Crimen

El novio de Judith, la mujer hallada muerta en Pontevedra, fue condenado en abril por violencia de género hacia la víctima

La Guardia Civil sigue buscando a este brasileño, que ahora tenía otras dos causas abiertas por quebrantar el alejamiento hacia la mujer, con la que residía en la vivienda abandonada

Vivienda en la que residieron Judith y su pareja brasileña.

Vivienda en la que residieron Judith y su pareja brasileña. / J. TENIENTE

Marta Fontán / Gabino Porto

La Guardia Civil sigue trabajando para intentar esclarecerel crimen de Judith Muñoz González, hallada muerta en Pontevedra. Junto a indagar en los sucesos ocurridos en la madrugada de su desaparición en la que esta mujer de 37 años salió a ejercer la prostitución, llegando a tener un fuerte encontronazo con un cliente que no le quería pagar y siendo vista después junto a una furgoneta blanca tipo Berlingo que ahora se trata de localizar, los agentes continúan buscando al novio de la víctima.

Este hombre natural de Brasil de 44 años ya fue acumulando historial delictivo en su país de origen y aquí en España fue condenado en abril de este año por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo por un delito de maltrato leve hacia la hoy fallecida, sentencia que incluía una orden de alejamiento pese a lo cual ambos seguían conviviendo en una vieja casa abandonada de Camiño de Redomeira cerca de la calle Aragón, la misma que este fin de semana fue precintada y objeto de entrada y registro policial para buscar pistas en torno al asesinato.

El mismo juzgado vigués abrió con posterioridad a esa condena otros dos procedimientos por quebrantamiento de condena por el incumplimiento de la medida de protección, asuntos que estaban en fase de instrucción cuando se produjo el homicidio que ahora se investiga y en el que, por el momento, continúan todas las hipótesis abiertas.

Este hombre permanece ilocalizable desde el pasado miércoles, cuando ya habían transcurrido cuatro jornadas desde la desaparición de la víctima y un día antes del hallazgo de su cadáver en el polígono de As Gándaras de Porriño. Según informan fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en relación con Judith el juzgado vigués especializado en violencia machista lo condenó en abril de 2023 por un delito de lesiones leves del artículo 153 del Código Penal. En esa sentencia, además de 38 días de trabajos en beneficio de la comunidad y de la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 16 meses, se le impuso la prohibición de comunicarse por cualquier medio y de aproximarse a menos de 200 metros de la víctima durante 12 meses.

Procesos

Este hombre también tuvo procesos en su país natal, algunos de los cuales siguen pendientes por estar ilocalizable, como uno abierto por un juzgado de Violência Doméstica e Familiar Contra a Mulher e Vara de Crimes Contra Crianças, Adolescentes e Idosos del Estado de Paraná por unos hechos por delito de incendio que se remontan ya a 2011. También aparece vinculado a un procedimiento relacionado con un hombre que fue hallado en 2012 con heridas de bala y a otro en el que se le requiere para pagar la pensión de alimentos a dos hijos.

Ahora se le busca también en España para intentar aclarar si tiene o no relación con el crimen de Judith, sin descartarse otras hipótesis en las que también se indaga con intensidad. El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, confirmó ayer que se investiga si hay relación entre la orden de alejamiento que tenía este hombre con respecto a la víctima y su crimen. Pero pidió que se “deje trabajar” a los investigadores para que determinen si “existe conexión”, algo que aún no se pudo confirmar.

“Quiero ser prudente y vamos a dejar trabajar a la Guardia Civil para que nos determine quién fue el autor o autores”, insistió, incidiendo en que los agentes trabajan con “todas las hipótesis” para resolver el crimen. “Parece que es un feminicidio, desgraciadamente, pero aún no podemos confirmar si es violencia de género o de cualquier otro tipo”, concluyó.

Judith fue asesinada por asfixia, para lo que su agresor usó una especie de trapo o bayeta similar a las que se suelen llevar en el coche para limpiar el salpicadero. Aunque tenues, tenía pequeñas lesiones en el cuerpo reveladoras de que intentó forcejear y defenderse sin éxito.

A la víctima se le perdió la pista la madrugada del sábado al domingo 19 de noviembre y su cuerpo fue hallado cinco días después, el jueves. Sobre cuándo murió, aún no hay una conclusión clara, pero parece que, dado el frío que hacía, podría ser compatible con esa noche en que se le perdió la pista.

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