Las pantallas y los niños: «La tecnología actúa en el cerebro como un calmante»

El director de Bienestar Social del Ayuntamiento de Ibiza, Iván Castro, comienza un ciclo de cuatro exposiciones sobre la gestión tecnológica dirigido a padres con hijos en educación Infantil y Primaria

Los dispositivos electrónicos son ya una constante en la vida de los niños casi desde su nacimiento. Este elemento plantea dudas a los padres sobre los tiempos de uso, los contenidos a los que los pequeños tienen acceso, la convivencia en los hogares y los efectos sobre su desarrollo. Por ello, la concienciación acerca de estas cuestiones va en aumento y, con ella, la demanda de los adultos de información al respecto.

«¿Qué sensación os da la ilustración del cartel?», pregunta el director de Bienestar Social del Ayuntamiento de Ibiza, Iván Castro, al público de su ponencia. «Estamos así todo el día», reflexiona una mujer sobre el dibujo de dos adultos y una niña que utilizan el teléfono sentados en una mesa. «Alguna madre me ha dicho que envía mensajes al teléfono de su hijo para que vaya a cenar», comenta el experto.

Esta conversación inicia la primera sesión de la formación sobre familia y gestión tecnológica, que acoge el Casal d’Igualtat de Vila. El Consistorio ofrece esta orientación a familias con niños que se encuentran en las etapas de educación Infantil y Primaria y trata sobre modelos de manejo que favorezcan la «convivencia familiar». Castro explica que los padres se sienten presionados por sus hijos a edades cada vez más tempranas para regalarles su primer teléfono móvil y que esta tendencia comienza a finales de Primaria.

Una asistente interactúa con Castro. | V.M.

Una asistente interactúa con Castro. | V.M. / Miguel González

Añade que los especialistas defienden que estos dispositivos no deben de estar a disposición de los chicos hasta los 16 años: «¿Quién aguanta tanto con sus hijos? Yo no». Matiza que esta edad depende de la madurez de la persona. Una mujer del público confirma, sobre las restricciones que intenta marcar a sus niños: «Tengo la sensación de que voy a contracorriente y que lucho contra el mundo». «La tecnología forma parte de la vida de nuestros hijos cada vez más y no se puede quitar del todo», reflexiona otra madre.

Castro explica que no confía en la educación en el uso de los aparatos electrónicos porque «a la tecnología no la puedes educar». Por ello propone adoptar «el planteamiento de las drogas», ya que estos dispositivos «tienen todos los elementos de las sustancias adictivas». Pone el ejemplo de una madre que observa que su bebé de meses se relaja más fácilmente con un móvil y el de un padre que ve que su hijo con trastorno de déficit de atención se concentra en los videojuegos. «La tecnología activa en el cerebro lo mismo que un calmante o una medicación», argumenta.

Iván Castro abre un turno de reflexiones para el público. | V.M.

Lola Penín presenta la formación en el Casal d’Igualtat. / Vicent Marí

A pesar de ello, reconoce que las familias tan solo pueden educar a sus pequeños para reducir los riesgos de los dispositivos electrónicos porque «están en todas partes». Asegura que el discurso mayoritario es que estos aparatos fomentan la creatividad y el desarrollo, aunque indica que no hay pruebas que sostengan este razonamiento.

Por el contrario, el director de Bienestar Social de Ibiza afirma que es perjudicial en este apartado. Recuerda a un padre que comenta que su hijo tan solo come con una pantalla delante. Para él, las comidas en público son importantes para que los pequeños se esfuercen por comportarse en estas situaciones: «Así no se genera aprendizaje porque desconectas a tu hijo». También afirma que cada vez hay menos tolerancia al comportamiento inquieto de los niños: «Un camarero me dijo una vez que le diese un móvil a mi hija para que se callase».

El uso de la tecnología en la educación fue uno de los temas más polémicos de la sesión. Algunos asistentes apuntan que sus hijos reciben tareas y notificaciones fuera del horario escolar y que deben atenderlas a través de los dispositivos electrónicos. Una mujer explica: «Soy profesora y creo que estas cosas se hacen sin pensar en las consecuencias. Se pueden programar las tareas para que no lleguen por la tarde».

Lola Penín presenta la formación en el Casal d’Igualtat. | V.M.

Iván Castro abre un turno de reflexiones para el público. / V.M.

Castro añade que estos mensajes pueden crear ansiedad en los alumnos y que no puede implantarse esta metodología educativa sin que los padres estén familiarizados con ella. Otra madre señala que los libros de texto «vienen con el código para que se puedan leer con la tableta». «Desde la pandemia, no se aprende a escribir a mano porque todo es por ordenador. Una redacción corta les lleva horas y es tiempo que los niños no están con la familia», lamenta otra persona del público.

El ponente destaca que las tecnologías interfieren en la convivencia familiar, ya que en la que denomina socialización 2.0 se unen las demás esferas de comunicación como la escuela, el trabajo o el grupo de amigos. Señala que por eso muchos menores no salen de sus habitaciones y que se reduce el «único espacio natural para el modelaje de los niños».

«Llegamos tarde»

Iván Castro observa que en la actualidad empiezan a notarse los problemas que causa la tecnología en los más jóvenes. «Hay gente con hijos agresivos y conflictivos porque no habían puesto límites antes», señala. Aunque afirma que las familias piensan más en el tema, lamenta que las dificultades que los aparatos electrónicos provocan sean ya demasiado grandes: «Llegamos tarde». Otra asistente opina: «Nosotros venimos porque estamos concienciados, pero imagínate la gente que no piensa en estas cosas».

La concejala de Bienestar Social de Ibiza, Lola Penín, señala que espera que los padres que asistirán a estas sesiones aprendan «herramientas necesarias para gestionar la tecnología lo mejor posible». También confirma que el Consistorio repetirá esta formación «si funciona» y que había familias que «demandaban este servicio».

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