La propuesta técnica planteada por Manel López Béjar, director del departamento de Sanidad y Anatomía Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), para extraer las cabras de es Vedrà, es duramente criticada por los técnicos del Govern que tienen la tarea de erradicar esos rumiantes del islote: «Propone dejar allí una población de cinco cabras porque él trabaja y experimenta con hormonas. Si sacara todos los animales, se quedaría sin seguir chupando del presupuesto. Se le termina el chollo», indica uno de los responsables (que prefiere mantener su anonimato) de acabar con esos rumiantes antes de que ellos arrasen con todos los endemismos vegetales de una isla que forma parte de una reserva natural.

«Es un informe absurdo», concluye este experto, especialmente por esos capítulos en los que el doctor de la UAB habla de enseñar a las cabras a que no se pongan de pie (conducta de bipedismo) para alimentarse o justifica «el sentimiento de pertenencia a la cultura local» de esos animales porque aparecen en la tira cómica 'Ses cabres d'es Vedrà', de este diario. Del estudio, que encargó Podemos (socio de gobierno del PSOE en el Consell), pese a que no dirige el área de Medio Ambiente, se colige que la mayoría de la población está «en contra del control letal», cuando la última manifestación de los animalistas sólo congregó a 18 personas.

El informe contiene un presupuesto de casi 32.000 euros (sin IVA), incluidas vacunas contraceptivas por valor de 50 euros la unidad. «¿Vamos a pagar presupuestos de investigadores que son oportunistas? Para mí, eso sería malversación de fondos públicos», subraya el técnico del Govern, encargado en 2016 de erradicar a tiros a casi toda la población de cabras.

El doctor Manel López propone en el informe aplicar en al menos cinco cabras la «inmunocontracepción mediante vacunas» que «estimulan el sistema inmunitario para producir anticuerpos frente a las proteínas y anticuerpos esenciales para la reproducción». Asegura López que, de esa manera, «quedaría suspendida su reproducción de dos a cuatro años». Pero un experimento parecido, desarrollado por su departamento en los alrededores de Barcelona para controlar la población de jabalíes mediante una vacuna anticonceptiva similar, quedó en entredicho justo el pasado fin de semana cuando tres hembras vacunadas y supuestamente esterilizadas fueron grabadas junto a sus numerosas crías mientras paseaban por una calle de Matadepera.

En ese caso, el experimento hormonal emprendido por el equipo de López costó 164.000 euros a las arcas públicas. Y eso que las vacunas, en vez de a 50 euros como las propuestas para Ibiza, eran más baratas, a 35 euros la unidad.