ETS

Las infecciones de gonorrea y sífilis, en máximos no vistos en casi 40 años

El tener más parejas sexuales, el "chemsex" y la caída del uso del preservativo, entre las causas

El perfil es el de un hombre en la treintena

Imagen de archivo de una fábrica de preservativos.

Imagen de archivo de una fábrica de preservativos.

Victoria Salinas

La pandemia supuso un alto en el camino. El encierro se notó a muchos niveles, también en cuántas infecciones de transmisión sexual hubo ese año, pero todo fue un espejismo. Desde principios de siglo, este tipo de infecciones no han hecho más que subir y 2022 ha confirmado esta tendencia, además con cifras máximas. El año pasado, la Comunitat Valenciana tuvo récord de casos registrados de gonorrea y sífilis, con las tasas más altas de las que se tiene constancia en, al menos 36 años.

Así lo refleja el último informe de la Conselleria de Sanidad de la Comunitat Valenciana sobre estas infecciones, sobre las que se lleva un control epidemiológico: se notifican y se suelen hacer estudios de contactos para evitar que la infección siga circulando entre nuevas parejas sexuales, porque quien las adquiere, en muchas ocasiones, puede no ser consciente o incluso no tener síntomas, algo muy habitual entre mujeres con la clamidia, que es precisamente la que tiene más casos registrados: 2.261 y una tasa de 43,70 casos por 100.000 habitantes pero es de la que menos datos históricos se tiene ya que solo se empezó a vigilar desde 2015. Es la única, además, en la que predominan los casos en mujeres.

De las infecciones que sí se tienen datos históricos son de gonorrea y sífilis. El aumento de casos desde el año 2006 ha sido imparable y, ahora mismo, se está al mismo nivel de contagios que en 1986, en el caso de la gonorrea, por ejemplo. En sífilis, se está incluso por encima del pico que se registró en 1984. Quedan muy lejos aquellos años 90 y la primera década de los 2000 en los que la tasa rondaba el cero en la C. Valenciana, principalmente, por la conciencia que había frente al VIH. Ese miedo reforzó el uso del preservativo, uso que ha caído.

Hombre joven, el perfil de los casos de gonorrea y sífilis

En estas dos infecciones de transmisión sexual, el perfil es totalmente diferente a la clamidia. Aquí quienes más las adquieren son los hombres jóvenes. Según el informe, de los 2.091 casos de gonorrea registrados el año pasado (una tasa del 40,38) el 80 % era de hombres además con una mayor proporción de casos entre los 20 y 34 años. Los síntomas, en ellos, empiezan con uretritis en los 2 a 7 días después de exponerse: el hacer pis se vuelve doloroso y hay más necesidad de ir al baño y puede aparecer una secreción "purulenta" por la uretra, a veces de color verde amarillento.

El porcentaje de hombres sube, incluso más, si hablamos de sífilis. De los 731 casos registrados el año pasado (una tasa de 14,12 casos por 100.000 habitantes), el 90 % eran hombres, la mayoría con edades entre los 25 y los 44 años. Aquí, la infección da la cara primero con llagas indoloras en la zona por donde entró la bacteria, a veces hasta después de 3 meses después del contacto sexual. Las llagas desaparecen pero la infección no y puede evolucionar a una segunda etapa con erupciones por todo el cuerpo y otros síntomas o incluso quedarse de forma latente y reaparecer en una etapa tardía que puede llegar a ser grave.

En ambas infecciones, la práctica de riesgo que se identifica más habitualmente es haber tenido múltiples parejas.

Una conjunción de causas

Pero, ¿qué está pasando para que estas infecciones hayan repuntado con tanta fuerza y ahora sean tan comunes como lo eran hace 40 años? Para César Sotomayor, miembro del grupo de estudio de ITS de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas (SEIMC) no hay una única respuesta. "Es un problema multifactorial", apunta el médico del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Sotomayor recuerda, en primer lugar, que ni los sistemas de vigilancia ni de detección son ahora como lo eran hace 40 años. "Ahora se diagnostica más, de forma más precisa y rápida y se notifica más", pero también hay una importante "parte social".

"La sociedad ha cambiado. El sexo era más tabú en esos años pero ahora se tiene otra percepción", apunta el especialista que recuerda que ahora "se tienen más parejas sexuales a lo largo de la vida porque también se empieza antes en el sexo" y esto es una práctica de riesgo, además la más predominante según el informe.

Cae el uso del condón

A esta nueva forma de entender el sexo hay que añadir que ha caído el uso del preservativo desde aquellos años del "Póntelo, pónselo". "Quitando el VIH hay tratamiento para el resto de infecciones y la prevención a través del preservativo se ha relajado", reconoce Sotomayor que ha detectado incluso que se está dando un mensaje diferente con los condones. "Antes, te ponías el preservativo para protegerte pero ahora, al que se lo pone le preguntan: ¿y por qué te lo pones, qué tienes? Además hay mucha presión de grupo para no usarlo y se está normalizando esa conducta", añade el experto en infecciosas.

También tienen peso en este repunte nuevos hábitos de disfrute del sexo como las fiestas en las que se consumen drogas específicas para mantener relaciones más tiempo o de forma más desinhibida, las conocidas como chemsex. "Sobre todo entre el colectivo de hombres que tiene sexo con hombres (HSH) este fenómeno está influyendo en el aumento de las ITS" apunta.

"Hace falta más educación sexual. Si como referente tienes el porno, tenemos un problema"

Más educación sexual y menos estigma

El cómo controlar este repunte e intentar volver a esos años noventa requiere, para el experto de la SEIMC, un abordaje diferente al que se está haciendo ahora. "Se están haciendo las cosas bien, pero hay que trabajar mucho", asegura. Por ejemplo, en adaptar campañas: "El 'Póntelo, pónselo' puede seguir siendo válido pero no debe ser la única forma. Si solo hacemos hincapié en el condón, vamos a fallar porque no se está utilizando", incide Sotomayor que pide más educación sexual y psicoafectiva en las casas y en los colegios para contrarrestar, por ejemplo, ese acceso "cada vez más temprano a la pornografía entre los chavales. Si como referentes solo tienen el porno, tenemos un problema".

Por encima de todo, el especialista pide "quitarle la moral" a las ITS y que se vean "como cualquier otra infección" quitando el estigma. Solo a partir de ahí se podrá aspirar "a tener un control responsable, que nos hagamos controles de forma habitual y podamos tratarnos y cortar la transmisión cuanto antes".