El Diverespai emociona a niños y no tan niños

Las atracciones hinchables vuelven a ser la seña de identidad

El Recinto Ferial de Ibiza suena a compresores eléctricos que terminan de hinchar las últimas atracciones inflables. Los 55 monitores que guiarán las actividades se mueven de un lugar a otro para dar los últimos retoques antes de abrir las puertas para la inauguración del Diverespai. Mientras, un técnico gira la manivela para terminar de subir los focos del escenario de la carpa anexa. Dos empleadas ordenan las fichas del guardarropa sobre un mostrador en la entrada de la nave principal mientras giran la cabeza hacia la puerta para comprobar cuánto falta para que el público pase.

Las primeras personas entran y se dirigen a los mostradores para comprar su entrada. Unos minutos después, es imposible distinguir la música de fondo entre las conversaciones de los padres y el ruido de los pequeños. Marilina Ribas, la consellera de Juventud, menciona que cada año se acercan a esta feria infantil entre 10.000 y 13.000 niños.

El Diverespai emociona  a niños y no tan niños

El Diverespai emociona a niños y no tan niños / Miguel González

Nadia es una de las madres que lleva la delantera y se dirige a la sección de los pintacaras, situada en uno de los rincones del recinto. Afirma que ha traído a sus dos hijos para «jugar y disfrutar» y que lleva «muchos años viniendo». «Mi hijo quiere pintarse como el Grinch», señala con una sonrisa. Por su parte, su hija señala la fotografía de una cara dibujada con copos de nieve.

Aina Pastor, una de las pintacaras, comenta un rato después que el maquillaje que más han pedido los niños hasta el momento es el de renos. «Hay completos o solo la forma de los cuernos y la nariz», detalla. También asegura que los dibujos de bolas de Navidad y de copos de nieve están entre los favoritos de los pequeños mientras pinta a una niña como una mariposa.

Algunas de las atracciones hinchables

Algunas de las atracciones hinchables / Marcelo Sastre

«Mi niña quiere saltar, saltar y saltar», ríe Iván Romero, que lleva al Diverespai a su hija pequeña por tercera vez. «Enseguida se cansa de un castillo y quiere cambiar a otro», indica. En efecto, los niños pueden elegir entre una decena de atracciones hinchables temáticas. Una de ellas imita el balanceo de un barco, otra tiene las formas de leones y palmeras para evocar un paisaje africano y otra es alargada y tiene zapatos alrededor para recordar la figura de un ciempiés.

Romero añade que había acudido en otras ocasiones con su hija de 13 años: «Ahora ella no viene a estas cosas». Sin embargo, la carpa anexa ofrece actividades para adolescentes. A un lado, unos niños juegan a videojuegos deportivos como el ‘FIFA’ o el ‘NBA 2K’. Junto a ellos, dos chicos llevan unas gafas para sumergirse en la realidad virtual.

Una pantalla muestra que han de manejar unas espadas láser para golpear objetivos móviles. Tamara Navarro, que viene de Sant Cugat para pasar las fiestas con la familia de su marido, apunta mientras señala a uno de los jugadores: «Hay hinchables que se le quedan pequeños a mi hijo porque ya tiene diez años. Como hemos venido muy temprano, ha preferido hacer esto porque luego hay cola».

Un niño recibe instrucciones para un videojuego de realidad virtual

Un niño recibe instrucciones para un videojuego de realidad virtual / Marcelo Sastre

Las dos primeras artistas que se subirán al escenario de la carpa preparan sus micrófonos de diadema para anunciar el espectáculo inicial del programa, que se extenderá durante los nueve días de la feria. Las elfos María del Muérdago y Amorosa explicarán un cuento «muy divertido para empezar a preparar a los niños para los Reyes Magos». También cantarán villancicos y jugarán con pompas de jabón.

Carol Brest, la directora artística y actriz de Acrobati-k Espectáculos, asegura que su objetivo es «traer color y alegría en la zona de inflables y talleres y atraer al público a la zona de espectáculos».

Un olor a masa de galletas comienza notarse ya de vuelta en la nave principal del Recinto Ferial de Ibiza. El taller de cocina funciona a pleno rendimiento con varios niños que se reúnen para preparar galletas con forma de árbol de Navidad. Uno de ellos no puede llevarse la mano a la boca a pesar de las protestas de su madre.

Una niña prepara una galleta

Una niña prepara una galleta / Marcelo Sastre

Emilia Moles, que coloca las masas que los niños han preparado en un horno de la parte trasera del puesto, comenta: «Ahora estamos preparando una hornada de galletas de hojaldre». Su compañera, que remueve un tarro de chocolate de untar, precisa: «Para que no sea siempre igual, cambiaremos entre recetas dulces y saladas».

Irene Sala hace cola junto a su hijo para entrar en una de las actividades más curiosas: un corral con animales con ruedas que se desplazan a motor. Explica que vive en Mallorca y que ha venido a con su hijo a visitar a sus padres: «El Diverespai es una buena opción porque el niño se entretiene, juega y hay muchas actividades». «Tiene cuatro años y está en un limbo porque le gustaría ir a las atracciones para los de más de seis años y las otras le parecen muy infantiles», comenta sobre el pequeño.

Laura Ribes ha venido por primera vez a la feria y espera en el taller de pintura creativa a que su hija de dos años termine su acuarela: «Debería haber más cosas para los más pequeños, pero todo está muy bien montado».

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