El pasajero de un vuelo de Ibiza a Madrid grabó ayer por la mañana cómo un trabajador de la instalación aeroportuaria hurtaba un objeto del interior de una maleta. R.B.y su hijo adolescente, propietarios de la maleta en la que se cometió la sustracción, se disponían en esos momentos a volar con la compañía Ryanair hacia la capital después de visitar a su hermano, que reside en la isla.

Dentro del avión se les anunció que llevaban un poco de retraso. Mientras se introducían las maletas en la bodega del aparato, todos los pasajeros se encontraban dentro de la aeronave. Uno de ellos se percató entonces de que un empleado encargado de subir el equipaje al avión abría la cremallera de una de las maletas y metía la mano dentro de ella. Decidió entonces empezar a grabar con su móvil lo que estaba ocurriendo en la pista del aeropuerto de Ibiza.

Las imágenes no dejan lugar a dudas. El trabajador cogió con sus manos un aparato de color rojo, un altavoz para enchufar a un dispositivo móvil, y se lo metió en el bolsillo.

Fue entonces cuando el pasajero que grababa las imágenes advirtió de esa situación a la tripulación, que a su vez avisó a la Guardia Civil para que procediera a actuar.

«¿De quién es la maleta?»

«De repente entró la Guardia Civil en el avión enseñando mi maleta y preguntando a quién pertenecía», explicó ayer R.B. a Diario de Ibiza. «Me quedé muy soprendida porque desde mi posición en el avión -la primera fila- no había visto nada de lo que estaba ocurriendo en la pista. Entonces les dije que la maleta pertenecía a mi hijo adolescente». En ese momento, R.B. se enteró de todo lo que había pasado.

La Guardia Civil la instó a bajar del avión y le explicó que una persona había sustraído un altavoz de su maleta y que debía interponer una denuncia. «Me explicaron también que era el tercer día que ese hombre trabajaba en el aeropuerto de Ibiza y me devolvieron el altavoz al momento, algo que agradezco porque se lo regalaron hace tres días a mi hijo, con motivo de su cumpleaños, y costó caro, unos 140 euros».

Añadió que los agentes le contaron que «en un principio, el detenido se negaba a declarar. Querían que identificase la maleta de la cual había sacado el altavoz, pero no lo hacía. Luego aseguró que se trataba de una maleta negra, que no era cierto, y finalmente reconoció que el equipaje que había abierto era de color verde y los guardias civiles lo localizaron. Fue entonces cuando entraron al avión a preguntar a quién pertenecía».

R.B. contó la historia de lo ocurrido muy rápido, entre risas nerviosas y asombro: «Es que no puedo creer lo que me ha pasado», dijo. Relata que tendrá que volver a Ibiza a declarar contra el presunto ladrón porque se trata de una denuncia por vía penal, aunque al mismo tiempo aseguró que espera que no tenga que abonar los gastos de desplazamiento de Madrid a Ibiza para acudir al juicio.

Lo ocurrido provocó que el vuelo Ibiza-Madrid, que debía salir a las 7.45 de la mañana, sufriese un retraso de dos horas y media.