Su charla es la novedad de las jornadas de puertas abiertas

Empatizar con ellos, porque es complicado. Al llegar a segundo de Bachillerato no tienes la orientación o ayuda suficiente para elegir algo tan importante como aquello a lo que te vas a dedicar el día de mañana. Quiero transmitirles que la figura del orientador, que en los institutos pasa bastante desapercibida, sirve para ayudarles a escoger la altenariva con la que se van a sentir más cómodos de cara al futuro, para desempeñar un trabajo y sentirse motivados y realizados. A veces, aunque escojas lo correcto, te equivocas. Nuestro trabajo es muy necesario porque están perdidos. A los 16 o 18 años no saben lo que quieren hacer mañana y les pedimos a qué van a dedicar su vida.

Hay quien lo tiene muy claro.

Tienen suerte, pero son pocos.

¿Los orientadores tienen que luchar con las familias que presionan a los chavales para que escojan algo con salidas?

Sí, ¿sabes qué pasa? Que muchas veces quienes les dicen eso tiran de estereotipos: Si haces ciencias tendrás más trabajo. Eso es mentira. Si haces el Bachillerato social y luego administración y dirección de empresas, con suerte te ponen de subdirector de hotel, mientras alguien que ha hecho ciencias está en el paro. Es muy relativo. Deben elegir en base a lo que sientan que les va a gustar, estar tranquilos, confiar en ellos mismos y no dejarse guiar por lo que les digan los padres. Muchas veces pecan de querer lo mejor para sus hijos sin pensar qué quieren sus ellos.

No tienen claro qué es lo mejor.

Sí, es desconocimiento.

Y sigue pasando, ¿no?

Sí, creo que se hereda de generación en generación. Yo ahora te digo esto y ya veremos el día de mañana si tengo hijos...

En algunos países antes de la universidad se cogen un año sabático, ¿es una buena opción?

Muy buena opción. Ojalá pudiéramos hacerlo, pero depende de factores sociales, económic0s y del sistema. Es así: Bachillerato, Selectividad y a la universidad. Ese año sabático lo veo necesario para pensar de manera objetiva, sin la presión de los estudios y las pruebas de acceso a la universidad, y tomar una decisión.

¿Están más preocupados por sacar buenas notas y aprobar que por pensar qué quieren hacer?

Sí, ves que a lo que van es a aprobar y en función de la nota que saquen ya se plantean qué opciones tienen. Eso quiere decir que escogen su futuro en base a lo que les permita la nota y no en a lo que les hace ilusión. Quizás, si se centrasen en lo que les hace ilusión estarían más motivados y habrían sacado más nota. Muchas veces la presión por las calificaciones hace que obtengan una nota más baja.

Y... ¿qué hace un orientador en la universidad?

Se puso en marcha, desde el SOIB, el pasado julio y han pasado casi cien personas. Incluso en la universidad hay gente que duda de haber escogido bien la carrera o no sabe en qué especializarse. La indecisión es constante, previa a la selectividad postuniversidad...

Cuando alguien se da cuenta de que la carrera no le gusta, ¿tiende a seguir?

Sí, por lo que has comentado antes: las familias. Generan presión. «Ahora que has empezado, ¿cómo vas a dejarlo? Acábalo ya», dicen. O, si se dan cuenta en segundo curso: «Pero si ya tienes la mitad de la carrera, acaba y luego ya buscas otra cosa». Es difícil tomar una decisión, desde fuera lo ves claro, pero tienes que estar ahí. Piensa que tienes la mitad de la carrera pagada, que igual no te convalidan nada, que has perdido tiempo y dinero... Es complicado. Por eso es muy importante poder tomar una buena decisión antes.

En el caso de los pitiusos, estudiar fuera supone mucho dinero, piensas en lo que les está costando a tus padres...

Y se hace más complicado dejarlo e, incluso, plantearlo en casa. No piensan en ellos mismos, piensan que les sentará mal a los padres y optan por no decir nada. A veces es así como tomamos las decisiones, por los demás y no por nosotros.

¿Con qué ideas claras deben quedarse los estudiantes?

Primero, que acaben el Bachillerato con ilusión, que después lo añorarán. Comenzarán con las responsabilidades y los pagos y echarán de menos la época en la que todo era estudiar y punto. Que escojan algo que les motive, que les haga sentir realizados, algo por lo que puedan sentir vocación. Que la decisión que tomen sea coherente con ellos mismos, con lo que piensan y sienten. Ésa será la mejor decisión, pero debe salir de ellos, siempre. No deben dejar que nadie decida por ellos, debe haber un pequeño margen orientativo, pero al final la decisión es suya.

¿Hay trucos para no equivocarse? No sé, imaginarse toda la vida haciendo lo mismo, por ejemplo.

Eso es útil porque te ayuda a ponerte en tu piel 20 años más tarde, empatizar contigo mismo y reflexionar sobre si estarías contento. Es una muy buena estrategia para decidirlo, también hacer un análisis de las carreras, las salidas profesionales, las probabilidades de obtener trabajo o el sueldo que vas a cobrar. Cada uno tiene sus prioridades y tiene que escoger en base a ellas.

Otro clásico. Alguien dice que quiere estudiar Química para dedicarse a la investigación y tiene que aguantar que le repitan constantemente que acabará de profesor.

Sí, por eso no hay que dejarse guiar por otros. Si te gusta, te apasiona y te esfuerzas, encontrarás la forma de conseguir lo que te propongas. Si te dejas llevar por las impresiones externas, como que en la ciencia todo está muy mal, que no hay ayudas, que las becas son complicadas... Al final no escoges una alternativa en la que quizás hubieras destacado.

Siempre hay quien llega.

¡Y tanto! por eso hay que basarse en los hechos y en las motivaciones, no en los «y si...». No sirven de nada.