40 aniversario del Estatut d’Autonomia | Francina Armengol se abre a una renovación para ganar derechos

Premios Ramon Llull: Los que hacen mejores las islas

La presidenta del Govern ensalza las políticas actuales porque «somos la economía que más crece, que más ocupación estable genera, la sociedad que pacta las mayores subidas salariales»

Guillem Porcel

La Lonja sirvió ayer de refugio a los cientos de invitados que acudieron a la tradicional entrega de las Medallas de Oro del Govern y los premios Ramon Llull, los máximos galardones que otorga la Comunidad Autónoma. Pese a que el viento y la lluvia no dieron tregua en todo el día, el ambiente era distendido y con un tema de conversación recurrente: la histórica nevada que ha vivido Mallorca estos días. Participaron representantes de todos los partidos menos Vox. El líder de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, tuvo que quedarse en Deià por el temporal. La velada contó con cuatro testimonios para abarcar las cuatro décadas del Estatut d’Autonomia: Glòria Julià (1980), Ariadna Oliver (1990), Sofia Llompart (2000) y Joan Ortas (2010) describieron los avances y relataron cómo han cambiado las islas en estos cuarenta años.

Francina Armengol, junto a miembros del Govern, representantes de los cuatro consells insulares y los premiados ayer en la capilla del Consolat de Mar.

Armengol, junto a la escritora Antònia Vicens. /

En su discurso la presidenta del Govern, Francina Armengol, celebró los logros de estos cuarenta años de autonomía «sintetizados a la perfección en el genio vibrante y la excelencia creativa de nuestras medallas de oro». Concretamente en el «legado inmortal» del cineasta Agustí Villaronga, la capacidad para «abrir nuestra alma a la curiosidad» del escritor y colaborador de Diario de Mallorca Gabriel Janer Manila o la entrega de la novelista y poeta Antònia Vicens por dar voz «a todos aquellos que tantas veces han sido condenados al silencio y al olvido».

El arquitecto Marià Castelló.

El arquitecto Marià Castelló. / Guillem Porcel

Entre las principales peticiones de la dirigente balear estaban seguir luchando para lograr la igualdad y combatir la violencia machista, la «expresión más indignante de la desigualdad» y ensalzar la capacidad de llegar a acuerdos por parte de sindicatos, patronales, partidos políticos, sociedad civil y asociaciones vecinales: «Habéis sabido pactar para combatir cualquier amenaza y mejorar cada solución». En esta línea reclama redoblar los esfuerzos para diversificar la economía balear y modernizar las industrias «no resignándonos ante todo el que está para hacer».

Premio a las Trinitarias de Santa Eulària.

Premio a las Trinitarias de Santa Eulària. / Guillem Porcel

En la parte central de su alocución habló del Estatut. Apostó por «revitalizarlo y renovarlo» con el objetivo de asegurar que los derechos y libertades, así como el estado del bienestar que los garantiza, «sean irreversibles y nunca más vuelvan a ser recortados, laminados o sacrificados, bajo ninguna circunstancia». Por este motivo la presidenta pidió dotar a Balears de nuevas herramientas para «ampliar e incorporar derechos» porque, según defendió, «ha llegado la hora de volver a exhibir nuestra capacidad de diálogo para afrontar nuestros objetivos compartidos».

Servidores públicos de las distintas consellerias.

Servidores públicos de las distintas consellerias. / Guillem Porcel

También hubo momentos para ensalzar el trabajo de su propio Govern durante estos años: «Somos la economía que más crece, la que más ocupación estable genera, la sociedad que pacta las mayores subidas salariales y la que tiene mejores perspectivas. Todo ello es en gran medida gracias a la capacidad de respuesta de nuestro sistema público y por las virtudes de toda la sociedad».

Francina Armengol aplaude a Marià Torres.

Francina Armengol aplaude a Marià Torres. / Guillem Porcel

Finalmente se comprometió a garantizar que no se destruirá «ni un palmo más» de naturaleza y a extender la red de movilidad «limpia y colectiva» para fomentar una actividad sostenible en el litoral balear, «aprovechando que, al fin, gestionaremos aquí nuestras costas». Según Armengol, las obligaciones son claras: invertir más en energías renovables y en recursos hídricos: «Del éxito de su gestión dependerán las próximas décadas y las próximas generaciones».

La Lonja, ayer por la noche llena de gente.

La Lonja, ayer por la noche llena de gente. / Guillem Porcel

Janer Manila aprovechó su breve discurso para hacer una defensa sin ambages del amor, la literatura con constantes alusiones a la obra de Ramon Llull y los profesores: «El mejor de los maestros es aquel capaz de contagiar a los alumnos el deseo de libertad y de aprender». Su intervención finalizó con una reivindicación de la relación entre escribir y amar: «Hace falta un poco de técnica y un rayo de pasión».

LOS PREMIADOS

Medallas de Oro

Agustí Villaronga

Antònia Vicens

Gabriel Janer Manila

Premios Ramon Llull

Marià Castelló

Marià Torres

Trinitarias de St. Eularia

Club Vidalba

Llorenç Capellà

Feminisme a l’escola

Quely

Joana Mascaró

Salud Deudero

Mavi García

Amigos del Pueblo Saharaui de les Illes Balears

3 Salud Mental

TAMIB

Joan F. López Casanovas

Servidores públicos Estatuto de Autonomía

La escritora Antònia Vicens aportó el tono emotivo después de «toda una vida bregando con las palabras» y recordó las grandes manifestaciones de 1977 o el «grito» de la Obra Cultural Balear al llenar «como nunca» las plazas y calles de Palma: «Fue como si de repente apareciera la luz después de décadas de silencios y miedos oscuros».

Aunque también hubo tiempo para la crítica: «Deslumbrados por los aires nuevos que entraban de fuera, mirábamos a los extranjeros como si fueran pequeños dioses. Les adorábamos, les vendimos trozos de nuestras tierras y buena parte de nuestra alma». Esto, añadió, trajo la riqueza y la modernización, aunque venía con un reverso oscuro: «Fuimos dejando de lado nuestra lengua e identidad, a pesar del esfuerzo de muchas personas que trabajan por situar la lengua catalana donde toca, preservar el paisaje y ser fieles a nuestra historia». Todo ello a contracorriente de quienes crean «conflictos y confusión». «Esta Diada debe ser un punto de inflexión para recuperar el orgullo de ser de estas islas, sin renunciar a ser ciudadanos universales», concluyó.

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