La campaña de verano para promocionar las variedades tradicionales de la huerta de las Pitiusas, que ya cuentan con una etiqueta distintiva de la marca Sabors d'Eivissa, se ampliará en las próximas semanas con carteles informativos en los puntos de venta «para tener más presencia en las tiendas», tal y como destacó el técnico del Grupo de Acción Local Leader, Adrián Díaz. Actualmente, una quincena de explotaciones agrícolas participan en este proyecto, en el que se distribuyen algunos de los productos hortofrutículas tradicionales en 30 puntos de venta de la isla.

Díaz presentó esta nueva campaña en la finca de experimentación agrícola de Can Marines, junto al técnico de marketing José Manuel Soriano y el agricultor Toni Planells. La explotación agrícola de Planells, Can Sastre, se ha convertido en la principal productora de la variedad tradicional de cebolla, la ceba vermella, de la que este año ha llegado a plantar 80.000, frente a las 15.000 que sembró en 2017.

«Empezamos con pequeñas cantidades, pero los agricultores se han ido animando a plantar más», destacó Díaz. Además de la ceba vermella, las otras variedades tradicionales recuperadas para la comercialización son el tomate ( tomate de penjar), pimiento verde ( pebrera blanca) y el melón ( meló eriçó).

Selección durante siglos

Selección durante siglos

En el caso de Can Sastre, Planells valora que «la cebolla ibicenca tiene salida y buena calidad, además de que es bastante resistente al calor». Precisamente, el hecho de que se trate de variedades formadas tras siglos de selección de las semillas entre los mejores ejemplares de cada productor, garantiza que «se han adaptado a las condiciones de humedad y salinidad de la tierra de estas islas», destacó José Manuel Soriano.

«Estas variedades vienen de nuestros ancestros y llevan siglos entre nosotros», incidió. A modo de ejemplo, explicaron que las elevadas temperaturas de este año han causado que la mayor parte de las plantaciones de trigo no hayan sobrevivido, salvo las de xeixa, el grano tradicional de las Pitiusas y que también se ha conseguido recuperar en los últimos años.

«Hace ocho años se instalaron las cámaras frigoríficas para conservar y almacenar las variedades tradicionales», recordó Díaz. A través del banco de semillas, otro proyecto impulsado por el Grupo de Acción Local Leader, ahora se cuenta con cerca de ochenta variedades tradicionales recopiladas, aunque hay un total de 130 entradas en este depósito.

«Hay varios tipos de tomates o de pimientos», matizó Díaz. O, como en el caso del melón, además del eriçó, se encuentran el «blanco y el groc, que también se están ensayando para ver cómo los podemos introducir en el mercado».

Nuevas producciones

Nuevas producciones

Así, además de las variedades de cebolla, tomate, pimiento y melón que ya tienen salida comercial, el año pasado se inició el programa piloto para explotar la berenjena tradicional de las Pitiusas y este año se han iniciado los ensayos con el boniato, valoró Díaz.