Adolf Aymat: «Prácticamente he sido el escultor exclusivo de Santa Eulària»

El artista catalán afincado en Ibiza Adolf Aymat cumple 94 años y recuerda su trayectoria, que abarca escultura, pintura, cerámica y la actividad empresarial con la dirección de dos fábricas: una de alfombras y tapices y otra textil

El escultor Adolf Aymat cumple 94 años en Sa Residència Colisée. El autor barcelonés, que vive en Ibiza desde 1976, se mueve por los pasillos del centro con bastón pero a paso ligero y guarda en su habitación recuerdos de toda una vida que no duda en mostrar. «En el año 1975 conocí la isla porque vine de vacaciones con mi mujer y mis seis hijos al hotel s’Argamassa», precisa.

Menciona que durante ese viaje pintó su primer cuadro de la isla, en el que retrató el Puig de Missa de Santa Eulària. Cuando regresó a Mataró, su lugar de residencia de la época, anunció a su profesor de pintura, el artista Pablo Mañé, que se quería dedicar por completo al oficio. «Entonces dirigía una fábrica y le conté a mi socio que iba a abandonar el negocio para ir a vivir a Ibiza. También dejé a mi mujer y mis hijos».

Al año siguiente se instaló en la isla y empezó a pintar, organizar exposiciones y vender sus cuadros. El escultor catalán cuenta que en aquella época conoció al artista Luis Amor, que hacía dibujos «con cuadros blancos y negros» y le propuso asociarse con él «para hacer figuras de cerámica» con los diseños de Amor.

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura» |

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura» | / Miguel González

«Después de haber vendido muchas figuras, decidí que quería dedicarme a la escultura», asegura. Así que en 1989, viajó a Francia para aprender del experto Joseph Castell, que «daba cursos en verano para extranjeros», detalla. Explica que allí aprendió a trabajar con todo tipo de materiales como la madera, la piedra, el mármol o el hierro y que dejó la cerámica para comenzar a trabajar en este campo.

«Le hice al Ayuntamiento de Santa Eulària la primera escultura grande que tienen en el porche. Son dos piezas que, en total, miden 2,70 metros. Es Puig de Missa, el mar, el puente del río y una cabeza de payés», menciona. Afirma que es la obra de la que se siente más orgulloso porque se trata de la primera pieza de grandes dimensiones que diseñó: «Acabé por hacerme muy amigo del antiguo alcalde, Vicent Guasch».

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura»

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura» / Miguel González

Detalla que el rostro está tallado en negativo para lograr el efecto de que sigue con la mirada al espectador mientras éste camina y que aprendió esta técnica de Josep Maria Subirachs, que fue el escultor de la Sagrada Familia. «Yo era muy amigo suyo y quería ir a trabajar a la catedral con él, pero no fue posible porque el arquitecto encontró a otra persona», lamenta.

Aymat calcula que ha realizado en toda su vida más de 410 esculturas de diferentes tamaños y asegura que la mayoría de piezas propiedad del Consistorio de Santa Eulària provienen de su taller: «Era, prácticamente, el escultor exclusivo del municipio». Además, confirma que el año pasado el Consell de Ibiza le compró su colección de 32 modelos de cerámica de mujeres vestidas con el traje tradicional de la isla al completo. Sin embargo, lamenta que los arquitectos y decoradores «no tienen en cuenta las esculturas porque piensan que no son necesarias».

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura»

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura» / Miguel González

Inicios entre arte y fábricas

Aymat recuerda que estuvo en contacto con el arte desde el colegio: «Se hacía mucho dibujo en mi escuela». Más adelante, empezó su formación en Peritaje mercantil para trabajar en la fábrica de la fábrica de alfombras y tapices que fundó su padre en Sant Cugat. «Esos estudios eran lo que hoy es Administración de empresas», aclara.

Sin embargo, señala que abandonó su instrucción durante el tercer curso para dedicarse al negocio familiar y a su formación como Maestro artesano de alfombras y tapices: «Diseñábamos los tapices y alfombras y las vendíamos bastante bien». Durante esta época, tuvo que compatibilizar la realización del servicio militar con la gestión de la empresa: «Por suerte, me tocó ir a Girona, que está bastante cerca, y todos los fines de semana iba en moto a preparar el trabajo de los siguientes días a los obreros».

A pesar de ello, cuenta que tuvo que vender la fábrica forzado por el menor precio que ofrecían los competidores asiáticos y africanos. Después del traspaso, se casó y se mudó a Mataró. «Allí monté otra fábrica pequeña de pijamas y ropa interior, aunque mi suegro me ofreció trabajar con él en la suya», indica. «En esa época empecé a dibujar».

Como curiosidad, el artista catalán revela que tenía un acuerdo con los estudios de animación responsables de la ‘Familia Telerín’ por el que podía fabricar ropa infantil con los personajes del programa: «Vendí una cantidad bárbara de pijamas gracias a ese contrato».

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura»

«Después de vender muchas figuras, decidí dedicarme a la escultura» / Miguel González

La fiesta de cumpleaños

Aymat afirma que regala a cada usuario y trabajador del centro de mayores una fotografía de una escultura suya en la fiesta que la residencia organiza para todos los que cumplen años en enero. Tiene delante un sobre que contiene todas las imágenes y extiende algunas encima de la mesa junto a la que está sentado. Se detiene en una de ellas, que muestra una escultura en relieve de un niño futbolista que levanta la pierna para chutar un balón: «Es mi última obra».

El autor explica que la pieza está desde 2018 en el vestuario del campo de fútbol de Santa Gertrudis, porque lo visitaba a menudo para ver partidos de fútbol infantiles: «Los niños tienen una ilusión de jugar y marcar goles que no tienen los mayores. Por eso me gustaba más ir a sus partidos». El deporte es otra pasión del autor, que conserva perfiles de etapas ciclistas que recorrió: «Hice dos veces el recorrido de la Vuelta Ciclista a Cataluña en dos días con un amigo que fue profesional».

Por otro lado, explica que terminó su última pintura el año anterior, que es un óleo sobre madera que muestra el esqueleto de una papisa que presentó en una exposición en Sant Antoni. «Es sobre el siglo próximo, cuando los papas podrán ser mujeres, posiblemente. El pontífice suele llevar el anillo en la mano derecha, pero ella lo lleva en la izquierda para marcar que es mujer y está muerta porque ya terminado su tiempo en el cargo», describe.

El escultor catalán también sortea en su fiesta dos piezas que él ha fabricado entre los usuarios y los trabajadores de Sa Residència Colisée. Comenta que ambas están hechas de arenisca de Tarragona y representan en relieve a un perro ibicenco y un hombre que traza surcos en la tierra con un arado.

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