Salud se ha hecho cargo de la gestión de la residencia Reina Sofía de Ibiza, privada y dependiente del Obispado, para tratar de controlar los contagios, que ayer a mediodía alcanzaban ya a 32 de los mayores internos y a ocho trabajadores, según detalló Maria Antònia Font, directora general de Salud Pública y Participación de la conselleria balear de Salud.

Como consecuencia del brote, el más importante de los detectados en centros residenciales de Eivissa, ha sido necesario ingresar en el Hospital Can Misses a diez de los usuarios: nueve en la Unidad de Media Estancia Ca na Majora y uno en la Unidad de Cuidados Intensivos. Salud detalló que este caso crítico no es el primer paciente procedente de Reina Sofía que ingresó en Can Misses con Covid, un hombre de 73 años, y a raíz del cual se inició el cribado de residentes y trabajadores. Ocho de estos últimos han dado también positivo en Covid en las pruebas. Otras 39 PCR han sido negativas y ayer a mediodía Salud estaba aún a la espera de conocer el resultado de las 17 restantes.

«Nos preocupa la situación», apuntó Font, que insistió en que las residencias son el ámbito en el que se encuentran las personas más vulnerables. Font detalló que centros pequeños como Reina Sofía funcionan «como grandes domicilios» y explicó que la intervención consiste en convertirlas «en pequeños hospitales para que la situación no se complique». La directora general señaló que este sistema ha dado «resultados muy buenos» en los otros centros que se han intervenido previamente. Reina Sofía es la primera residencia de la isla de la que se hace cargo Salud por un elevado número de usuarios contagiados y la sexta de Balears, después de Sèniors Inca, Bell Entorn, Oasis, DomusVi y Patronato Joan XXIII (ésta última de personas con discapacidad). Además, la ibicenca es la cuarta intervenida en esta segunda oleada.

En estos momentos, Salud está revisando el plan de contingencia y creando los nuevos circuitos asistenciales, indicó Font, que destacó que la intervención supone «otro punto de vista» a la hora de gestionar el centro, más sanitario que sociosanitario.

Así, en estos momentos las instalaciones se encuentran divididas en dos espacios, uno para los usuarios que han positivo en las últimas PCR y otra para los que no están contagiados y que, a pesar de encontrarse bien, «durante un tiempo tendrán que hacer su vida dentro de sus habitaciones». A pesar de esto, la responsable sanitaria, matizó que en esta zona de no afectados por el virus se permitirá un mínimo de relación.

El centro está cerrado a cal y canto desde el pasado martes, cuando se interrumpieron las visitas, que hasta ese momento estaban limitadas a dos de menos de una hora por interno y semana. De momento, no hay una fecha para el final de la intervención, que dependerá de la evolución de la pandemia entre la comunidad de Reina Sofía, cuya dirección no atendió ayer a las numerosas llamadas de este diario para recabar su versión de lo ocurrido.

La directora general insistió en la dificultad de detectar el virus cuando los afectados no presentan síntomas y respondió que se desconoce cómo entró el Covid en la residencia, aunque indicó que cuando la incidencia acumulada supera los 200 casos por cada cien mil habitantes y hay transmisión comunitaria «es muy fácil que el virus entre en otros ámbitos». «No hay aún una evaluación pero son estrictos con las visitas», continuó Font antes de asegurar que el centro funciona con grupos burbuja, aunque Salud desconoce aún los detalles de éstos. Su objetivo ahora es «revertir la situación de peligro» para los usuarios. Para esto, Salud ha destinado, de momento, tres profesionales al centro privado, dos enfermeras y una tercera persona que ha asumido la gestión durante la intervención. Un personal que no descartó que pueda ampliarse en los próximos días, en función de cómo evolucionen los contagios.

Maria Antònia Font no supo precisar cuándo se hizo el último cribado a los usuarios de Reina Sofía. Sin embargo, los familiares señalan que las últimas de las que tienen constancia se las realizaron hace casi un mes y medio, a mediados de septiembre, recuerdan. Font detalló que, al ser personas de riesgo, se harán segundas PCR a todos los contagiados pasados diez días del diagnóstico.