Ejército

Así se forma a un tirador de élite en Alicante

El Mando de Operaciones Especiales, con base en Rabasa, cuenta con los tiradores de precisión más completos e instruye cada año a nuevos especialistas

Entre la Sombra y la Precisión: Tras los pasos de los Tiradores de Élite.

Entre la Sombra y la Precisión: Tras los pasos de los Tiradores de Élite. / ALEX DOMÍNGUEZ

Coloquialmente les conoce la ciudadanía como francotiradores, pero ellos rechazan de plano que se les identifique con dicho nombre. Prefieren que les llamen tiradores de precisión o "snipers". "Francotirador suena a algo malo, como si estuvieras en el equipo de los malos", señala un veterano "boina verde" del Mando de Operaciones Especiales (MOE), con base en el cuartel de Rabasa en Alicante. Como no podía ser menos, esta unidad de élite del Ejército cuenta entre sus miembros con expertos tiradores de precisión que están considerados "los más completos" de las Fuerzas de Armadas, pese a existir buenos especialistas en otras unidades de la Armada y de los Ejércitos de Tierra y del Aire. A la capacidad de ser buenos tiradores suman la formación recibida para prestar servicio en equipos de operaciones especiales y desplegarse en cualquier escenario. De hecho, para poder aspirar a formar parte de este equipo de tiradores de precisión del MOE es necesario que antes hayan estado un mínimo de tres años en un equipo operativo.

El Centro de Adiestramiento de Tiradores de Operaciones Especiales (CATOE) del MOE realiza cada año cursos de formación de tiradores selectos y de precisión. El de tirador selecto, donde son adiestrados los guerrilleros para disparar a distancias medias, es el paso previo para alcanzar la especialidad de tirador de precisión, donde el disparo es a larga distancia y necesita un observador que le facilita las correcciones del tiro. Son importantes tanto uno como otro para el éxito de la misión.

Varios tiradores en el curso de formación del MOE en Agost.

Varios tiradores en el curso de formación del MOE en Agost. / ALEX DOMÍNGUEZ

Información, del grupo Prensa Ibérica, ha podido presenciar en el campo de maniobras y tiro de Agost una de las jornadas de un curso impartido a una decena de "boinas verdes" que aspiran a ser tiradores en el MOE. Si superan este curso se convertirán en tiradores "selectos" de los equipos operativos del MOE donde están destinados y con posterioridad podrán aspirar a mejorar la especialidad para convertirse en tiradores de precisión y sumarse a los especialistas que ya están operativos.

Conocimiento de las armas

El coordinador del CATOE explica que para integrarse en este equipo de expertos hay que ser, lógicamente, "un buen tirador, lo que conlleva desde el conocimiento del sistema de las armas que va a emplear y cómo utilizarlas hasta la instrucción y adiestramiento diario en los procedimientos técnicos y tácticos".

Además, debe tener interés en ser tirador de precisión y tener una conducta ejemplar y capacidad de iniciativa y de liderazgo, añade el responsable del centro. Estas capacidades, añade, "son imprescindibles para funcionar luego en un equipo de tiradores de precisión".

Uno de alumnos del curso del MOE.

Uno de alumnos del curso del MOE. / ALEX DOMÍNGUEZ

El rol de un tirador de precisión en las misiones del MOE, que son mayoritariamente de carácter internacional y fuera de España, es el de "la seguridad y de la protección del equipo operativo". Por ello, "un planeamiento detallado en base a la inteligencia obtenida es primordial para el éxito de la misión", indica este especialista.

Durante las prácticas realizadas esta semana en el campo de tiro de Agost, los aspirantes han realizado ejercicios de forma individual y en binomio. Las prácticas han incluido objetivos situados a media distancia, menos de quinientos metros, y el jefe de instructores del CATOE les iba dando las pautas de cada ejercicio.

Un "boina verde" en la jornada formativa realizada en el campo de tiro de Agost.

Un "boina verde" en la jornada formativa realizada en el campo de tiro de Agost. / ALEX DOMÍNGUEZ

En una misión real se pretende que se alcance el objetivo previsto con el primer disparo y por ello en las prácticas no les dan muchas facilidades. "Cinco blancos y dos cartuchos máximo por cada uno" en solo un minuto y medio, les explica el instructor antes de uno de los ejercicios. Los tiradores deben tener en cuenta las condiciones del viento siempre y ajustar la torreta de la mira telescópica para no fallar en el disparo. El jefe de instructores del CATOE les insiste a los alumnos en que "el viento es el principal enemigo" y cuando comienzan a disparar el sonido metálico que se escucha apenas un segundo y medio después ya revela si el tiro ha sido certero o no.

Selección

La selección del personal que aspira a integrarse en el equipo de «snipers» del Mando de Operaciones Especiales  "muy importante y es la diferencia con muchísimas otras unidades. Pasa por ser soldado, después pasar por unidades convencionales y después la selección del curso de operaciones especiales, que es la más dura y es la más fuerte", indica el instructor del curso. La preparación psicológica también es muy importante para convertirse en uno de estos expertos tiradores.

El jefe de instructores del MOE que ha impartido el curso.

El jefe de instructores del MOE que ha impartido el curso. / ALEX DOMÍNGUEZ

Cuando deben escoger un rifle de precisión "lo que se busca es eso mismo, precisión, y, por supuesto, ergonomía. Un rifle que pese mucho no es muy conveniente para un tirador, que ya lleva mucho peso encima. Un rifle preciso de un tamaño pequeño y con bajo peso es el que tiene que buscar un tirador", explica el especialista.

Una de los blancos del campo de tiro del MOE en Agost.

Una de los blancos del campo de tiro del MOE en Agost. / ALEX DOMÍNGUEZ

A la hora de destacar alguna situación vivida en su carrera militar, este «sniper» señala que es un cúmulo de experiencias que le han formado como tirador y sobre todo como persona. "Desde la guerra de Bosnia hasta las últimas de Afganistán e Irak. Misiones diferentes son experiencias diferentes y aunque yo he vivido ciertas experiencias, en un mismo país y una misma misión otros tiradores han vivido otras experiencias". Recuerda su primera misión en Bosnia: "me llamó mucho la atención, ese desastre que había, esas víctimas... Creo que afectó no sólo a nosotros, como militares, sino a toda la sociedad civil".

Los tiradores del MOE asisten a diferentes cursos y entrenamientos para mantener sus capacidades a un nivel máximo de efectividad. Además de la formación para tiradores selectos, los especialistas realizan otras jornadas, como las de tiro con estrés o con bajas temperaturas, factores que influyen a la hora de que el impacto alcance con éxito el objetivo marcado.

Blanco a 1.920 metros

En cuanto a la distancia máxima que este experto ha visto hacer blanco en el campo de tiro de Agost, el instructor recuerda que un alumno dio en el objetivo a 1.920 metros al primer impacto. "Le dije al alumno: repítemelo. Y le dio otra vez. Es una distancia muy larga y más para un alumno". No obstante, precisa que "a todo el mundo se nos aparece la Virgen de vez en cuando y ejecutar un tiro a 1.800 o 1.900 metros de distancia al primer impacto existe, pero la probabilidad es muy baja. Se tienen que dar muchas circunstancias, el viento tiene que ser perfecto, las condiciones también, el tirador tiene que haber metido los datos perfectos y no puede haber ningún cambio de rachas de viento en ninguna dirección. Todo eso te da la capacidad de ejecutar un tiro a larga distancia".

La mayoría de las misiones que encargan a los tiradores son nocturnas, de ahí que el instructor indique a los alumnos la necesidad de conocer a fondo el arma que emplean para poder regular a oscuras la mira telescópica.

Una de las pruebas realizadas por los tiradores en Agost.

Una de las pruebas realizadas por los tiradores en Agost. / ALEX DOMÍNGUEZ

Hasta que se les presenta la oportunidad de disparar al objetivo en una misión, estos "boinas verdes" pueden estar hasta varios días camuflados con uniformes específicos para todo tipo de terrenos. Los objetivos de los tiradores no siempre son humanos. También pueden ser materiales, como vehículos, antenas, radares, y elementos de guerra electrónica, entre otros. Asimismo, se realizan misiones de obtención de información.

Los aspirantes a convertirse en tiradores deben pasar una prueba de tiro a cien metros, otra de estimación de distancia y otra escrita sobre los conocimientos impartidos en el curso.

Aunque actualmente no hay mujeres en los equipos de tiradores del MOE, con anterioridad algunas sí superaron el curso y "eran muy buenas tiradoras".

A los tiradores del MOE no les gusta compararse con otras unidades similares ni suelen participar en competiciones. Sólo se preocupan por mejorar sus capacidades en todo lo que pueden, pero son conscientes de que están en la élite y así se les reconoce tanto en España como en el extranjero.