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Sant Rafel tiene un depósito de agua sin funcionar desde 2009

Sant Antoni reclama una década después su puesta en servicio para suministrar agua desalada a este núcleo, pero Abaqua tiene aún que tramitar con el Ministerio de Medio Ambiente la cesión de la instalación

El depósito de agua de Sant Rafel que nunca se ha utilizado se halla junto al campo de fútbol.

Hace algo más de una década se construyó junto al campo de fútbol de Sant Rafel un depósito para el suministro de agua desalada a este núcleo de población de Sant Antoni, pero nunca se ha utilizado. El primer teniente de alcalde y responsable de Obras Públicas en Sant Antoni, Joan Torres, asegura que en todo este tiempo «nadie se ha preocupado» de esta infraestructura que actualmente no tiene ningún uso.

Al solicitar el año pasado su puesta en funcionamiento, la Agencia Balear del Agua (Abaqua), la empresa pública de la conselleria balear de Medio Ambiente, respondió que, al ser una infraestructura de uso municipal, se debía ceder su titularidad al Consistorio. Sin embargo, este depósito lo construyó hace más de una década el Ministerio de Medio Ambiente y éste nunca lo cedió a la Comunitat Autònoma.

El secretario general de Abaqua, Juan Calvo, explica que ya se están haciendo gestiones con el Ministerio para resolver esta cuestión burocrática. «Es cuestión de tiempo. Este año se podría resolver», indica Calvo, que explica que este depósito no se ha llenado nunca de agua porque hasta hasta ahora «no había habido demanda [de agua desalada] en esa zona» por parte del Ayuntamiento.

El convenio

El compromiso de Abaqua suscrito en agosto de 2008

Abaqua se comprometió ante el Ayuntanmiento mediante un convenio, suscrito en agosto de 2008, a construir antes del 30 de abril de 2009 este depósito para dar agua desalada a Sant Rafel.

El primer teniente de alcalde de Sant Antoni recuerda que la construcción de este depósito obedece a la solicitud que hizo el Ayuntamiento a Abaqua en el convenio, firmado en 2008, sobre el suministro de agua desalada. En dicho acuerdo, la empresa pública del Govern balear se comprometía a ejecutar antes del «30 de abril de 2009» las obras de construcción de un depósito de 2.000 metros cúbicos para abastecer al núcleo de Sant Rafel con agua potable de calidad, la construcción de una canalización desde la interconexión de la arteria Sant Antoni-Ibiza hasta el depósito, así como las conexiones accesorias hasta la red municipal en baja. «El Ayuntamiento deja constancia de que hasta que no esté finalizado y en servicio este depósito no se compromete a comprar 172.250 metros cúbicos de agua al año», indica el convenio suscrito por en agosto de 2008.

«Un caso excepcional»

Abaqua consiguió que el Ministerio de Medio Ambiente ejecutara dicha obra, pero, una vez finalizada, no se le dio ningún uso. Calvo explica que la conexión del depósito con la red está hecha, pero faltarían las obras del sistema eléctrico para impulsar el agua. Calvo reconoce que se trata de «un caso excepcional» entre todas las instalaciones de la red de producción y suministro de agua desalada de la isla.

El primer teniente de alcalde de Sant Antoni asegura que Abaqua ya lleva un año con las gestiones para la cesión del depósito y sostiene que el suministro de agua desalada a Sant Rafel es «una demanda de los vecinos» y «un objetivo prioritario» del equipo de gobierno». «Me extrañó mucho, cuando asumí la concejalía de Obras Públicas, que este depósito no estuviera en funcionamiento y que al preguntar a Abaqua me dijeran que aún no se había gestionado su cesión», indica Torres.

El agua con la que se abastece a la población de Sant Rafel se adquiere a un pozo privado.

Calvo apunta que ahora mismo no es posible suministrar agua desalada en julio y agosto porque hay «un techo», pero considera necesario que se consuma agua desalada en invierno para recuperar los acuíferos. Esta es la política que la conselleria de Medio Ambiente trata de implantar en la isla porque la capacidad de producción de agua desalada es «insuficiente» para atender a toda la demanda. «Se está haciendo un esfuerzo para aumentar la producción de las desaladoras de Santa Eulària y Sant Antoni un 8%, pero este incremento servirá para que el sistema sea más robusto y no ir tan al límite», explica Calvo.

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