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La Fundació Deixalles atendió a 272 personas en Ibiza a lo largo de 2020

La asociación, que trabaja por la inserción de colectivos vunerables a través de la economía social y circular, hubo de interrumpir forzosamente sus actividades comerciales, su principal fuente de ingresos, durante dos meses y medio por el confinamiento

Vista general de los artículos a la venta en el interior de la nave de Deixalles en Ibiza. Zowy Voeten

«Nuestra razón de ser es dar trabajo a las personas y ayudarlas a mejorar», así explicó Raquel Martínez, coordinadora de proyectos sociales de la Fundació Deixalles en Ibiza, la vocación de esta asociación ayer durante la presentación de la memoria de 2020 de las actividades de esta organización sin ánimo de lucro. Su labor se centra en la inserción laboral de trabajadores de colectivos en situación de exclusión social a través del desarrollo de actividades basadas en los principios de la economía social y circular, como la venta de objetos de segunda mano.

A través de sus programas atendieron a 272 personas en la isla de Ibiza el año pasado, aunque otros 150 se quedaron en lista de espera sin atender, pues, explica Martínez, «ha habido más demanda que otros años». Esta pata social contempla servicios de orientación laboral, actividades de formación en empresas, un área de salud mental e itinerarios prelaborales en los talleres de la propia asociación. La mayor parte de los participantes en estas iniciativas promovidas por la Fundación Deixalles se beneficiaron de los servicios de orientación, ofrecidos a un total de 217 personas, el 46,5% de las cuales consiguió al fin integrarse en el mercado laboral.

Xesca Martí, la directora de Deixalles, calificó 2020 como «un año duro para todos». En el caso de esta fundación, durante el confinamiento se vio obligada a tener a varios de sus trabajadores en ERTE y a paralizar forzosamente la actividad comercial -la mayoría de sus ingresos proceden de ella-. A pesar de ello, no se abandonó la vertiente de trabajo social, remarcan, tampoco durante aquellas fechas. «Se han seguido pagando las becas, la atención domiciliaria y la atención telefónica», destaca Martínez. Por su lado, Martí declaró: «Hemos puesto las necesidades de las personas por encima de la entidad».

No cabe pensar, sin embargo, que sus finanzas no se vieran resentidas, ya que, señala Martí, «siempre hemos intentado trabajar con autofinanciación», y detalla que el porcentaje de subvenciones que reciben solo supone el 20% de sus ingresos a nivel balear, aunque especifica que en el caso de la isla de Ibiza este porcentaje es «algo más grande». Deixalles tiene convenios con todos los ayuntamientos de las islas, explicó Martínez. Desde la asociación agradecieron el apoyo institucional, especialmente clave el pasado año, lo que no impidió que Martí comunicase algunas de sus demandas a la Administración. «Les pedimos que las ayudas tengan una proyección de más duración y que nos den apoyo en nuestra labor de reutilización», declaró la directora de Deixalles.

De izquierda a derecha, Martínez, Martí y Palerm presentando la memoria de la fundación. Zowy Voeten

Además, la pandemia también les ha llevado a reorientar las inserciones de trabajadores hacia otros sectores que han podido mantener sin altibajos su actividad a lo largo del año. «Las inserciones que más se han dado» en este año, apuntan, son en supermercados o empresas de limpieza, así como de seguridad y servicios.

Otra rama fundamental de la asociación es la ambiental, que Joan Carles Palerm, responsable de esta área de Deixalles, define como «una herramienta para facilitar la función de la pata social». Palerm sintetiza así la idea: «Queremos recibir muchos materiales para dar trabajo a las personas».

Los objetos recogidos por Deixalles pasan por sus talleres, y allí se seleccionan para, a ser posible, su reutilización, o si no para el reciclaje o, en defecto de ambas, el rechazo. En concreto, en 2020 se reutilizaron 140,439 toneladas (76,3% de los materiales), se reciclaron 9,482 (5,2%) y se rechazaron 33,94 (18,5%).

Los productos que se catalogan como aptos para su reutilización tienen dos salidas, explica Palerm. O bien son directamente comercializados, o se decide enviarlos para su reutilización en el exterior. Por peso, la mayoría de material reutilizado (53,4%) corresponde a muebles. Sin embargo, esto puede resultar engañoso, ya que las piezas de ropa son las más comercializadas en cantidad, explica Palerm, para quien hay muchos artículos que este año «no han podido salir», y que en otros eran más demandados por viviendas turísticas. Sin embargo, esto se ha visto compensado por una mayor demanda de productos de segunda mano por particulares. Para Martí, hay dos factores que convergen en esta situación: «Hay más sensibilización ambiental y las personas tienen menos recursos económicos».

De cara al año que viene la asociación quiere ampliar servicios de concertación de plazas y los del área de salud mental, así como centrarse más en los jóvenes.

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