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Sanidad

El coronavirus se ceba con los usuarios de las residencias

Tanto en la primera ola como en la segunda se declaran brotes en estos centros, con numerosos fallecidos

El coronavirus se ceba con los usuarios de las residenciasJUAN A. RIERA

Los mayores ingresados en las residencias de las Pitiusas han sido las grandes víctimas de la pandemia. No sólo porque el coronavirus se ha cebado especialmente con ellos, con un elevado número de fallecidos entre este colectivo, sobre todo durante la segunda ola, sino también porque han sufrido el aislamiento derivado de las medidas que buscaban protegerlos. Con las residencias cerradas a las visitas, muchos han pasado meses sin poder ver en persona a sus seres queridos, una situación dolorosa tanto para los internos como para sus familias.

El 21 de marzo la conselleria de Salud confirmó que el virus había entrado en las residencias de Ibiza. En concreto, en Can Blai. Uno de sus usuarios había tenido que ingresar en el Hospital Can Misses, donde se confirmó que estaba afectado por el Covid. En ese mismo momento se hicieron PCR a otros 21 internos y a sesi trabajadores del centro que habían tenido contacto con él. Los primeros fallecidos procedentes de esta residencia llegaban poco después: el 31 de marzo y el 1 de abril, convirtiéndose en la segunda y tercera víctima del coronavirus en las Pitiusas.

A mediados de abril la consellera informaba del positivo de diez internos de la residencia Reina Sofía. Nueve de ellos ingresaron en el Hospital Can Misses, mientras que una de las contagiadas fallecía en el centro, de donde, según Salud, no se pudo trasladar dado su estado. A pesar de la declaración del brote, la conselleria descartaba intervenir el centro, como ya había hecho con dos residencias en Mallorca alegando que la situación era diferente ya que no había trabajadores de Reina Sofía contagiados. Nada que ver con la que se vivió en este mismo centro durante la segunda ola, con un segundo brote que llegó a afectar a 32 usuarios y a más de una decena de trabajadores y que hizo que la conselleria balear de Salud tomara las riendas del centro privado (dependiente del Obispado) a finales de octubre.

Ésta ha sido, hasta el momento, la única residencia de las Pitiusas intervenida por el Govern. La complicada situación del centro obligó a trasladar a Can Misses a buena parte de los afectados y a aislar en sus habitaciones a quienes habían dado negativo en las PCR de los reiterados cribados que se hicieron durante las siguientes semanas a la declaración del brote, que se llevó por delante la vida de varios de los ingresados. Un hombre de 73 años, otro de 92, un tercero de 97...

A principios de noviembre se vivió la semana más negra del coronavirus en Ibiza desde el inicio de la pandemia. En los diez primeros días del mes fallecieron un total de siete personas, cinco de ellas procedentes de residencias.

De hecho, en esta segunda ola Reina Sofía, aunque fue el caso más grave, no fue la única residencia de las Pitiusas en la que se declararon brotes o casos. Nada más empezar septiembre, quince internos de Sa Serra daban positivo en coronavirus, lo que implicó que buena parte de ellos tuvieran que ingresar en el hospital en dos intensas jornadas de traslados en ambulancia. Este brote obligaba a la gerencia del Área de Salud pitiusa a reabrir la Unidad de Media Estancia Ca na Majora, cerrada tras la reducción de la incidencia en verano. El virus obligó a cerrar a finales de octubre el centro de día de Can Blai, donde se notificaron ocho positivos, siete de ellos de usuarios. Uno de ellos, una mujer de 90 años, falleció. A principios de noviembre, el Consell de Ibiza confirmaba un brote en la residencia Cas Serres, el último declarado en este tipo de recurso hasta mediados de diciembre.

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