera ha regresado a España y se ha puesto a trabajar. Este fin de semana ha dado un concierto en Belmonte de Miranda donde ha disfrutado del público y su ambiente, pero ha salido tocado, tal y cómo ha confesado en los stories de su cuenta oficial de Instagram.

"Buenos días familia, acabo de despertar, son las 12.23, aquí en Belmonte de Miranda. Sois una gente de la polla. Me esperan cerca de 8 o 9 horas de coche. Deciros que me duelen las rodillas, que no sé si es el puto clima de aquí del norte o no sé qué cojones es", comentaba en un primer vídeo. "Hemos llegado a la conclusión que es el clima. Estoy jodido. Con lo bien que he estado yo estos días, (La Gota) no me ha dolido absolutamente nada. Llego a Asturias, que tiene una humedad acojonante de frío y se me hinca la rodilla", relataba. No obstante, el DJ se ha mostrado muy agradecido con la gente que ha acudido a su show y antes de partir hacia Sevilla ha enviado un último mensaje: "Una vez más Asturias, gracias. Belmonte de Miranda, gracias".