Las notificaciones por agresiones, ya sean verbales o físicas, formuladas del personal médico de los centros de Ibiza y Formentera han pasado de 58 en 2017 a 62 en lo que llevamos de año. De las 58 agresiones que el personal médico denunció ante el Ib-Salut, tres fueron físicas y el resto (55), verbales. Este año, de las 62 que se han notificado, seis fueron físicas y las demás (56), verbales. Desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera remarcaron que se trata sólo de las agresiones notificadas por el personal médico y que, en realidad, los ataques son muchos más. Al parecer, muchas de las agresiones no son notificadas, a pesar de que el Ib-Salut anima a los trabajadores a que así lo hagan. De hecho, por ejemplo, en 2017 no se comunicó ninguna agresión en el centro de salud de Sant Antoni, cuando es sabido que los profesionales de este ambulatorio son de los que más padecen este problema (se comunicaron 39 en Can Misses, cuatro en Formentera, siete en el centro de salud de Santa Eulària, dos en la Unidad de Salud Mental de es Viver, una en el centro de salud de es Viver, otra en el de Sant Jordi, otra en Sant Josep, dos en el de Can Misses y una en el de Vila).

Además, la gran mayoría de las agresiones que se notifican no se denuncian formalmente ante la justicia y quedan impunes. De las 62 que se han notificado este año, sólo seis han sido denunciadas. En Can Misses fueron 39, dos en Formentera, tres en Sant Antoni, tres en es Viver, siete en Vila, cinco en Santa Eulària, y tres en Sant Jordi.

Una costilla rota

En realidad, este año ya son siete denuncias, ya que el trabajador del 061 a quien en la madrugada del sábado al domingo un turista le fracturó una costilla de una patada presentó la suya ayer por la mañana en el cuartel de la Guardia Civil, si bien el Ib-Salut aún no la ha computado dentro de sus estadísticas.

El turista que le asestó el golpe a este trabajador, un joven de 19 años de edad y nacionalidad británica, se encontraba bajo los efectos de las drogas cuando cometió la agresión, señalaron desde el Ib-Salut, y tuvo que ser reducido por la Guardia Civil. El joven estaba fuera de sí y se subió sobre el techo de un coche aparcado. Para poder atenderlo, los agentes y el personal médico intentaron bajarlo y fue en ese momento cuando el trabajador del 061 recibió la patada.

El trabajador fue atendido en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario y no precisó hospitalización. El turista agresor ingresó en Can Misses el domingo de madrugada y ese mismo día por la tarde recibió el alta.

Por el momento no ha sido detenido, informaron ayer por la mañana desde la comandancia de la Guardia Civil, ya que la víctima aún no había presentado la denuncia.

Por otra parte, los juzgados de Ibiza están intentando localizar a otro turista británico que en la temporada de 2016 agredió gravemente a un conductor de ambulancia del servicio del 061 en una rodilla. El trabajador, a quien le han quedado secuelas importantes, presentó denuncia contra el británico, que fue detenido y puesto en libertad tras declarar ante el juzgado de guardia.

Desde entonces, a pesar de las notificaciones del juzgado, el turista no ha vuelto a dar señales de vida, por lo que es posible que se acabe decretando su búsqueda y captura, señalaron fuentes judiciales.