Cuando un bebé nace, los padres deben hacer caso tan solo a una persona: al mismo bebé. Los niños no vienen con manual de instrucciones, pero sí con llanto «la mejor alarma para saber que algo necesitan», destacó Armando Bastida, enfermero pediátrico y divulgador, en la II Jornada Gestionando Familias. Club Diario deIbiza acogió el martes esta conferencia en la que se habló sobre cómo ser padre con sentido común.

Decenas de padres y madres en la charla.

Decenas de padres escucharon atentos la charla de Bastida,creador de la plataforma ‘Criar con sentido común’ y autor del libro ‘Soy papá: guía para criar con sentido común’, que ofreció su visión sobre la crianza basada en la comprensión de los ritmos, las necesidades y los aprendizajes del bebé.

Manuela López, psicóloga, presentó a Bastida.

Para crear vínculos con el bebé, el enfermero apuesta por pasar tiempo con él y el contacto piel con piel nada más nacer. «De este modo hay un mejor agarre en la lactancia y el bebé se contamina directamente de la madre al ponerlo encima», comentó.

Los niños jugaron durante la charla en el exterior.

Por otro lado, en cuanto nace aconseja a los progenitores, si así lo sienten, enviar un mensaje a familiares y amigos para evitar visitas en los primeros días en los que todo es nuevo y, por tanto, un «caos». «Hola familia, estos primeros días hemos decidido estar en casa los tres solos para ir haciéndonos a la nueva situación», puso el enfermero de ejemplo. Pasado este periodo, Bastida dice que hay que tener en cuenta otros detalles, como evitar «abusar» de pasar al niño en brazos de unos a otros en las visitas. «Esto le altera y luego es más probable que llore por la noche», dijo. También aconsejó que las personas que visiten al niño, lo hagan sin echarse grandes cantidades de perfume «para que el pequeño se acostumbre a los olores de los familiares».

Armando Bastida ofreció claves para actuar cuando llega un bebé a casa.

En cuanto a la alimentación del niño, el enfermero apuntó dos únicas formas: la lactancia materna o fórmula infantil. «Si se elige dar el biberón se recomienda que tenga preferencia a la hora de dárselo la persona que es referente primaria», subrayó Bastida, mientras que la pareja «puede hacer otras muchas cosas para crear vínculo con el bebé».

Conciliación familiar

Armando Bastida reflexionó también sobre el permiso de paternidad en la jornada y sobre la conciliación familiar. A su juicio, se ha avanzado mucho en este sentido, pero no lo suficiente. Él, que tiene tres hijos de 16, 13 y 10 años, apunta que con el primero únicamente pudo disfrutar de tres días de baja: «No me enteraba de nada de lo que había detrás», comentó. Al cuarto día ya estaba trabajando. «Pensaba que al llegar a casa el niño iba a estar dormido, mi mujer me habría hecho la cena, etc, pero al entrar por la puerta estaba todo a oscuras, mi mujer sin apenas comer y pidiéndome que le hiciera algo caliente para cenar y que metiera a la nevera la compra que había hecho hace horas», explicó en la charla.

En cuanto a formas de actuar cuando el bebé llora por la noche, Bastida explicó tres métodos. «Primero tenemos el método crying it out, en el que el niño llora y no se le consuela», el experto señaló que, con el paso de los días, se observa que el bebé se va durmiendo antes. El método controlled crying, en el que se deja que el niño llore y se le calma de vez en cuando. Por otro lado, está el método camping out, en el que se consuela al bebé solo algunos días. «Con este último hay riesgo de apego inseguro, en el que el bebé no sabe si puede confiar en sus padres», indicó el enfermero. A pesar de ello, el experto recomienda consolar al pequeño. «A los bebés hay que calmarlos cuando lloran porque es su señal de auxilio», explicó.

Respecto a la idea de acostumbrar al bebé al desapego para que a la hora de ir a la escuela infantil no lo pase tan mal, Bastida indicó que es «negativo tanto para el bebé como para sus padres». «No hay que negarle cariño al niño en casa. Cuando vaya a la escuela infantil es cierto que, al haber más pequeños, no va a tener una atención tan individualizada como en casa, pero va a estar bien. Luego nosotros podemos volver a acariciarle y a darle el cariño de siempre en casa», añadió. Además, hizo algún apunte sobre el término «mamitis», que destacó como incorrecto y explicó que no existía: «Un ser humano para ser independiente primero tiene que ser dependiente. Pasa lo miso en el trabajo, no hay nadie que llegue a un puesto nuevo sabiéndolo todo. Por ello, el bebé según nace, se engancha a su madre como una lapa para aprenderlo todo», comentó.

Bastida confirmó también algo que todos sabemos: los niños son esponjas. Por ello, recomendó no hacer comentarios despectivos sobre los demás delante del pequeño. «Ellos aprenden de nosotros que rechazar a personas por sus características físicas está bien solamente porque nos han escuchado decirlo mientras veíamos la televisión», añadió.

A los niños hay que enseñarles, pero también tenemos mucho que aprender de ellos. «Cuéntales tu vida, incluso tu pasado, porque ellos alucinan porque piensan que siempre has sido adulto. Esto hace que ellos un día decidan contarte las cosas que les preocupan. Y obsérvalos porque, por ejemplo, sus enfados duran dos minutos y luego vuelven a ser amigos. Entre los adultos hay mucho orgullo y, aunque olviden el motivo del enfado, siguen sin hablarse», indicó.

Para Armando Bastida un adulto es un niño que ha olvidado muchas cosas. Por ello, concluyó la charla haciendo reflexionar a los asistentes con dos cuestiones: «¿Qué mundo estamos dejando a nuestros hijos?» y «¿qué niños estamos dejando a nuestro mundo».

La jornada contó con el patrocinio de Guixos aula d’estudi y Kids&Us y la colaboración de la psicóloga Manuela López, Minibiza, Aisha Bonet Photography, Sueños de Ibiza y Harinus.