ENTREVISTA

Sandra Hors: «Hemos democratizado el viajar y ahora debemos avanzar en la descarbonización»

Sandra Hors, directora de Comunicación, Sostenibilidad y Asuntos Públicos de Vueling: "Viajar era antes un esfuerzo económico grande y el modelo ‘low cost’ ha permitido el acceso al transporte aéreo para millones de personas".

Sandra Hors, directora de Comunicación, Sostenibilidad y Asuntos Públicos de Vueling.

Sandra Hors, directora de Comunicación, Sostenibilidad y Asuntos Públicos de Vueling. / Prensa Ibérica

La sostenibilidad ambiental, la tecnología y la digitalización, las regulaciones o los costes operativos son desafíos a los que cualquier empresa se enfrenta en su día a día. Y el sector de la aviación no es ajeno a ello. Desde su enfoque low cost hasta su compromiso con la sostenibilidad económica y ambiental, algunas líneas aéreas ya se posicionan como actores clave en la transformación del sector. Entrevistamos a Sandra Hors, directora de Comunicación, Sostenibilidad y Asuntos Públicos de Vueling quien nos desvela algunos de los retos que afronta la aviación comercial.

¿Cómo ha contribuido el modelo low cost a democratizar el acceso a los viajes?

Cuando hablamos de low cost nos referimos a un modelo basado en la personalización de los servicios, que consiste en que cada uno pague por lo que va a utilizar. Como aerolínea de bajo coste, priorizamos que nuestro esquema de tarifas siempre cuente con la opción más reducida, ofreciendo precios competitivos para aquellos pasajeros que no requieren extras. Viajar era antes un esfuerzo económico grande y el modelo low cost ha permitido el acceso al transporte aéreo para millones de personas, facilitando el vivir experiencias fuera de casa, el intercambio de conocimiento, y contribuyendo a una mayor inversión en el territorio.

En medio del debate actual sobre el pago de servicios añadidos, como el equipaje facturado, ¿cuál es su enfoque para mantener un equilibrio entre la accesibilidad y la sostenibilidad económica?

Esta es la base de un modelo que funciona: la libertad tarifaria y poder aplicarla con un modelo que beneficia al consumidor. Hace unos años unos pasajeros debían costear servicios que otros utilizaban. El precio era igual para todos, tanto si ibas a Madrid por un día con un bolso de mano o si llevabas varias maletas. Ahora se puede elegir cuánto pagar y en concepto de qué. Si esta opción no existiera, todos pagaríamos mucho más por volar.

¿Cuáles serían las consecuencias de la propuesta de eliminación de vuelos cortos por parte del Gobierno?

La propuesta no tiene impacto real en la descarbonización. Su aplicación permitiría reducir solo el 0,7% de las emisiones de CO2 generadas por la aviación. Un sector que actualmente representa el 2 - 3% del total. En cambio, la medida perjudicaría el desarrollo de los territorios, la inversión… puesto que tendría un impacto directo en la conectividad: no solo en las conexiones punto a punto, sino también por su papel de nutrir de pasajeros a los vuelos de largo radio.

Si una persona desde China quiere viajar a cualquier punto de España, sin un vuelo corto que conecte de forma directa los hubs como Barcelona o Madrid con su destino final es probable que acabe eligiendo otro hub como París, que sí cuente con esa conexión. Esto supone una pérdida de oportunidades y de competitividad.   

Sandra Hors, Vueling.

Sandra Hors, Vueling. / Vueling

Con respecto a la posible reubicación de vuelos de low cost desde el Aeropuerto del Prat a aeropuertos alternativos como Girona o Reus, ¿qué implicaciones tendría?

Una de las oportunidades de Barcelona es actuar como uno de los principales hubs. El Prat, donde Vueling tiene una cuota de mercado en torno al 42%, ya es uno de los aeropuertos mejor conectados de Europa y esto es imprescindible para potenciar el largo radio, que necesita nutrirse del corto radio. La gente quiere conectar con su destino final de forma rápida y cómoda desde un mismo hub, y si no lo hacen en Barcelona conectaran en otros aeropuertos. Además, esta alta conectividad europea permite grandes inversiones en la ciudad, atracción de talento y celebrar grandes eventos, como el MWC o la Copa América.

«Nuestra apuesta es el SAF, que se produce a partir de residuos orgánicos y reduce un 80% las emisiones»

Vueling celebra sus 20 años de operaciones. ¿Cuál ha sido su contribución económica y operativa durante estas dos décadas y cómo ha evolucionado la compañía para adaptarse a los cambios del mercado?

Vueling nace con 5 destinos … Y hoy hay 250 rutas, con más de 90 destinos desde Barcelona. Somos líderes en tráfico doméstico, el operador más puntual en El Prat y una de las principales aerolíneas de Europa en volumen de vuelos. Nuestra evolución ha sido fuerte y el Prat ha crecido junto a Vueling. Damos servicio a 36 millones de pasajeros. En nuestra propuesta de servicios y productos, apostamos por la digitalización. Ahora, estamos volcados en el despliegue del reconocimiento facial junto con AENA para seguir mejorando la experiencia de cliente y colaboramos con varias entidades en iniciativas pioneras.

Apostamos, además por la desestacionalización. Hace unos años Vueling volaba mucho en verano, pero no tanto en invierno. Como parte de nuestra transformación hemos conseguido reducir la temporalidad -del 40% en 2019 al 20% actual- y que nuestra oferta sea sostenida durante el año. Un ejemplo de esa estrategia es Baleares. En Menorca somos la única compañía que opera en invierno, y así la ruta Barcelona-Menorca se mantiene a diario, hecho que tiene cohesión directa en el desarrollo de la zona. 

Así, hemos logrado operar en invierno unos 500 vuelos al día, el doble que antes de la pandemia y hemos mantenido los picos en verano, con entre 700 y 750 vuelos diarios. 

¿Cuál consideras que es el futuro de la aviación a nivel sostenibilidad?

A medio y corto plazo es el SAF, el combustible sostenible de aviación que se produce a partir de residuos forestales, de la agricultura y de la ganadería, y que reduce el 80% de las emisiones frente a los fueles tradicionales. Y la gran apuesta es el SAF sintético, que se crea a través de la captura de CO2 de la atmosfera mezclado con hidrógeno verde y permite la reducción del 100% de las emisiones. Pero el SAF disponible hoy es escaso, con una producción que cubre en torno al 0,05% de la demanda. Lo que es un reto pero también una oportunidad. Nosotros quisimos cuantificarla con un estudio elaborado junto a PwC que concluyó que España cuenta con los recursos y la materia prima para ser referente en la industria del SAF, con la creación de hasta 30 o 40 plantas que generarían un impacto de 56.000 millones de euros en el PIB y hasta 270.000 nuevos puestos de trabajo. En Catalunya podría representar un impacto de 10.600 millones en el PIB y la creación de 41.500 puestos de trabajo. Podemos ser un país productor en un sector necesario para el turismo y el desarrollo de la economía. Y creemos que es el camino.