Ángela Cervantes es una enamorada del jazz, residente en ninguna parte. Adora conocer otras culturas y contagiar su música «con fusiones» de diferentes estilos, como ella misma explica. Esta ibicenca de nacimiento y de 32 años, aporta al panorama musical un nuevo registro que mostrará en su primer trabajo. Un disco que está a punto de salir a la venta. Desde el año 2005 reside en Madrid, donde ha trabajado como artista invitada en una gran cantidad de discos. A pesar de su alma viajera, siempre tiene un momento para escaparse a su isla, de la que guarda pequeños recuerdos relacionados con los rincones por los que se perdía en su niñez, como el mar de la playa de Talamanca. A principios de agosto regresa para ofrecer a sus paisanos un concierto en el parque Reina Sofia, con motivo de las Festes de la Terra.

—¿Qué encontramos en este primer disco?

—Este trabajo es una mezcla de jazz y otros estilos tributo a las canciones de Jorge Drexler. La idea surgió buscando canciones con mi equipo y nos encontramos con algunas de Jorge que son muy buenas. Es un artista muy consolidado y pensamos que la idea saldría bien.

—Además de como cantante ha trabajado con compañías de teatro, ¿le tira más la escena o la música?

—Sí. Fue una experiencia muy leve. Hice un par de actuaciones, pero de todas formas prefiero cantar. A finales de este año quiero retomar algún proyecto de teatro, aunque de todas formas prefiero la música.

—Desde el año 2005 reside en Madrid. ¿Visita la isla a menudo?

—Bueno, siempre que puedo me escapo. Tengo familiares en Ibiza y Mallorca y siempre que tengo un hueco vuelo a la isla. De todas formas, tengo algunos proyectos en Madrid que debo realizar y de momento estaré por la capital. Quería estar un tiempo en Nueva York, pero justo ahora no puedo, porque de momento todo me va bien aquí.

—También ha hecho ´jingles´ para algunos anuncios. Cuénteme cómo fue esta experiencia.

—Es divertida y muy enriquecedora porque te permite experimentar con diferentes registros, con un estilo u otro. He hecho anuncios para Antena 3 y otras compañías como Leroy Merlin o Unión Fenosa y cada uno te pide una cosa diferente.

—¿Cómo ha sido trabajar con las letras de Jorge Drexler?

—Ha sido casi como una experiencia religiosa. Siempre me ha gustado mucho Jorge. Tenía en la cabeza la idea de un nuevo disco e hicimos una búsqueda de canciones que pudiéramos versionar. A partir de ese momento estuve haciendo composiciones. No me considero una cantautora ni nada de eso, pero sí he escrito algunas canciones. Entonces encontramos canciones de Drexler y me pareció una idea estupenda. Ya había participado con él anteriormente como corista en su trabajo ´Amar la trama´ y ha sido un placer repetir experiencia.

—¿Lo ha conocido?

—Sí, he coincidido con él, un amigo me lo ha presentado y hemos estado hablando. Es una persona muy simpática, además de un excelente profesional.

—Ha viajado por muchos lugares del mundo, ¿alguna ciudad preferida de la que guarde grandes recuerdos?

—¡Qué pregunta más bonita! Pues guardo un recuerdo muy bonito de Montreal, donde estuve en un festival de jazz. Fue emocionante escuchar música todo el día por la calle. Además, el festival lo abría Stevie Wonder, que me encanta y al que ya había visto en otra ocasión. Tuvo una actuación memorable.

—¿Y de Nueva York, la ciudad del ´jazz´?

—Nueva York es una ciudad a la que hay que ir. Te ofrece de todo y creo que todo el mundo debería conocerla. No tiene desperdicio. De hecho, me quería ir a vivir allí, pero de momento en Madrid tengo proyectos. También guardo buenos recuerdos de algunas ciudades como Estambul.

—Ha recibido muy buenas críticas por parte de algunos compañeros de profesión, ¿qué piensa cuando oye o ve este tipo de cosas?

—Pues eso se arregla todo con un jamón a final de año [ríe]. No, la verdad es que estoy rodeada de muy buenos amigos en mi profesión. Estamos todos muy unidos y en alguna ocasión llegamos a ser casi hasta empalagosos.

—¿Ibiza es un buen sitio para explotar el talento musical?

—Yo creo que sí, es un buen sitio. Hay muy buen ritmo en la isla y muy buenos cantantes. También hay lugares donde puedes cantar como Las Dalias, por ejemplo, donde he actuado alguna vez. Es un sitio visitado por mucha gente de todo el mundo y con influencia de otras culturas. Yo viví de pequeña en un hotel y se aprende mucho en este tipo de sitios, te contagias de las costumbres de gente diferente. Lo que sí pienso es que tener tanto mar te limita un poco, pero la isla tiene mucho ritmo y lo he extrañado.

—También ha trabajado como locutora...

—Eso fue un poco por casualidad. Estuve un verano haciendo un programa en Cadena Cien porque uno de mis amigos, Agustín Prades, me lo propuso y acepté. Fue una buena experiencia que tuve la oportunidad de continuar en Barcelona, donde también me ofrecieron participar como locutora, aunque no lo acepté.

—¿Echa de menos Ibiza?

—¡Claro que se echa de menos! Sobre todo el mar, no poder darte un baño cada vez que te apetezca es lo que llevo peor. Caminar y tenerlo todo cerca. Recuerdo que cuando vivía en Barcelona lo que menos me gustaba era el anonimato. El metro es una cosa que odio. Pero lo bueno que tiene Ibiza es que cuando regresas te comes un flaó o bebes unas hierbas y es como si nunca te hubieras ido.

—¿Su lugar favorito de la isla?

—Yo vivía en Talamanca y tenía mis rinconcitos. Algunos sitios debajo del mar a los que me iba a bucear. Platges de Comte también la recuerdo con cariño.

—¿Se plantea volver algún día?

—De momento no, pero porque me considero una ciudadana del mundo y ahora tengo cosas que hacer en otros lugares.

—¿Dará algún concierto para sus paisanos?

— El 5 de agosto presento mi disco en Ibiza. Estoy muy ilusionada porque José Arroyo me ha hecho el favor de vestirme con sus maravillosos diseños. Estoy encantada.