La medicina estética ya forma parte del cuidado personal

Sentirse bien por dentro y por fuera está cada día más entrelazado. A la nutrición y el ejercicio físico se ha unido en los últimos años la medicina estética, que en muchos casos ayuda a tener una mente sana y un bienestar general. Como ejemplo, casos como el bruxismo, un trastorno que hace rechinar o apretar los dientes, se empiezan tratar en las consultas de medicina estética con acido hialurónico.

El presentar un aspecto saludable, con los menores signos de envejecimiento posibles y de acuerdo a los cánones actuales de belleza, hacen que en España más del 56% de los pacientes de medicina estética opten por tratamientos faciales, según un estudio de la Sociedad Español de Medicina Estética (SEME), mientras que un 20% de la población asegura que realiza tratamientos faciales y corporales. Entre estos tratamientos, los más demandados son los rellenos dérmicos y la aplicación de toxina botulínica.

Según los datos de SEME, la principal preocupación de los jóvenes es combatir la celulitis y reducir la grasa corporal, mientras que los mayores optan por tratamientos de hiperpigmentación, manchas y fotorejuvenecimiento. A estos tratamientos se suma la tendencia estadounidense ‘baby botox’, que consiste en infiltrar dosis bajas de toxina botulínica para disminuir o prevenir ciertas patologías antes de que aparezcan.

Respecto al perfil del consumidor actual de medicina estética ha variado mucho en los últimos años, y sobre todo ha aumentado el número de pacientes femeninos y masculinos. Según los datos extraídos de este estudio, cinco de cada 10 mujeres y dos de cada 10 hombres recurren tratamientos estéticos.

Los datos de SEME revelan que las clínicas de medicina estética reciben a clientes cada vez más jóvenes. En los tratamientos faciales, corporales y capilares el perfil del consumidor se sitúa en torno a los 28-32 años y en 35-39 años para tratamientos de prevención del envejecimiento. La difusión que la medicina estética tiene en las redes sociales y la influencia sobre los jóvenes, unido a los precios competitivos, ha hecho que los menores de 26 años se introduzcan en el mundo de la medicina estética a través de rellenos de ácido hialurónico en los labios y tratamientos preventivos con toxina botulínica.

El ansia por lucir más joven hace que antes de los 40 años, con la aparición de los primeros signos del preenvejecimiento, se opte por tratamientos para hidratar los labios o minimizar las arrugas de la frente y del entrecejo.

Después de esta edad, cuando empiezan a aparecer los primeros signos de envejecimiento, los tratamientos van encaminados a corregir las arrugas y mejorar el aspecto, unas técnicas que se aplican tanto en hombres como en mujeres, además de la aplicación de vitaminas en la cara para hidratar y los tratamientos de fotoenvejecimiento para eliminar las manchas. En hombres, el injerto capilar es un tratamiento cada vez más demandado.

La preocupación de los jóvenes es combatir la celulitis

Además del uso de las redes sociales cada vez más extendido a cualquier edad, algunos especialistas utilizan estos medios para difundir su trabajo, detallar cómo es el tratamiento y presentar los resultados. Se trata de una tendencia al alza y que responde a que la medicina estética se ha normalizado como parte del cuidado personal.

Los mayores optan por eliminar las manchas y las arrugas