El Consell de Ibiza acordó ayer con los ayuntamientos posponer la decisión sobre si este verano debe operar o no la flota de taxis estacionales, que suman unos 400 vehículos, prácticamente la misma cifra que los que dan servicio todo el año. El vicepresidente segundo del Consell, Javier Torres, considera «razonable» la solicitud de los ayuntamientos, a instancias de las asociaciones de taxistas de cada municipio, de esperar a ver cómo evoluciona la pandemia y disponer de más elementos para evaluar «cómo se plantea la próxima temporada».
Torres y los concejales de Movilidad de los ayuntamientos de la isla consideraron que «a mediados de abril», como «fecha límite», se debería resolver este asunto, aunque «se deja abierta la posibilidad de hacerlo antes».
En todo caso, Torres destacó que, pese a ser una competencia municipal (cada ayuntamiento tiene potestad para decidir si quiere que en su municipio operen licencias estacionales), la decisión será «consensuada» y la misma para toda la isla. «No tendría sentido porque se abriría una especie de guerra: si un ayuntamiento las sacara los demás reaccionaría en cascada. Igual como se ha hecho con otras cuestiones, todo el mundo tiene claro que la decisión que se adopte debe ser conjunta. Cada municipio tiene sus particularidades, pero en este caso lo que tiene sentido es que operen las licencias estacionales en todos los municipios o en ninguno», resaltó Torres.
«O se saca todo o nada»
El plan que regula las licencias estacionales del taxi tiene una vigencia de dos años. El primero fue en verano de 2019, pero el año pasado la crisis sanitaria obligó a prorrogar el segundo año a 2021. Ahora se tiene que decidir si se sigue adelante o si se puede aplazar una temporada más. El problema estriba en que, en principio, no se podría optar por una solución intermedia y que opere sólo un porcentaje determinado de las licencias estacionales previstas en el plan. «O se saca todo o nada», indica el conseller de Transportes, según la información de los servicios jurídicos de los ayuntamientos. No descarta que se pueda «explorar otra vía», pero de entrada parece «complicado», admitió.
Los taxistas no creen que este verano haya demanda para todos los vehículos de este servicio público
Esta condición «dificulta más» la decisión ya que, según Torres, la oferta del sector «podría ser excesiva o quedarse corta, con los pros y contras que supondría una u otra situación».
El sector del taxi ha pedido a los ayuntamientos que se suspenda un año más la aplicación del plan de licencias estacionales porque no cree que este verano haya suficiente demanda para todos (algo más de 800 taxis), sobre todo para garantizar los ingresos necesarios con los que «sobrevivir» otro invierno, según dijo hace unos días a este diario el presidente de la asociación de taxistas mayoritaria de Vila, Alejandro Cardell.
Por su parte, el conseller de Transportes reitera que las previsiones es que la actividad de la próxima temporada turística alcance al menos «el 40-50%» de la de 2019, antes de la pandemia, por lo que considera necesario reforzar el sector del taxi. «Si no hay oferta suficiente, existe el peligro de que la cubra el intrusismo», advirtió.
Asimismo, los ayuntamientos consensuaron diversas cuestiones jurídicas sobre la regulación del uniforme que los taxistas de toda la isla tendrán la obligación de llevar en «los próximos meses».
