Los productores agrícolas de Ibiza viven un momento de incertidumbre ante la subida de precios de los insumos, especialmente los fertilizantes y la energía. Los márgenes se han reducido considerablemente, una situación que «genera incertidumbre sobre la viabilidad de las explotaciones», según el técnico de Medio Rural y Marino del Consell de Ibiza, Josep Lluís Joan.

Los productos elaborados del cerdo son muy apreciados en restauración. | J.A. RIERA diana blesa. eivissa

Los costes de producción en las Pitiusas «son muy elevados y la mano de obra muy cara, por lo que los precios de venta son superiores a los de los productos importados», explica el técnico.

Cosecha del trigo de ‘xeixa’. | VICENT MARÍ

Este año los agricultores contarán con una dificultad añadida: con la primavera lluviosa y fría «no se han podido plantar en su momento las producciones de sandía, melón, tomate y demás productos de temporada para su cosecha en verano, de modo que este año se retrasará fácilmente un mínimo de tres semanas», apunta el técnico. Por lo tanto, el agricultor tendrá una temporada más corta y entrará en un momento en que los precios serán más ajustados.

El sector ovino está experimentando un fuerte declive en Eivissa.

Un atractivo para restaurantes

Frente a las dificultades, los pequeños agricultores locales continúan encontrando la forma de subsistir y promocionar sus productos, que gozan de gran calidad y prestigio entre muchos cocineros de dentro y fuera de la isla. Y es que el producto local es siempre un atractivo, especialmente en temporada turística, cuando los visitantes se interesan por degustar las materias primas de la isla en la gastronomía.

La recomendación para los restauradores que quieran disponer de producto local en sus cocinas es establecer un vínculo directo con los productores. «Los acuerdos de compra de productos antes de la campaña son la opción más deseable, ya que garantiza tanto el suministro al establecimiento como la seguridad de la venta de la producción al productor con un precio cerrado», explica el técnico. En estos casos, ambas partes se benefician y se mantienen al margen de oscilaciones de precios.

Aunque el interés de los chefs por los productos de kilómetro cero es creciente, el compromiso no siempre es real. Todavía queda mucho trabajo por hacer en este sentido, ya que solo 44 establecimientos «de los 1.000 restaurantes con los que cuenta Ibiza se han acogido a Sabors d’Ibiza», el distintivo para restaurantes comprometidos con la cocina de producto de la isla, según apunta Josep Lluís Joan.

Entre ellos se encuentran especialmente restaurantes tradicionales de gastronomía ibicenca que conocen y aprecian la calidad de las frutas, verduras y hortalizas cultivadas en la isla, así como los dos únicos restaurantes con estrella Michelin de Ibiza: La Gaia by Óscar Molina y Es Tragón.

Los productos más apreciados

Los productos más demandados por la hostelería son la patata roja, las hortalizas frescas como el tomate, la sandía, el pimiento o el melón, y plantas culinarias como la albahaca, muy solicitada por los restaurantes italianos, la menta o el cilantro. «También el producto ecológico es cada vez más solicitado por parte de la gastronomía healthy, aunque la producción de la isla es insuficiente para satisfacer la demanda», manifiesta Josep Lluís Joan.

Ganadería con dificultades

La ganadería es una rama agropecuaria que está sufriendo un fuerte declive en la isla, especialmente la ovina, que ha sido la más representativa en Ibiza. «La ausencia de relevo generacional aboca a su desaparición paulatina», lamenta Josep Lluís Joan, quien afirma que durante el año pasado solo se sacrificaron en el matadero 1.000 cabezas de ovino, cuando en los últimos años el promedio era de 4.000, y en los años sesenta llegó a alcanzar las 20.000.

«Como noticia positiva destaca el buen ritmo de la producción de pollo para carne por parte de la asociación de productores, que cuenta con cuatro granjas, así como la producción de huevos», remarca el técnico del Consell de Ibiza, que destaca que, a excepción del pollo, el sector cárnico es el que tiene una presencia más reducida en los restaurantes.

«En verano la oferta orientada a la restauración se limita a pollo, quesos y a productos elaborados del cerdo como la sobrasada o botifarró», señala.