Investigación

Averías, disturbios y una agresión sexual en un viaje de tren a Pamplona: "Nos han dejado tiradas"

"No hay ningún protocolo para gestionar casos de emergencia, no hay ninguna información y la gestión de la crisis fue terrible", denuncian los viajeros

Un tren de Cercanias.

Un tren de Cercanias. / EP

NTM

"Nos han dejado tiradas y sin respuesta, a 400 personas, en un tren de cercanías, hemos estado durante cuatro horas y de pie con los pasillos llenos de gente”.

Una vecina de Pamplona recuerda en esta charla cómo fue el viaje de regreso del domingo en un tren que salió a las 9.05 horas y que debía llegar a las 13.05 horas a Pamplona, desde donde continuaba viaje hasta Oviedo. El tren arribó finalmente a la capital navarra en torno a las 16.20 horas sin que faltaran varios incidentes de por medio, entre ellos la detención de un joven en pleno trayecto por agresión sexual, amenazas y alterar el orden público.

Esta pasajera cuenta cómo la catenaria del tren sufrió una avería antes de Zaragoza, lo que motivó que estuvieran parados durante dos horas, con las puertas cerradas, sin aire acondicionado ni luz. “Lo peor es que no hay ningún protocolo para gestionar casos de emergencia, no hay ninguna información y la gestión de la crisis fue terrible”, denuncia.

Al llegar a la estación de Delicias, a los viajeros de Navarra se les comunicó que se apearan, que se dirigieran a otro andén y que otro tren les llevaría a su destino. Claro, no se les informó de que los vagones de ese Cercanías ya iban repletos.

“Para entonces ya había mucha gente agobiada, incluso mucha gente joven se portó de manera empática y dejó su asiento a personas mayores. Pero a mi lado noté a una chica que estaba poniéndose mala y que empezó con una crisis de ansiedad, mientras otra mujer pasaba buscando al vigilante de seguridad por un altercado que había habido con un joven en el vagón de al lado. Un chico se había agarrado a la barra superior y había subido sus piernas a la alturas de dos chicas para restregarse. Empezó a insultar, a gritar que era de Hamás y que iba a matarnos a todos".

Mientras, la chica de la crisis de ansiedad perdió el conocimiento. "A ella le atendieron varias personas que eran médicos y las víctimas de la agresión terminaron en nuestro vagón. Venían temblando. El vigilante había avisado a la Guardia Civil y el agresor se había encerrado en el baño. Le sacaron entre cuatro agentes y el otro se resistía”. Finalmente, tras una hora varados, el detenido fue llevado al cuartel y la joven atendida se fue recuperando.

Después de semejante trance, el pasaje continuó hasta la estación de Pamplona y, ahí, el final del desembarque terminó con los nervios de la mayoría. Esta viajera navarra recuerda que había tal colapso de gente esperando en los apeaderos que se hacía difícil incluso salir de la estación. “Pude tardar una media hora en salir de allí. Había tanta gente esperando trenes que se habían retrasado que era imposible avanzar por ningún lado. Fue un viaje de locura”.