Cuatro de cada diez afectados por un infarto en Balears sobreviven

El 061 reclama que se les llame a los primeros síntomas y que los testigos realicen maniobras de reanimación mientras llegan | Entre el 15 de mayo y el pasado 15 de septiembre se atendieron 121 casos de los que 104 se produjeron en esta isla, 21 más que en el mismo periodo de 2022 | Sobreviven cuatro de cada diez personas que sufren estos episodios agudos

Una imagen de una angioplastia en una sala de hemodinámica.

Una imagen de una angioplastia en una sala de hemodinámica. / HUSE

I. Olaizola

Desde el 15 de mayo al 15 de septiembre de este año, el Servicio de Ambulancias Urgentes (SAMU) del 061 tuvo que activar el código infarto en 121 ocasiones frente a los 108 casos del mismo periodo del año anterior, lo que supone un incremento del 12%. Desglosadas estas atenciones por islas, en Mallorca se produjeron 104 casos, 13 en Ibiza, 1 en Formentera y 3 en Menorca. El año anterior se atendieron 83 en Mallorca, 18 en Ibiza y 7 en Menorca.

El 73% de los códigos infarto tuvieron como destino el hospital de Son Espases, el 16% clínicas de sanidad privada y el 10% el hospital de Can Misses. Txema Alvárez, director médico del SAMU 061, añade que a lo largo de todo un año suelen atender unos 280 casos, un poco menos de uno al día.

La tasa actual de reanimación de los infartos atendidos por el SAMU 061 está en el 41%. Esto es, el servicio de emergencias sanitarias consigue que sobrevivan cuatro de cada diez personas que sufren estos episodios. «Se reaniman el 41% de las personas que tienen una muerte súbita», corrobora el director médico.

El responsable apunta que pese a que hay testigos presenciales del infarto en el 78% de las ocasiones, solo en el 44% de los episodios se realiza algún intento de reanimación cardiopulmonar mientras llega el 061. «Casi la mitad de los testigos presenciales no hace absolutamente nada, y en estos casos cada minuto cuenta», apunta en alusión a que una atención temprana aumenta exponencialmente las posibilidades de supervivencia de los afectados.

Alvárez añade que el perfil de estas muertes súbitas ha cambiado un poco. «Si antes se producían más en la calle, ahora tienen lugar más habitualmente en los domicilios, un cambio de tendencia que hemos constatado desde la pandemia de covid-19», señala el responsable médico apuntando a que la correlación actual rondaría entre un 60% en las casas y el 40% restante en la vía pública.

«En un lugar público te ve más gente mientras que en un domicilio sueles estar con un familiar y todo es más dramático, es más difícil que se den cuenta de lo que está sucediendo, que hagan una reanimación», apunta Alvárez.

«Y estoy hablando de los casos en los que se produce un taponamiento (de alguna arteria coronaria) agudo. Hay otros episodios en los que las obstrucciones se producen poco a poco a lo largo del tiempo y que también tienen que ir a la sala de hemodinámica pero con lo que se corre menos», diferencia.

Noventa minutos

El tiempo medio de respuesta ante una llamada que alerta de un infarto es de unos veinte minutos de media en todo Balears, matiza el director médico admitiendo que este lapso temporal depende de las zonas de las islas donde se produzcan. «Y el tiempo de atención hasta que se le traslada al hospital es de otros 24 minutos de media. Todo el proceso desde el que el paciente nos llama diciendo que tiene una opresión en el pecho hasta que se encuentra en la sala de hemodinámica del hospital es de unos 54 o 56 minutos, siempre por debajo de los 60 minutos», añade recordando que el periodo óptimo de atención para que no se produzcan daños permanentes en el corazón son 90 minutos. «Dentro de la ventana de esos 90 minutos todavía se puede recuperar la circulación», añade.

Uno de los factores de mayor riesgo para sufrir un infarto es la diabetes. Y Alvárez explica por qué. «Las arterias de los diabéticos están endurecidas desde hace mucho tiempo y el corazón va buscando otras colaterales, va irrigando otras zonas con arterias más pequeñas y en caso de que una arteria original se obstruya, el corazón puede seguir alimentándose a través de esas arterias más pequeñitas», explica sin atribuir a esta causa el hecho de que los infartos en los diabéticos se produzcan de forma silente, sin apenas síntomas.

«En general la diabetes provoca menos síntomas de todo porque cursa con una alteración en la sensibilidad de varios órganos, hay una alteración en la percepción del dolor», explica.

«El que tiene un infarto es un superviviente desde el minuto cero. O te mueres porque tienes una arritmia maligna desde que dices ¡ay!, o ya eres un superviviente y lo que hay que hacer es intentar evitar las complicaciones. Cuanto antes te atiendan y solucionen la obstrucción de la arteria, menos complicaciones tendrás en el futuro», detalla diferenciando a la persona sana que sufre un repentino infarto, con la que es vital atenderla en los primeros noventa minutos, de los pacientes con enfermedades previas que han ido endureciendo las arterias y el corazón ha buscado otras para irrigarse.

En invierno

A la pregunta de por qué los infartos se producen más habitualmente durante los meses más fríos del año, Txema Alvárez subraya que es así, que en esos periodos se producen más anginas de pecho e infartos. Y lo atribuye a que en esos meses el corazón necesita más sangre y esta se redistribuye de otra manera y que al coincidir con comidas más copiosas provocan estos episodios cardiovasculares. Rechaza asimismo algún tipo de paralelismo entre los golpes de calor que atienden en los meses de verano con los infartos. «Los golpes de calor no tienen nada que ver con los infartos. En los primeros el corazón está exhausto y sin líquido y al final se mueren por esto pero no por que al corazón le falte riego», diferencia.

Para concluir, el responsable médico del 061 aconseja a la ciudadanía que «si padeces un dolor repentino de características opresivas en el pecho, que se traslada a la mandíbula o a los hombros o si te cuesta respirar, avísenos rápidamente, no pierda el tiempo intentando averiguar qué le está pasando. Que no esperen un poco a ver si se les pasa (el dolor). Que no nos llamen diciendo que llevan con dolor media hora». Se calcula que al menos el 50% del tiempo total que se pierde en la atención a un infarto es el tiempo que el paciente tarda en reconocer los síntomas y actuar en consecuencia.

Perfil del infartado

La franja de edad con más casos de infartos es entre los 50 y 60 años con un 31% del total de estos episodios atendidos por el 061. No obstante, la edad media más habitual es los 62 años. En el 77% de los casos los que los sufren son varones.

¿Qué es el Código Infarto?

El Código Infarto comprende los dispositivos prehospitalarios y hospitalarios que se activan cuando una persona sufre un infarto de miocardio durante las 24 horas al día los 365 días del año. Alvárez añade que al paciente se le suministran antiagregantes (aspirina) y fármacos que den soporte al corazón mientras es trasladado al hospital donde ya está avisado el equipo de hemodinámica que realizará la angioplastia (desobstrucción de la arteria ocluida). «Llevamos al paciente hasta la mesa de hemodinámica, la transferencia es muy rápida», garantiza.

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