Resistencia, modernización y adaptación a los nuevos tiempos. Estas son las características que comparten las empresas que ayer recibieron los premios a la excelencia profesional Posidonia 2019 de la Cámara de Comercio. (Mira aquí todas las fotos de la gala de entrega de premios)

Almacenes Aragón, Sombrerería Bonet y Náutica Pins fueron las tres protagonistas de la XI edición de los galardones, que tuvo lugar en el Centro Cultural de Jesús. Además, la Sociedad Cultural Ebusus recibió la mención honorífica por mantenerse en el tiempo como referente cultural y social de la isla.

El vicepresidente de la Cámara de Comercio, Juan Guasch, fue el encargado de inaugurar la gala con un discurso reivindicativo. Una intervención en la que reconoció que si las administraciones públicas no logran solucionar los problemas que se arrastran desde hace años, «de poco servirá el esfuerzo de nuestros empresarios, seguiremos perdiendo competitividad».

Guasch hizo mención al intrusismo, a los alquileres ilegales o al encarecimiento de la vivienda, entre otros problemas, pero también instó a los representantes políticos a hacer de la administración pública un instrumento «ágil y dinámico». «La administración va unos pasos por detrás de la realidad, casi siempre llega tarde», matizó.

En este sentido, aseguró que es necesario «adelgazar la burocracia»: «Necesitamos menos trabas administrativas a la hora de crear negocio».

Entre las reivindicaciones, manifestó el hecho de crear una estrategia económica a largo plazo que esté «por encima de los vaivenes de los cambios políticos» e insistió en la necesidad de cobrar la ecotasa, «que nos resta competitividad», dijo, en puertos y aeropuertos y que el dinero que se recaude en las Pitiusas, «se quede aquí». En la retahíla de peticiones, también hizo referencia a la obligatoriedad de «reflexionar» entre todos sobre el modelo de crecimiento de nuestras islas: «Urge replantearse el Plan Territorial de Ibiza» para hacer un proyecto que «permanezca en el tiempo».

Esfuerzo privado

Esfuerzo privado

El vicepresidente de la patronal destacó el «esfuerzo» realizado por el sector privado para incrementar los niveles de calidad y destacó la planta hotelera «modernizada y de primer nivel». «Sin embargo, echamos de menos una mayor inversión pública».

Guasch hizo referencia a los «convulsos tiempos» que se viven e instó como algo «muy urgente» lograr una estabilidad política, «que impulse un crecimiento de la economía». Para ello, dijo, es necesario «tender puentes y abrir diálogos» entre administraciones y empresariado. Y, según dijo, la Cámara de Comercio es el ente que debe «propiciar» este acercamiento para trabajar juntos.

El vicepresidente no se mostró esperanzado ante los tiempos que llegan y recordó que se empieza a hablar de recesión y «los presagios no son buenos»: «Esta última temporada no ha sido mala, pero ha sido peor que la anterior y nada hace indicar que la que viene vaya a mejorar, al contrario», dijo. A esto, recordó, se le suma la incertidumbre del brexit y la quiebra del turoperador Thomas Cook, «que ensombrece aún más, si cabe, nuestras perspectivas de crecimiento para la temporada que viene».

Guasch quiso poner de relevancia el hecho de que todos los premiados de la noche cuentan con más de 40 años de antigüedad, en el caso de la Sombrerería Bonet con más de 100. «Este hecho nos tiene que hacer reflexionar. Han vivido toda clase de situaciones, algunas incluso peores desde el punto de vista económico y político que ésta en la que nos encontramos y, no obstante, han resistido, se han adaptado a los tiempos, han luchado y se han esforzado por permanecer», apostilló.

Los definió a todos ellos como un «ejemplo a seguir» y lanzó un mensaje al empresariado de las Pitiusas: «El secreto es resistir, modernizarse, adaptarse a las nuevas demandas y a los nuevos tiempos» y animó a apostar por la excelencia, «la manera de obtener el éxito frente a nuestros competidores».

Los primeros en recibir el premio de manos del alcalde de Vila, Rafa Ruiz, fueron Juan Ribas y Eulària Juan, el corazón de Almacenes Aragón, con 46 años a sus espaldas amueblando hogares, a pesar de que empezaron siendo una tienda de regalos. Ribas, tras recibir el galardón acompañado de Juan y de sus hijos, que se encargan ahora del negocio, quiso poner en alza el empuje y la valentía de su mujer, que se hizo cargo del negocio durante los primeros años. Ribas recordó que cuando le enseñó el solar de la actual tienda a su padre, en la calle Aragón, este le dijo que era bonito, «pero está muy lejos de Vila». «Antes no había nada, no podías ir a Ignasi Wallis porque había una cuadra de caballos, solo estaba Santa Cruz y un campo para sembrar coles».

Toni Juan recogió el premio por la trayectoria de la empresa náutica fundada por su padre, ahora jubilado, Náutica Pins. La presidenta del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer, que entregó el premio, destacó el esfuerzo que realizan los empresarios de la isla por mejorar año tras año. Juan, por su parte, agradeció el premio y auguró que la empresa seguirá muchos años más: «Tenemos nuestros años de trabajo pero nos sentimos jóvenes, con ganas de continuar, y apoyados».

Virginia Bonet, la actual responsable de la Sombrerería Bonet, recibió el premio reivindicando que, a pesar de estar en un barrio tradicional como la Marina, «nos sentimos cada vez más alejados de la ciudad». Bonet asumió el negocio con solo 19 años y apostó por continuar el legado familiar: la venta de sombreros y gorras.

Finalmente, Iván Torres, de la Sociedad Cultural Ebusus, junto a un grupo de socios, fue quien recogió la mención honorífica por la trayectoria que respalda a Ebusus, fundada en 1927 y que actualmente cuenta con 290 socios. Se trata de un centro cultura y social de referencia por cuyos salones han pasado ya cinco generaciones.

El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, fue el encargado de cerrar el acto y asumió que aún «falta mucho esfuerzo institucional y mucho diálogo» .

Marí reconoció haber sido cliente de Almacenes Aragón al hacer su lista de bodas en el negocio y recordó que su abuelo y su padre ya compraban gorras y sombreros en la tienda de Bonet: «A mí me tocará dentro de nada», dijo.