CEIP Can Cantó

«Es difícil porque si estás delante de 20 niños pequeños, aunque sean 20 en vez 25, es muy complicado que no se toquen», comenta Cristina Roldán, la directora del CEIP Can Cantó.

Por otro lado, señala que puede ocurrir que algunas familias opten por no llevar a sus hijos a la escuela: «Probablemente habrá quien no los lleve, porque tienen miedo y saben que los niños tocan, comparten, y son focos del virus», añade. De hecho, en la mañana de ayer una maestra de Infantil ya le trasladó a la directora que algunas familias del centro ya han comunicado que actuarán de esta manera, aunque por el momento el colegio Can Cantó no ha realizado un cálculo del número de padres que optarán por dejar a sus hijos en casa.

En cuanto a posibles sanciones que se puedan adoptar, Roldán recuerda que aunque las direcciones de las escuelas tienen competencias para aplicarlas, no las tienen para decidirlas: «La conselleria es la que nos tiene que decir si estos padres están en su derecho de hacerlo o no». No obstante, subraya que no habría suficientes docentes para atender online a los niños que finalmente se queden en casa: «Todo el profesorado tiene un grupo de alumnos, por lo que no hay nadie libre para atenderlos, ya que si están con los niños de clase no pueden atender también de manera telemática», alerta Roldán.

Por otra parte, Roldán también explica que hay dos profesores del centro aislados en sus domicilios: «Nos faltan seis personas por diferentes temas, incluido el Covid, porque están aisladas porque son positivos o porque han estado en contacto con positivos».

CEIP Santa Gertrudis

En esta misma línea, Reme González, la directora del CEIP Santa Gertrudis, afirma que haría falta contratar a más profesorado para poder arrancar el curso de la mejor manera posible: «En el plan de contingencia nosotros indicábamos que para llevar adelante un escenario B (semipresencial, con el que reabren las escuelas) hacen falta más maestros». González también asegura que trasladaron esta petición a la conselleria de Educación, pero que todavía no han obtenido una respuesta. Por lo que muchos colegios de Ibiza comenzarán el curso 2020-2021 con más grupos que antes, ya que el número de alumnos por grupo ha disminuido hasta 20 para mayor seguridad sanitaria, pero con el mismo número de docentes.

Es por ello que la Associació Professional de Docents d'Eivissa (APDE) ya ha advertido de que hacen falta 150 nuevas contrataciones para esta redistribución de las clases fijada por el Ejecutivo autónomo, según los cálculos de la asociación.

Y es que de ahora en adelante, en el caso de la educación Primaria, los maestros de las especialidades de Inglés, Música y Educación Física dejarán de impartir estas materias, precisamente para poder ser los tutores de los nuevos grupos que surjan con la redistribución de los estudiantes. Los tutores habituales, por su parte, pasarán a encargarse de dichas materias, sin contar con una preparación especial en ellas. Por lo que esta situación supone un importante perjuicio para la calidad de la enseñanza que reciben los estudiantes.

CEIP Vara de Rey

En este contexto, Belén Ligero, directora del CEIP Vara de Rey, en Sant Antoni, relata que en su centro cuentan con un docente más para este curso, pero que no es suficiente: «No se pueden dar las especialidades porque no tenemos personal para desdoblar todos los grupos y a la vez dar estas materias», lamenta. De hecho, explica que necesitaría «tres o cuatro profesores más» para impartirlas, de lo que ahora se encargarán los maestros tutores: «Nosotros en la carrera de Primaria hemos recibido clases de Inglés o Educación Física, pero no es lo mismo un maestro especialista en un área que otro que ha dado algo de ella en algún momento puntual de la carrera».

Por otra parte, Ligero cuenta que, aunque ya han hecho acopio de gel hidroalcohólico, entre otros elementos necesarios para la seguridad sanitaria, todavía no saben si el Ayuntamiento de Sant Antoni se va a hacer cargo de más gel desinfectante para el colegio Vara de Rey o si, por el contrario, va a correr a cargo del propio centro: «Ahora mismo está un poco en el aire». «También estamos pendientes de si nos comprará las papeleras de pedal, que nos hacen falta», apunta Ligero.

CEIP Sa Bodega

Para cumplir con las nuevas ratios también hacía falta adaptar nuevos espacios para que se pudieran convertir en aulas. Es lo que se ha hecho, por ejemplo, en el CEIP Sa Bodega, tal y como explica su director, Xavi Palau: «Utilizaremos la sala de música, la biblioteca, la sala de plástica, de psicología y un aula que teníamos vacía, y ahora estos espacios pasan a ser clases».

Desde Sa Bodega han pedido un profesor más a la conselleria, que ha respondido que está valorando la propuesta, según comenta Palau. De todos modos, no lo tienen asegurado.

Además, en cuanto a las ratios, Palau dice que los grupos de Sa Bodega sí podrán cumplir con el máximo de 20: «En Infantil casi todos los grupos son de menos de 20, y todos de menos de 20 en el primer ciclo de Primaria, de unos 17, 18 o 19, y algunos de tercero y cuarto llegan a los 20», asegura el director.

En relación a las medidas antiCovid, y tal y como marca la normativa, los alumnos de Sa Bodega deberán llevar mascarilla, de la misma manera que habrá gel en todas las clases. Habrá dos escaleras, una para subir y otra para bajar. Además, el patio se dividirá en cinco zonas, tal y como se indica en el plan de contingencia de dicha escuela.

CEIP Portal Nou

Por su parte, la directora del CEIP Portal Nou, Paulina López, destaca que por lo general, los grupos serán de unos 17 alumnos, pero que tampoco les han llegado refuerzos para hacer frente a este atípico curso por parte de la Administración. Ayer mismo enviaron una petición a la conselleria, tanto de más profesorado como de más recursos técnicos.

De la misma manera que en el CEIP Sa Bodega y otros centros, también se han habilitado aulas en nuevos espacios, que antes funcionaban con otro fin, tales como «la sala de música, la sala de informática, la biblioteca y una sala de reuniones», afirma López.

En cuanto a los principales problemas del inicio de curso en plena pandemia, la directora hace alusión a la pérdida de algunos docentes: «Hemos perdido todas las personas que apoyaban a los alumnos con necesidades, porque se pondrán al frente de una tutoría». De hecho, cuenta que esta es una de las demandas que hicieron llegar al Govern ayer. Estas y otras incertidumbres tienen hasta el jueves de la semana que viene para poder ser resueltas, antes de la inminente vuelta a las aulas de los estudiantes, que mantiene en alerta a la comunidad educativa.

CEIP Cervantes

«Tenemos una sala de aislamiento habilitada por si hay un caso sospechoso»

Por lo que respecta al colegio Cervantes, un miembro del equipo directivo confirma que se prevé comenzar el curso de manera presencial, en el escenario B del plan de contingencia. Asimismo, todos los grupos de a partir de tercero de Primaria han tenido que desdoblarse: «Se pasaban de 25 alumnos, y previsiblemente no pueden superar los 20, 22 como máximo», agrega este docente, que explica que, por lo tanto, han tenido que replantear ciertos espacios que este curso comenzarán a funcionar como aulas: «Hemos tenido que adaptar una sala de profesores, usar la sala de usos múltiples, la biblioteca, la sala de inglés y la sala de música», añade.

En este contexto, el colegio Cervantes no ha recibido profesorado de refuerzo, aunque lo ha solicitado en la conselleria de Educación: «Con un tutor más para Primaria tendríamos suficiente». En esta línea, fuentes del colegio reiteran que no tienen una respuesta todavía de la Administración: «De hecho, en el resto de los grupos los tutores serán los profesores especialistas este año». «Incluso una PT (especialista en Pedagogía Terapéutica), que es un problema porque entonces se pierde mucho el refuerzo y la atención a los alumnos de necesidades educativas, que en este colegio son un número bastante importante», subraya la fuente del centro, en relación al motivo de su demanda de un docente más.

En relación a las medidas sanitarias, además de la bajada de ratios, las mascarillas, la distancia y el lavado de manos, el colegio explica que también habrá distintos lugares de entradas y de salidas, que se producirán, afirman, de forma escalonada: «Tenemos una sala de aislamiento habilitada en caso de que haya un caso sospechoso», añade este portavoz, que confirma que para redistribuir los grupos han tenido que reubicar también el mobiliario.

Los alumnos tendrán turnos diferentes para salir al patio, que a su vez se va a dividir en zonas para evitar que los grupos «estables» (grupos burbuja) se relacionen entre ellos.

«Ahora mismo el mayor problema que encontramos es que hay cuatro bajas de profesores, y estamos esperando las sustituciones y el nombramiento de alguno más», añade dicha fuente. Dos de las bajas se corresponden con dos personas que han estado en contacto con positivos por Covid-19, pero ellos han dado negativo y «se incorporarán en breve», por lo que estarán operativos antes del 10 de septiembre, que es cuando empieza el curso. Desde la conselleria les aseguraron en la reunión del miércoles que las sustituciones iban a ser inmediatas, según explica el centro.

CEIP Buscastell

Ana Hernández es la directora del CEIP Buscastell y explica que la suerte de su centro es que se trata de una escuela pequeña: «Será más fácil cumplir con las ratios», apunta. Sin embargo, dice que habían solicitado un profesor más para este curso, y aún están a la espera de la respuesta de Planificación.

En este colegio, a diferencia de en muchos otros, no ha hecho falta convertir espacios en aulas. Aunque la escuela «está toda desmontada y en obras, que comenzaron el martes», explica Hernández. Es por ello que la directora explica que no puede adelantar muchas cosas en relación a la limpieza y a la organización de los espacios. Sí confiesa, en cambio, que este año, «todo el tema organizativo de los espacios, las distancias, el personal y los horarios de la gente conlleva un volumen de trabajo mucho más grande que en otros años».

Una de las obras que están llevando a cabo ahora se debe a la readaptación de un espacio, con motivo de la crisis sanitaria: «Ha sido reubicado el espacio de secretaría, que nuestro centro no tenía, y como contábamos con un aula muy pequeña en la que antes teníamos un rinconcito de matemáticas, ahora se va a aprovechar», cuenta. Dicho espacio ahora ya no se puede utilizar como tal por las medidas de distanciamiento social, pero se aprovechará para pasar allí todo el despacho de dirección.

En cuanto al periodo de confinamiento, Hernández recuerda que las complicaciones para sus estudiantes estuvieron relacionadas con la conexión a Internet: «Somos una escuela rural, y la población es dispersa, costaba mucho trabajar con la línea, se saturaba y nos quedábamos congelados», relata. Por lo que la directora insiste en que las trabas estuvieron relacionadas con este aspecto más que con la falta de medios técnicos de los matriculados.

CEIP Cas Serres

La directora del colegio Cas Serres, Mónica Salom Sastre, asegura que el inicio de las clases será presencial y se organizará en grupos burbuja de 20 alumnos «más o menos» para garantizar el cumplimiento de los protocolos sanitarios establecidos y la seguridad de los estudiantes. «Principalmente, aplicaremos las medidas que comprenden el uso de mascarilla obligatorio, la distancia mínima de seguridad y el lavado de manos», explica Sastre. En la misma línea, comenta que las ventanas de las clases se pueden abrir así que no supondrá un problema a la hora de ventilar las aulas.

La directora comenta que los principales problemas a los que se enfrentan para empezar este curso son: la imposibilidad de que se cumplan las medidas de seguridad establecidas por la conselleria de Educación y la de Salud y la necesidad de más profesorado para poder «atender como se debe» a los alumnos. «En el colegio hay profesores vulnerables ante el Covid-19 pero no tendrán ningún régimen especial porque están en el grupo III y, según la conselleria, pueden estar en el centro con la protección adecuada», destaca Salom. A lo que añade que los docentes están más preparados que en el curso pasado, pero que aún así falta mucha formación.

Por otro lado, en el caso de los niños, recalca que no están preparados para seguir el curso a distancia: «Tenemos familias con escasos recursos y sin formación de ningún tipo, con lo cual no pueden ayudar a sus hijos ni en el aspecto curricular ni en el uso de las herramientas TIC», lamenta. De la misma manera, defiende que se ha estado pendiente de los alumnos sin medios para seguir las clases a distancia a diario telefónicamente y se han cubierto las necesidades de todo tipo que han tenido: «También se han derivado casos a Servicios Sociales», concluye Salom.

CEIP Santa Agnès

Teresa Marí, directora del colegio Santa Agnès, explica que el inicio del curso será presencial y los alumnos se repartirán en tres grupos estables. En Infantil habrá 7 alumnos, 1º y 2º serán de cuatro y de 3º a 6º irán 16 niños. «No nos ha hecho falta pedir más profesores y recursos a la conselleria», comenta Marí.

A lo que añade que aplicarán las medidas anticovid que les han enviado en las resoluciones. «Los principales problemas a los que nos hemos enfrentado para empezar el curso 2020-2021 son garantizar la distancia de seguridad de los niños, la distribución de los patios, el material, cambiar las metodologías cooperativas y el trabajo en grupo individualmente», asegura Marí.

Los profesores y alumnos, según indica la directora del centro, están igual de preparados que en junio y están pendientes de hacer diversas formaciones específicas en caso de un nuevo confinamiento». «Hemos detectado a los alumnos que no tienen medios para seguir la enseñanza online y les hemos ofrecido dispositivos y tarjetas de internet», cuenta.

IES Algarb

«Empezaremos el curso de manera semipresencial, como marca la normativa que nos han enviado», destaca Aurelio Francés, jefe de estudios del instituto Algarb. Explica que van a intentar que la mayoría de grupos acudan presencialmente, sobre todo en niveles inferiores y 2º de Bachillerato al tener una ratio menor (entre 20 y 22 alumnos), y en los que tienen más alumnos por aula, que son 4º y 1º de Bachillerato la enseñanza será semipresencial: «Eso lo hemos conseguido nosotros gracias a hacer grupos extra de los que nos había dado la conselleria», explica. El jefe de estudios recalca que ayer les confirmaron «medio docente» de refuerzo, a pesar de que habían pedido más.

«Hemos puesto carteles por todo el centro con indicaciones del uso de la mascarilla, distancia de seguridad y gel hidroalcohólico. También vamos a repartir las entradas y las salidas de los alumnos en tres zonas para evitar aglomeraciones», explica Francés. Además, han comprado señales de diferentes colores para poner en el suelo y cada grupo de alumnos tendrá que seguir el color que se le haya indicado en el día de la presentación. «Dentro de cada clase y en los pasillos hay un kit de limpieza para las mesas y sillas y un gel hidroalcohólico para antes de entrar en las clases», cuenta.

Francés hace hincapié en la falta de espacio ya que en el instituto Algarb han tenido que quitar el aula de plástica y una de las dos de música (donde se guardaban los instrumentos) para que los alumnos puedan asistir al centro. «Las ventanas tienen que estar abiertas en todo momento, como las rejillas que hay encima de las puertas de cada clase. Y, siempre que se pueda, tendrán que dejarse estas abiertas», sostiene.

Por otro lado, le han pasado a todo el profesorado un formulario de la conselleria por lo tanto el Servicio de Prevención y Riesgos Laborales se hace cargo de indicar la actuación de los docentes. «Si hemos hecho el tercer trimestre de manera online sin ninguna preparación ni previsión, yo creo que si se repitiese estaríamos mejor preparados ahora», afirma el jefe de estudios.

Por último, Francés afirma que ya tenían localizados a los estudiantes que no tuviesen recursos suficientes para continuar la enseñanza: «Tenemos ordenadores que les prestamos y estarán disponibles por si los vuelven a necesitar».

IES Xarc

IES XarcFrancisco Javier Moreno, director del IES Xarc, explica que el curso en este centro será presencial para todos aquellos grupos que finalmente, una vez revisadas todas las matrículas, no superen el máximo de 23 alumnos: «Sobre todo puede ser segundo de Bachillerato donde pueda haber más alumnos de 23 y el curso pueda ser semipresencial, pero todavía tenemos que verlo», explica Moreno. Por su parte, con más seguridad los grupos de la ESO de este instituto sí que cumplirán con la ratio, según prevé el director: «En primero de la ESO habrá entre 19 y 21 alumnos, y en cuarto creemos que tampoco se llegará a los 23, aunque habrá que estar atento a alguna optativa y ver si hay que tomar alguna medida para evitar que sea semipresencial», asegura.

En cuanto a las medidas sanitarias, Moreno recuerda algunas de las que son clave: «En todo momento habrá que llevar mascarilla, mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros, ventilación de espacios o limpieza constante de las manos con gel», tal y como acordaron en su momento la autoridades sanitarias a través, también, de las resoluciones conjuntas entre la conselleria de Educación y la de Sanidad, según confirma el director. «También se ha reforzado el servicio de limpieza para que haya una limpieza más frecuente que antes de las instalaciones», añade. De hecho, subraya que la conselleria les asegura que llegará más personal para hacer efectivos estos refuerzos, de cara al inicio de curso.

Por otro lado, Moreno explica que todos los espacios cerrados del centro tendrán que estar abiertos, de manera que haya la suficiente ventilación.

En cuanto a las principales complicaciones de este inicio de curso, alude al hecho de que los estudiantes deberán almorzar o beber respetando las distancias, por lo que no podrán hacerlo en el patio, sino dentro del aula, cada uno desde su mesa individual: «Tendrán un momento para poder hacerlo en el aula, y después dejarán las mesas limpias para seguir con la jornada», detalla. Por lo que, este curso, en vez de salir dos veces al patio, lo harán solo una, ya que uno de los descansos se utilizará para el almuerzo.

Sin embargo, el director matiza que el instituto Xarc cuenta con los espacios suficientes para hacer frente a la situación sanitaria: «Tenemos un centro con muchos espacios, por lo que no hemos tenido que habilitar espacios adicionales» para convertirlos en aulas.

Además, cree que en el caso de que se volviera a la educación telemática, contarían con cierta ventaja: «Tenemos la experiencia del curso pasado, por lo que estoy seguro de que alumnado, familias y profesorado estaríamos más preparados, hemos aprendido y hemos comprobado lo que funciona y lo que no», explica antes de remarcar que en el caso de volver a las clases a distancia, tanto el centro como la Administración se encargarían de proporcionar los medios necesarios a los estudiantes, tal y como ocurrió en el confinamiento.

Desde este instituto solicitaron medio profesor más a Educación a la hora de fijar la cuota, pero por el momento no les ha concedido este pequeño aumento de la plantilla.

Nostra Senyora de Jesús

Carmen Martí, la jefa de estudios del colegio Nostra Senyora de Jesús, explica que este año tendrán un profesor más gracias al Govern, pero que necesitarían a un segundo extra para atender a todos los alumnos correctamente: «Ya nos han dicho que no llegará, pero por ejemplo en P3 (el primer curso de Infantil, de tres años) habrá un grupo de 20 niños y con un metro y medio de separación, habrá niños que estarán pegados a la pizarra», lamenta Martí. Destaca que el aula es pequeña y que se ha tenido que quitar inmobiliario para cumplir con las distancias. «Se podría desdoblar y hacer dos grupos de 10 si tuviéramos un docente más», reitera. El resto de grupos de Jesús quedan en 18 alumnos.

Además, según Martí, «desaparece el aula de música, la de inglés, el comedor o la biblioteca», que ahora se prevé que sean aulas, aunque aún no se han materializado los cambios pertinentes. «Hicimos la demanda al Ayuntamiento (de Santa Eulària), pero aquí todavía no ha venido nada, ni nos han dotado de inmobiliario ni ha venido nadie a sacar las mesas de estos sitios para poner otras», lamenta. «Hemos hecho ahora la demanda de material, de pizarras, porque claro, el comedor no tiene y la biblioteca pertenece a la red de bibliotecas, por lo que tendría que pasar al Centro Cultural de Jesús», dice, para poder hacer de este espacio un aula de Infantil.

No obstante, Martí asegura que todos estos espacios del colegio cuentan con ventanas para poder ventilarlos.

En cuanto al cumplimiento de las normas sanitarias, la jefa de estudios recuerda que «los alumnos van a llegar todos juntos en el autobús»: «Allí no habrá grupos burbuja», por lo que concluye que están ante algo que «es incontrolable». De hecho, comenta que tal vez algunas familias no llevarán a sus hijos a clase, ya que «algunas llaman para preguntar si hay seguridad suficiente y dicen que están asustados». «Y tampoco sabemos lo que pasa ahí legalmente», recuerda en relación a posibles sanciones a los padres que finalmente opten por esta opción.

«Además, hay niños con patologías previas a los que no se les ha tenido en cuenta para nada, a diferencia de a los profesores de riesgo», cuenta. Por lo que reitera que no saben si los padres de estos niños los llevarán al colegio.

Por si fuera poco, en este centro les faltan cinco profesores: «No han llegado las sustituciones, y el día 10 necesitaremos la plantilla completa», recuerda Martí, que explica que hay una profesora embarazada: «Se han puesto en contacto con ella y le han dicho que no se presente, pero su plaza no consta como que está libre porque aún no le han tramitado la baja», lo que supone que no les llega, de momento, el sustituto correspondiente.

CEIP L'Urgell

Por otro lado, Jordi Costa, el director del colegio L'Urgell, asegura que el número de grupos se ha triplicado: «Por lo que todos menos dos grupos de Infantil y los de cuarto de Primaria están por debajo de los 20 alumnos», apunta. «Estamos adaptando la biblioteca, la sala de música, el comedor y un despacho que teníamos de cerámica», comenta en relación a la ubicación de los nuevos grupos.

En cuanto a la sala de cerámica, Costa cuenta que han hecho una reforma: «Hemos tenido que pedir al Ayuntamiento (de Sant Josep) que nos derribe una pared para ampliar el espacio para poder meter otro grupo».

En este contexto, reconoce que desconocen donde ubicarán el comedor escolar teniendo en cuenta las medidas de seguridad y distanciamiento que deben cumplir: «No sabemos si podremos tener comedor escolar», lamenta el director.

En relación al número de profesores, también explica que necesitan aumentar su plantilla: «En julio el conseller anunció que darían un maestro por cada grupo que superase la ratio de 25 alumnos, y a nosotros nos asignaron dos maestros y medio, cuando teníamos siete grupos que superaban la ratio», asegura Costa.

Por otra parte, recuerda que la resolución definitiva de las nuevas instrucciones en Educación no saldrá hasta el sábado: «Comenzamos el jueves, por lo que tendremos muy poco tiempo para prepararlo». De hecho, explica que también tienen problemas para reorganizar los espacios: «Lo tenemos que hacer todo ahora en septiembre, y lo podríamos haber hecho antes, pero no ha sido hasta ahora cuando nos han dicho que pasábamos al escenario B», explica Costa.

Respecto a posibles casos de absentismo, confirma que puede ocurrir: «No nos han llamado directamente, pero sí que sabemos que hay familias que preguntan por la duda de qué pasaría si no llevan a sus hijos al colegio o si no llevan la mascarilla todo el tiempo porque consideran que es perjudicial llevarla tantas horas seguidas». En cuanto a los docentes, en L'Urgell hay profesores de riesgo de más de 60 años, alguno con alguna cardiopatía y una profesora embarazada, que está de baja. Solo ella está de baja: «Desde Riesgos Laborales nos dicen que deben estar más atentos de las medidas de seguridad, pero las únicas que nos dicen son la distancia, las mascarillas y la higiene, no hay otras», comenta.

CEIP Torres de Balàfia

La directora de la escuela Torres de Balàfia, Rosa Colomar, (situada en Sant Llorenç) confirma que en este centro las clases también serán presenciales, aunque señala que los espacios son limitados, por lo que están estudiando, junto con la conselleria de Educación, el uso de un espacio alternativo: «Ahora todavía no podemos saber de cuántos alumnos serán las clases, porque estamos pendiente de un espacio alternativo de fuera del propio centro». Precisamente por las medidas de esta escuela, la directora explica que también pretenden potenciar las clases al aire libre: «Nosotros aquí tenemos un entorno natural que nos lo permite, y mientras las condiciones meteorológicas lo permitan y podamos, queremos trabajar lo máximo posible al aire libre». «Este es un principio que tenemos», reitera Colomar.

En cuanto a un posible aumento de la plantilla, Colomar cuenta que habían solicitado a la conselleria que una persona docente que trabaja a media jornada pasara a jornada completa, aunque aún no han recibido la confirmación a esta demanda.

A la hora de explicar el principal problema para este arranque de curso, Colomar confiesa que es la «incertidumbre» en diferentes aspectos: «La cosa es que todos los factores, como espacios, agrupamientos y profesorado, se alineen para que todo vaya bien en el aspecto organizativo», explica.

En el caso hipotético de que en algún momento determinado del curso se vuelva a la educación a distancia, Colomar explica que durante el estado de alarma ya aprendieron mucho y que ahora sería diferente: «Prácticamente lo tuvimos que hacer sin formación y sin saber, ahora mismo todos los profesores nos hemos apuntando a una formación de herramientas básicas» de cara a la preparación en el ámbito digital.

Asimismo, Colomar añade que el objetivo de digitalizar la escuela es algo que se pretende implantar en el colegio Torres de Balàfia, independientemente de si se vuelve a un confinamiento o no: «En enero habrá un acuerdo marco sobre compra de dispositivos, y no nos hemos querido acelerar y queremos esperar a enero para ver qué familias pueden comprar un dispositivo y también comenzar a hacer el plan de digitalización de la escuela», asegura la directora. Asegura que durante el confinamiento ya se hicieron préstamos de dispositivos, desde la escuela, a alumnos sin medios técnicos, de la misma manera que se establecieron «trabajos alternativos» en el caso de los estudiantes con problemas de conexión.

CEIP Sa Joveria

En relación a la escuela de Sa Joveria, en Vila, la jefa de estudios, Esther Tur, también confirma que las clases serán presenciales, de la misma manera que subraya que todos los grupos podrán cumplir con la ratio máxima de 20 estudiantes. De hecho, señala que en algunas clases la ratio será incluso menor. Para la vuelta a las aulas han recibido a un docente más por parte de la conselleria de Educación. Además, hay dos maestras embarazadas, pero, según augura Tur, sus sustituciones estarán cubiertas de forma inmediata, entre este sábado y el inicio de la semana que viene, ya que han sido concedidas.

Por otra parte, en Sa Joveria, como en la mayoría de centros de Ibiza, también han tenido que convertir ciertos espacios en aulas: «Hemos convertido en aulas la sala de informática, la de música, la biblioteca o el aula de psicomotricidad», apunta la jefa de estudios.

En relación a las principales trabas de esta atípica vuelta a las aulas, Tur hace referencia a la «falta de tiempo»: «En 10 días hemos tenido que cambiar de escenario, lo hemos sabido hace relativamente poco, lo que nos ha conllevado habilitar espacios y mover mobiliario». En esta línea, añade que este cambio de plan también conlleva una planificación pedagógica para el inicio de curso. «Vamos a contrarreloj», concluye Tur.

CEIP Sant Ciriac

Por su parte, la escuela de Sant Ciriac, en Santa Eulària, ha hecho saber a las familias en un comunicado que la vuelta a las clases en este centro se hará en días diferentes, según los niveles educativos.

Así, el día 10 volverán a clase los alumnos de cuarto curso de Educación Infantil, que se corresponde con los niños y niñas de 3 años, con tal de comenzar su periodo de adaptación. Asimismo, los alumnos de la Unidad Educativa Específica del Centro Ordinario (UEECO) también irán a la escuela, de las 9 a las 14 horas. Ya el viernes 11 será el turno para los inscritos de quinto y sexto de Infantil, de cuatro y cinco años respectivamente, así como del primer curso de Educación Primaria, también de las 9.00 a las 14.00 horas. A la siguiente semana, el lunes 14 de septiembre, vuelven con el mismo horario los alumnos de segundo de Primaria, el 15 los de tercero y cuarto, y el 16, por último, los de quinto y sexto. Todos ellos con el mencionado horario habitual.

En cuanto a la información de cara a las familias, desde Sant Ciriac señalan en este comunicado que las reuniones con padres y madres se convocarán entre el 7 y el 11 de septiembre, periodo durante el que los tutores llamarán a las familias para comunicarles el día y hora de la reunión. Esta se producirá de forma presencial, aunque solo podrá acudir un miembro de cada familia y con el correcto uso de la mascarilla.

En dicho comunicado se detalla que los días 7, 8 y 9 se celebrarán las reuniones con los familiares de alumnos de Educación Infantil y UEECO, mientras que el 7 y el 10 serán con los de primero, cuarto, quinto y sexto de Primaria. Ya por último, el 9 y el 11 será el turno para segundo y tercero de Primaria.

En relación al horario de oficinas, será de lunes a viernes y de las 13 a las 14 horas. Las familias sin cita previa no podrán ser atendidas. Para concertarla deberán llamar a la escuela, al número 971 331 200. Además, el centro matiza en el comunicado, redactado por el equipo directivo, que estos datos podrían verse modificados en el caso de que la conselleria de Educación del Govern cambie las instrucciones.

CEIP Can Guerxo

El equipo directivo del colegio Can Guerxo, en Sant Jordi, explica que el curso empezará de manera presencial en el escenario B, con ratios de alrededor de 20 alumnos: «Tenemos grupos de 19, de 20 y alguno de 22. Los espacios de nuestro centro son grandes, aulas de 58 metros cuadrados e incluso el grupo más numeroso utiliza la biblioteca del centro, que tiene 102 metros cuadrados», destacan.

Por otro lado, según aseguran desde la dirección del centro, pidieron más recursos y profesorado a la conselleria pero aún no han obtenido respuesta. «Nos dieron medio profesor más, que perfilamos de Educación Infantil», explican. Además, lamentan lo difícil que ha sido seleccionar a alumnos para que formen parte de otro grupo y «separarlos» del suyo de referencia. «Tenemos muy claro que hay que actuar con responsabilidad y priorizar la salud, pero nos ha sido muy complicado», reiteran.

De la misma manera, aplicarán las medidas anticovid escalonando las entradas por diferentes accesos, limpieza de manos mínimo cinco veces al día, ventilación de los espacios constantemente, distancia de seguridad, y mascarilla obligatoria a partir de 6 años. El principal problema al que se enfrentan es la falta de baños: «No disponemos de uno para cada grupo y nuestro comedor está situado en un aula relativamente pequeña», confiesan.

En cuanto al personal vulnerable, de momento pueden afirmar que no tienen constancia de ningún caso. Pero indican que hay una compañera que está a la espera de que el servicio de riesgos laborales se ponga en contacto con ella.

«Preparados para un nuevo confinamiento no estamos, sí que el curso pasado fue un aprendizaje intensivo y ya tenemos un rodaje. De todas formas en el claustro tenemos una formación para la enseñanza online», sostiene el equipo directivo. Por último, el curso pasado detectaron a los alumnos que no tenían medios para seguir con las clases, pero en el que empieza todavía desconocen si hay más casos con las mismas dificultades, o si los estudiantes que tenían problemas los han solucionado.

IES Santa Maria

La directora del instituto Santa Maria, de Vila, Teresa Marí, explica que primero de la ESO es el curso que tiene asegurado que comenzará las clases presencialmente: «A partir de segundo la mayoría de niveles comenzarán el curso de forma semipresencial, aunque puede haber alguno más que lo haga presencialmente, dependiendo del número de matrículas», detalla la directora.

En esta línea, Marí añade que de los grupos que finalmente se tengan que adaptar al modelo semipresencial acudirán al aula un máximo de 15 estudiantes, cuando toque estar presente en ella: «Tenemos grupos de hasta 25 o 30 alumnos, y en estos casos vendrán 15 como mucho, y se irán turnando los días, de manera que todos los alumnos vengan con la misma frecuencia».

De hecho, una mitad de dichos grupos acudirá al centro lunes, miércoles y viernes, y la otra mitad martes y jueves, mientras que a la siguiente semana ocurrirá a la inversa, de manera que sea equitativo para los dos subgrupos de estas clases que no pueden cumplir con la ratio máxima fijada por el Govern.

En este caso, la conselleria de Educación tampoco les ha enviado profesorado de refuerzo: «Estamos con el mismo número de profesores que si estuviésemos en una situación de normalidad, por lo menos en Secundaria», subraya Marí.

En cuanto a los nuevos espacios, la directora señala que han habilitado aulas en lo que antes era el aula de audiovisuales o de tecnología, que antes funcionaba como un taller: «Pero no hemos tenido que habilitar otro tipo de espacios, tampoco tenemos mucho espacio, somos un centro pequeño», apunta Marí, que confiesa que su principal problema es que tienen un patio muy pequeño y solo uno.

«Habrá turnos para salir al patio, y los alumnos no saldrán todos a la vez», añade, puesto que antes solo había un recreo, y ahora habrá dos, para los diferentes grupos, con una duración de 30 minutos cada uno. Además, el patio estará dividido en diferentes zonas, como en muchos otros colegios e institutos, con el objetivo de que los grupos no tengan contacto entre ellos.

De hecho, la dirección del instituto también ha habilitado tres entradas diferentes, de la misma manera que «mientras el tiempo lo permita», se mantendrán abiertas las ventanas durante todas las clases, así como después de ellas, para poder ventilar.

En cuanto a las principales preocupaciones del inicio de curso, Teresa Martí alude a la incertidumbre sanitaria: «No sabemos lo que ocurrirá cuando el profesorado comience a dar clase, porque puede pasar que alguien sea contacto de algún positivo», señala.

Por otro lado, comenta que la planificación que hicieron en julio de cara a este curso la han tenido que modificar ahora, con el cambio de escenario y el baile de planes desde entonces. El plan definitivo para que la comunidad educativa cuente con todos los detalles de cómo abordar el curso no saldrá publicado hasta mañana sábado.

Asimismo, Marí explica que hay algunos profesores de riesgo en Santa Maria, pero que todavía no les han comunicado qué deben hacer a partir del jueves de la semana que viene.

En cuanto a los alumnos, «cuatro o cinco familias diferentes», dice la directora, han llamado al centro para comunicar que su hijo tiene coronavirus o que ha sido contacto de algún positivo, por lo que por el momento estos matriculados no acudirán a clase. «Supongo que esto irá aumentando», augura Marí.

En el caso hipotético de que se volviera a la educación telemática en algún momento del curso, la directora confirma que ahora, con la experiencia del tercer trimestre del curso pasado, estarían más preparados para abordar la situación: «Ahora usaremos una única plataforma y las mismas herramientas», explica.

Sin embargo, explica que en Santa Maria hay un «elevado número de alumnos en riesgo», tanto por falta de medios como por motivos de exclusión social, pero que durante el estado de alarma la conselleria de Educación y el propio centro se encargaron de que todos los estudiantes pudieran seguir las clases a distancia.

IES Quartó de Portmany

Fran Tienda, director del instituto Quartó de Portmany, en Sant Antoni, recuerda que el inicio del curso será presencial al 100% en 1º y 2º de ESO y semipresencial en el resto de niveles. Ateniéndose a lo anterior, los grupos se repartirán en días alternos en el modelo a tiempo parcial, intercambiándose la siguiente semana entre ellos para tener el mismo número de horas de todas las materias. Mientras que en Bachillerato el centro pretende trabajar de manera simultánea con ambos grupos usando herramientas de videoconferencia.

«En aquellos casos donde no sea posible, se usarán las horas presenciales para contenidos más teóricos y las horas no presenciales para tareas más competenciales», explica Tienda. En cuanto a la organización, asegura que los grupos de 1º y 2º de ESO serán de 20 alumnos y el resto de las clases oscilarán entre los 23 y 29 alumnos, de forma que asistirán solo la mitad cada día. Además, se les ha enviado un docente más como refuerzo.

Las medidas que aplicarán serán mascarilla obligatoria en todo momento, distancia de 1,5 metros en las aulas, patios divididos por niveles, limpieza de manos a la entrada de cada clase y registro de personas que entran al centro. También destaca que se llevará a cabo la desinfección de espacios comunes cada dos horas y limpieza de aulas cuando haya cambios de grupo.

«Nuestro problema principal es la falta de espacios. Somos un centro viejo, con muchas aulas de 40 metros cuadrados, lo que nos obliga a usar las clases más grandes para los grupos presenciales y no poder hacer presencialidad en niveles posteriores», lamenta el director. Por otro lado, remarca que no tendrán problemas con la ventilación ya que las ventanas se pueden abrir.

Por otra parte, debido a que hay profesores que no empezarán el curso por indicación del servicio de prevención de riesgos laborales y otros que están solicitando reducción horaria por conciliación familiar, el instituto tendrá un gran número de plazas vacantes por ocupar en los próximos días (Tienda no especificó el número). Este hecho provoca que las clases empezarán con falta de profesorado, según advierte Tienda. Muchos profesores ya están planteando la solicitud de una reducción de jornada del 50% para hacer frente a posibles confinamientos futuros y poder conciliar su vida laboral y familiar, dada la actual situación de aumento de contagios de coronavirus en la isla.

En caso de cuarentena, Tienda comenta que se trabajaría igual que el curso pasado: «Nuestro centro lleva ya años dentro del programa piloto de uso de tecnologías y tenemos al profesorado bastante preparado para la utilización de herramientas de teleenseñanza y, en general, la respuesta del alumnado y la valoración de las familias fue positiva en el curso pasado».

De la misma manera, al no utilizar libros de texto de ninguna materia ese gasto se ha sustituido por la compra de un chromebook (ordenador específico para estudiantes) que les sirve durante toda su etapa en el centro, «lo que supone un ahorro final a las familias». Todo el alumnado dispone de dispositivos electrónicos unipersonales desde hace cuatro cursos, según relata el director, y en el caso de problemas económicos se les ha ayudado desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento o con un plan de fraccionamiento de pagos desde el centro.

«El problema que tenemos son alumnos que viven en zona rural y con problemas de conexión porque no llegan ni la fibra ni, a veces, la cobertura móvil a sus casas. En estos casos, se ha elaborado un plan de entrega de documentación en papel con la colaboración del servicio de Protección Civil del municipio», destaca.

FORMENTERA

En el colegio Mestre Lluís Andreu, con una matrícula de 387 alumnos y 34 profesores, les hacen falta tres profesores más para cubrir las bajas que tienen. El director, José Campillo, explicó: «Las clases van a empezar el día 10 y 11 de septiembre, unos grupos empezarán un día y el resto el siguiente. Nosotros tenemos la suerte de contar con dos edificios separados y no tenemos problemas de espacio». Indicó que la novedad es que «casi todos los grupos se han tenido que desboblar». El principal problema que tienen es «poder cubrir las bajas, por lo que nos harían falta tres profesores más», subrayó el director. La media de alumnos por grupos será de unos 15. Campillo detalló que la conselleria ya les envió, a finales del último trimestre del curso pasado, un 'maestro covid': «Pero no tenemos suficiente personal», insistió.

El director del colegio Mestre Lluís Andreu indicó que ya tienen organizado el sistema de entrada y salida, según los distintos niveles educativos, para que los alumnos no coincidan. Reconoce que tendrán dificultades ya que los niños tienden al contacto pero «las normas son estas y nos tenemos que adaptar». De momento han tenido que habilitar como aulas comunes las que se dedicaban a música, informática e incluso el gimnasio.

En caso de que surja un brote y reciban la correspondiente orden de la conselleria, ya están preparados para realizar la enseñanza a distancia: «Este verano hemos hecho acopio de material informático y hemos creado nuestra web y las herramientas informáticas necesarias», indicó Campillo.

En el colegio de Sant Ferran la situación es más compleja. Con unos 340 alumnos y 32 profesores, este centro sufre una evidente falta de espacio y está a la espera de la finalización del nuevo colegio que construye la conselleria. Su directora, Neus Costa, explicó que todo será presencial y que la media de cada grupo es de 22 alumnos, por lo que no necesitan desdoblar. En este colegio tienen suficientes docentes.

En el Pilar de la Mola hay 59 a alumnos y seis profesores. Aquí tienen espacio y cuentan con un patio que es un bosque. La directora, Neus Marí, señaló que no tendrán problemas salvo el de adaptarse a las normas sanitarias.