La Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Can Misses se prepara para poder acoger enfermos críticos de coronavirus, en el caso de que fuera necesario, según ha explicado la jefa del servicio, Paz Merino. Así, el espacio prevé duplicar su capacidad y llegar a acoger a 24 pacientes, detalla el "plan de contingencia", que prevé varias fases de aplicación, en función de las necesidades.

En estos momentos, la UCI del hospital ibicenco tiene dos zonas diferenciadas, cada una con su propio control de enfermería. Los primeros pacientes con Covid-19 quedarían aislados del resto de enfermos con otras patologías en la zona A, que cuenta con cinco camas (boxes). En caso de que los afectados con coronavirus en situación crítica aumentaran, pasaría a destinarse a estos pacientes la zona B de la UCI, que tiene capacidad para ocho ingresados.

En ese momento, esos pacientes afectados por otras patologías que nada tienen que ver con el Covid-19 se reubicarían en la unidad de Recuperación Postanestésica (URPA), donde "se habilitaría un área acristalada separada del resto, con cuatro camas más", detallan desde el Área de Salud de Ibza y Formentera.

La última fase del plan de contingencia, que han elaborado de forma conjunta los profesionales de la UCI y Anestesia, prevé ocupar la totalidad de la zona de reanimación, lo que sumaría siete camas más, lo que supondría un total de 24, el doble de las actuales del servicio. Esta última fase implicaría que para atender a todos los pacientes deberían actuar de forma conjunta los intensivistas de la UCI así como los anestesistas.

Merino ha insistido en la importancia "de aislar al paciente con coronaviris del resto con otras patologías, por lo que la UCI quedará habilitada con dos zonas separadas bien diferenciadas".