La deuda que los baleares tienen con las entidades financieras vuelve a crecer por primera vez en una década, y al cierre del tercer trimestre del pasado año se situó en los 30.396 millones de euros, 915 millones más que en las mismas fechas del ejercicio anterior, según los datos facilitados por el Banco de España. Este cambio de tendencia, según pone de relieve el catedrático de Economía Aplicada y director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera, dista de ser negativo, dado que supone que familias y empresas de las islas han concluido ya la etapa de saneamiento de sus cuentas y conlleva un refuerzo para una economía que se encuentra en una clara fase de desaceleración.

Antes y después de la crisis

«El apalancamiento anterior era una locura», subraya Riera, que recuerda que durante los años previos a la crisis y los primeros de ésta se llegó a registrar en el archipiélago una deuda con la banca de 2,4 euros por cada uno que se tenía depositado en estas entidades, un desequilibrio claramente excesivo.

Eso explica que durante los últimos años empresas y familias de Balears hayan hecho un esfuerzo titánico por ir reduciendo los préstamos que habían contraído. Si en 2010 el valor de los créditos concedidos por la banca en las islas alcanzó de media los 46.197 millones de euros (es el ejercicio en el que se llegó al máximo histórico en las islas), durante el verano de 2018 había bajado ya hasta los 29.481 millones. En ese momento, esa deuda era de 1,1 euros por cada uno en depósito en los bancos, habiendo recuperado un nivel de equilibrio mucho más «sano».

Pero tras esta etapa que culmina en 2018, en 2019 el valor de los créditos pendientes de pago volvió a crecer, y el pasado verano se situó en los 30.396 millones. «Eso es un síntoma de que la fase de saneamiento ha finalizado», destaca Riera. Y añade que tampoco será malo el que esa deuda aumente algo más durante el presente ejercicio, a la vista de que las empresas están registrando beneficios.

En este sentido, recuerda que todas las medidas de estímulo monetario que se están adoptando en Europa tienen como objetivo precisamente el que las empresas inviertan más y las familias eleven sus tasas de consumo, a la vista de la desaceleración de la economía mundial, y más concretamente de los países de la UE. Pero además, en el caso de Balears se suma el que los desequilibrios que antes existían ya se han corregido.

Prueba de ello es que los tipos de interés llevan mucho tiempo rondando el 0%, pero es ahora cuando el valor del crédito concedido vuelve a crecer en el archipiélago, según pone de relieve el director de Impulsa.

Con un dato adicional: esa subida interanual del endeudamiento se registra en Balears y en algunas otras autonomías, pero todavía se da una evolución a la baja en la media de España.

Señal para esquivar la recesión

Antoni Riera defiende que la reactivación en la demanda de crédito a la banca por parte de las empresas y las familias de las islas es un «buen síntoma» para esquivar la recesión.

Cabe tener en cuenta que hace tiempo que este economista esgrime la conveniencia de mantener la inversión empresarial en niveles elevados y en que el consumo de las familias se reduzca lo menos posible como vía para limitar la desaceleración que afecta claramente a la economía de las islas.